La historia real de Gustave Eiffel en la película 'Eiffel', una 'Titanic' a la francesa

Sobre la épica construcción de la Torre Eiffel se levanta la historia de amor entre su arquitecto, Gustave Eiffel, y una joven desconocida. Romain Duris y Emma Mackey dan vida a la pareja en ‘Eiffel’, filme al que ya se conoce como el 'Titanic' francés
Emma Mackey y Romain Duris, en 'Eiffel'
Emma Mackey y Romain Duris, en 'Eiffel'
Cinemanía
Emma Mackey y Romain Duris, en 'Eiffel'

“Libremente inspirada en hechos reales”. El director Martin Bourboulon avisa antes de arrancar Eiffel. Lo que ustedes verán a continuación solo es real en parte. Sí, la Torre Eiffel existe. Se empezó a construir en 1887 y fue una auténtica hazaña llegar a verla en pie como entrada de la Exposición Universal de París de 1889. El monumento, símbolo, souvenir, es la excusa que utiliza el cineasta francés (conocido hasta ahora por las comedias de éxito Papá o mamá, de 2015, y su secuela y que rueda ahora las superproducciones de Los tres mosqueteros) para adentrarse en un género nuevo y, además, hacerlo a lo grande. 

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No se ha apodado a la película Eiffel como “el Titanic francés” por casualidad. Por un lado, la comparación viene por el presupuesto y las exigencias de la historia: recrear la Torre Eiffel real y virtualmente. “Primero, construimos hasta 25 metros de altura con los mismos materiales, la misma inclinación”, cuenta Bourboulon. “Y la terminamos digitalmente, sobre todo, porque el París de la época era muy diferente al de ahora”.

Por otro lado, lo de llamarla “Titanic galo” hace alusión especialmente a la épica historia de amor que se entrelaza con los hierros de la Torre: el romance entre su constructor Gustave Eiffel (Romain Duris) y Adrienne Bourgès (Emma Mackey) supone la parte más libre de la inspiración. “Lo que sabemos es que Gustave y Adrienne vivieron un amor de juventud en 1860. La hipótesis que nos planteamos es que se reencontraron y reavivaron su historia de amor y fue eso lo que le convenció y dio energía a Eiffel para embarcarse en el proyecto de la Torre”.

Bourboulon enlaza tres historias: “El romance pasado, la historia de amor presente y la de la Torre”. “Encontrar el equilibrio entre las tres, que una no pesara más que otra fue lo más complicado”, indica. La ventaja era ese “libremente inspirada”. Y, especialmente, aprovecharse del desconocimiento sobre Adrienne para reinventar la historia. “Como Adrienne no era conocida, me pareció interesante que la interpretara un rostro aún no demasiado popular como es el de Emma Mackey, así todo es más auténtico”. Para la actriz galo-inglesa de Sex Education es, por cierto, su primer papel en francés. “Ella es el nuevo rostro de la Torre Eiffel”, dice Bourboulon.

Irene Crespo

Periodista cinéfila y escribiendo (libremente) desde Nueva York sobre películas y sus alrededores culturales en CINEMANÍA y otras publicaciones

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