Joker en 'Batman', 'El resplandor' y otras películas por las que Jack Nicholson es un referente a sus 86 años

Jack Nicholson lleva retirado de la actuación desde 2013. Decisión que se ha alineado con otra de mantenerse igualmente alejado de la atención mediática, optando por envejecer lejos de los focos y ante el temor de sus familiares de que pueda morir solo. El veterano intérprete ha vuelto a dejarse ver recientemente, en vísperas de su 86 cumpleaños, y poco después acudió a un partido de los Lakers y los Grizzlies. Es una ocasión tan buena como otra cualquiera para celebrar su legado.

Easy Rider (1969)

Jack Nicholson tuvo sus primeros papeles en el cine independiente a mediados de los años 60, gracias al productor Roger Corman. Fueron comienzos humildes para quien llegaría a ostentar 12 nominaciones al Oscar al término de su carrera (más de las que haya conseguido nadie), pero no tardaría en entrar en contacto con el gran público gracias al clásico de culto Easy Rider. Aquí encarnaba a un abogado alcohólico que seguía a Dennis Hopper y Peter Fonda en su viaje a ninguna parte, y obtuvo su primera nominación al Oscar por ello.

Mi vida es mi vida (1970)

Un año después de aquella candidatura a Mejor actor de reparto, Nicholson consiguió otra a Mejor actor principal por este impactante drama intimista. Ahora Nicholson interpretaba al atormentado trabajador de una plataforma petrolífera que decidía darle un vuelco a su vida. Dirigía Bob Rafelson, para quien posteriormente protagonizaría El rey de Marvin Gardens, y Nicholson encadenaría este proyecto con otro clásico como El último deber de Hal Ashby.

Chinatown (1974)

Aquí ya íbamos por la cuarta nominación, dentro de un noir archiconocido que dirigió Roman Polanski. Nicholson encarnó al detective Jake Gittes, un tipo tan carismático como terriblemente gafe que se internaba en una siniestra trama de corrupción en Los Ángeles. Durante la investigación se topaba con John Huston y la correspondiente femme fatale, interpretada por Faye Dunaway, antes de saber que su destino estaba condenado pues “esto es Chinatown”.

Alguien voló sobre el nido del cuco (1975)

Y, a la quinta nominación, lo consiguió. Alguien voló sobre el nido del cuco ganó los principales premios de la Academia, distinguiendo a Nicholson como Randle McMurphy. Este era un buscavidas que se infiltraba en un hospital psiquiátrico, y que sin comerlo ni beberlo iniciaba una revolución contra la despótica enfermera del lugar, Ratched (interpretada por Louise Fletcher en otra actuación de Oscar).

El resplandor (1980)

Warner

Es habitual asociar a Nicholson con intensas sobreactuaciones, y seguramente la culpa la tenga esta adaptación de la novela de Stephen King, que acometió Stanley Kubrick convencido de que Nicholson podía ajustarse a la psique destruida de Jack Torrance. No se equivocaba, y si El resplandor sigue dando miedo a día de hoy es porque, por muchas veces que la veas, en ningún momento sabes por dónde te va a salir Nicholson. Y cómo reaccionará una Shelley Duval igualmente sobrepasada.

El honor de los Prizzi (1986)

Nicholson venía de ganar su segundo Oscar por La fuerza del cariño cuando se vio involucrado en una comedia negrísima de gángsters. Aquí intercambiaba balazos con una icónica Kathleen Turner como antesala a las disputas maritales de Sr. y Sra. Smith, pero los Oscar decidieron recompensar a Anjelica Huston: actriz que resultaba ser además la hija del director John Huston. En El honor de los Prizzi todo queda en familia.

Batman (1989)

Warner

Ya ha habido dos actores que han ganado el Oscar por interpretar al Joker: curiosamente, Nicholson no es uno de ellos. Antes de que Heath Ledger obtuviera una estatuilla póstuma por El caballero oscuro, y que Joaquin Phoenix viera recompensado su retrato visceral, Nicholson también se lo pudo pasar en grande. Tim Burton dirigía y Michael Keaton protagonizaba, pero Nicholson lograba ser lo más memorable de este taquillazo de fines de los 80, nacimiento del superheroico moderno.

Algunos hombres buenos (1992)

Cinemanía

Perdimos la cuenta de las candidaturas con este exquisito drama judicial donde Nicholson, como implacable general del ejército, desafiaba a Tom Cruise y a Demi Moore a afrontar la verdad (aunque sabía que no eran capaces de hacerlo). El actor dominó a la perfección los agotadores diálogos de Aaron Sorkin, quien aún no tenía la confianza suficiente para dirigir sus libretos y aquí prefirió delegar en Rob Reiner.

Mejor... imposible (1997)

Nicholson ganó su tercer Oscar a Mejor actor principal por Mejor… imposible, y nadie le discutió la talla del logro (que pasaba a compartir con Daniel Day-Lewis y Walter Brennan) en base a la excelencia de este melodrama de James L. Brooks. El excéntrico Melvin Udall fue un papel a la medida de Nicholson, que pudo verse estupendamente acompañado por su vecino Greg Kinnear y por la camarera de corazón de oro, Helen Hunt, que le servía el desayuno todos los días.

Infiltrados (2006)

En comparación a Nicholson, Martin Scorsese ha tenido muy mala suerte con la Academia de Hollywood. Las nominaciones y los premios se le han escabullido una y otra vez de los dedos, hasta que por fin el Oscar llegó a él gracias a este remake de Infernal Affairs. Puede que Nicholson le contagiara algo de suerte con su delirante monólogo de la rata, o simplemente es que esta película (encabezada por Leonardo DiCaprio, Matt Damon y Mark Wahlberg) era demasiado buena.

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