Hoy en día parece imposible imaginar a nadie que no sea Hugh Jackman en el papel de Lobezno. Tanto es así, que Ryan Reynolds hizo que su colega australiano recuperara las garras de adamantium que había colgado definitivamente con Logan (2017) para volver a interpretar al mutante una vez más en Deadpool y Lobezno, que llegará a los cines el próximo 25 de julio.
Durante las rondas de entrevistas promocionales de la película, único estreno en cines de Marvel Studios este año antes de que su calendario coja nueva velocidad, el jefe del cotarro, Kevin Feige, ha recordado cómo fue el proceso de casting de Lobezno hasta la elección de Hugh Jackman para el papel, allá en los lejanos finales del siglo XX.
Era 1999 y el cine de superhéroes aún no se había convertido en el fenómeno que terminaría floreciendo durante la siguiente década, pero el proceso de llevar los X-Men a la gran pantalla estaba en marcha como Bryan Singer como director. En aquellos momentos, aún no existía nada parecido a Marvel Studios, sino que las licencias de sus personajes estaban repartidas en diversos estudios y los mutantes pertenecían a 20th Century Fox.
Kevin Feige trabajaba como ayudante de producción para Lauren Shuler Donner, productora ha capitaneado la saga X-Men en el cine durante décadas hasta los créditos de Deadpool y Lobezno. "Hubo mucho lío para elegir a Lobezno", ha recordado Feige de aquella época en una entrevista reciente con Entertainment Weekly. "Lauren estaba muy contenta con un tipo australiano al que habían rechazado. La razón principal es que era demasiado alto".
Lobezno es bastante bajito en los cómics, a lo que hacen referencia en ocasiones otros personajes, pero Hugh Jackman mide 1,9 metros. A pesar de lo contentos que habían quedado con su prueba de casting, el actor no tenía ninguna esperanza. Después de la última prueba que hicieron en Toronto con Singer y el guionista Tom DeSanto, Feige le invitó a cenar antes de su vuelo de vuelta.
"Le dije a Kevin que todos sabíamos que no había conseguido el papel, no hacía falta que me invitara a cenar", recuerda Jackman. "Nunca lo olvidaré, fue muy amable. Pensé que no lo volvería a ver jamás". Sin embargo, el destino no tardó en extender sus propias garras de adamantium y cambiar ese porvenir para siempre.
Dougray Scott, el actor elegido para interpretar a Lobezno en la película de Bryan Singer, tuvo un conflicto de agenda. No le permitieron rodar a la vez la película de los mutantes y Misión: Imposible 2, donde interpretaba al villano contra el que se enfrenta Tom Cruise, y el escocés terminó decantándose por el filme dirigido por John Woo, durante cuya preparación además se había lesionado en un accidente de moto.
El cambio de última hora hizo que cundiera el pánico en la producción de X-Men. Al verse sin Lobezno, recurrieron a Jackman basándose en el buen sabor de boca que había dejado su audición. Ya no importa la altura. La película llevaba tres semanas de rodaje y necesitaban protagonista. "Estaban desesperados", recuerda Feige. Lobezno llegó y cambió el cine de superhéroes tal y como lo conocemos. ¿Repetirá la misma proeza 24 años después?
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