Las eróticas y obsesivas cartas que compartieron Napoleón y Josefina: "Espero cubrirla de un millón de besos debajo del ecuador"

La nueva película de Ridley Scott ahonda en los cientos de misivas que el militar galo se envió con su primera esposa, la emperatriz Josefina, a través de las interpretaciones de Joaquin Phoenix y Vanessa Kirby. 
Joaquin Phoenix y Vanessa Kirby como Napoleón Bonaparte y Josefina
Joaquin Phoenix y Vanessa Kirby como Napoleón Bonaparte y Josefina
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Joaquin Phoenix y Vanessa Kirby como Napoleón Bonaparte y Josefina

A lo largo de sus 13 años de matrimonio, de 1796 a 1809, y aquellos posteriores en los que ella aún siguió con vida, Napoleón Bonaparte y su primera esposa, Josefina de Beauharnais, compartieron una abundante correspondencia. El reflejo de una historia repleta de pasión, violencia, celos, erotismo y toxicidad que aún se se refleja a través de las 265 cartas que se conservan del emperador galo y las cinco que tan solo se poseen de ella, después de que las suyas desaparecieran entre los archivos familiares o a manos de coleccionistas indeseables.

Napoleón, la nueva película de Ridley Scott ahonda en los pasajes vitales del cruento militar francés, cuyas estrategias le consagraron como uno de los emperadores más exitosos de la historia de Europa, pero también de los más sangrientos. Un hombre de guerra sin miedo a derramar la sangre de los enemigos, y de los suyos propios, para llevar a cabo una ambición desmedida, pero cuya trayectoria quedó marcada por su amada Josefina y la relevancia que esta supuso en su carrera política y militar. Y es que durante sus años de amorío el emperador alcanzó la gloria, mientras que su separación tan solo trajo la desgracia a su vida. 

Las cerca de 300 misivas que ambos se intercambiaron durante los viajes de Napoleón, en sus campañas bélicas en países como Italia, Egipto o Rusia, eran recogidas en el libro Napoleón y Josefina: Cartas, en el amor y en la guerra (2014), contando con la traducción de Ángeles Caso. Una travesía al lado más íntimo del hombre que propagó la revolución por el mundo y que aún continúa siendo una figura controvertida en su análisis histórico, sorprendiendo aún al descubrir su obsesión amorosa por Josefina.

Las cartas eróticas y obsesivas que compartieron Napoleón y Josefina
Las cartas eróticas y obsesivas que compartieron Napoleón y Josefina
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Las cartas de Napoleón y Josefina: del amor al odio

En marzo de 1796, el general del ejército francés Napoleón Bonaparte contraía matrimonio con la viuda Josefina de Beauharnais, una madre de dos hijos que perdió durante el Reinado del Terror a su esposo -quien también era militar-, fue encarcelada y posteriormente liberada, viéndose obligada a hacer alarde de sus mejores encantos amatorios para sobrevivir en la sociedad de la época. Él tenía 32 años. Ella seis años más. Un matrimonio de conveniencia que terminaría convirtiéndose en un verdadero suplicio para ambos, quienes terminaron enamorados hasta las trancas. 

Tras la celebración del casamiento, ambos tan solo pudieron disfrutar de dos noches de pasión y después Napoleón partió a Italia, de la que había sido nombrado su general en jefe del Ejército. Así, la correspondencia entre ambos se volvió constante, especialmente por parte del militar, quien ansiaba volver "a los brazos y los senos" de su amada. Pero mientras este hacía que su nombre sonara cada vez más alto como el gran héroe de Francia, esta continuaba disfrutando de las fiestas y la vida repleta de excesos de París, llegando a adoptar como amante al teniente Hippolyte Charles.

Napoleón, quien siempre mantuvo su amor hacia Josefina en las misivas como medio para sobrevivir a la contienda y mantener el espíritu alto, compartió durante meses un tono cariñoso y erótico hacia su esposa en estos escritos. Entre las frases más pícaras encontramos algunas despedidas tan divertidas como "espero dentro de poco tiempo estrujarla en mis brazos y cubrirla con un millón de besos debajo del ecuador", "le doy mil besos a su pequeño bosque negro y aguardo con impaciencia el momento de adentrarme en él" o "un beso en el corazón, y luego un poco más abajo, ¡mucho más abajo!".

Carta de Napoleón a Josefina, fechada el 23 de mayo de 1976
Carta de Napoleón a Josefina, fechada el 23 de mayo de 1976
Getty Images - Lebrecht 3

A juzgar por las palabras de Napoleón y ante la ausencia de un archivo completo de Josefina, sabemos que la ciudadana francesa descuidaba el envío de mensajes a su marido, que progresivamente eran más fríos y distanciados en el tiempo. Su mujer le daba evasivas para no visitarle en Italia, aupando una transformación en el carácter de Napoleón. 

Posteriormente, mucho más colérico y amenazante se presentaba el militar en sus escritos, terminando por detonar su rabia tras enterarse de los cuernos de su mujer, los cuales tampoco le hubieran importado en demasié si no hubieran sido de dominio público y hubieran implicado la ausencia completa de afecto hacia este, como prácticamente recogía en sus propias cartas. 

"Ya no te quiero; más bien te detesto. Eres mala, torpe, boba y sucia. No me escribes, no quieres a tu marido; sabes el placer que le producen tus cartas, ''¡y no le escribes ni siquiera seis líneas deprisa y corriendo!", escribía Napoleón en noviembre de 1796.

A este enfado también se sumó el enterarse de los negocios fraudulentos de su esposa, quien vendía material de mala calidad a los soldados, y los engaños sobre un falso embarazo que había sufrido, después de confiar siempre en la palabra de su encantadora esposa.

Vanessa Kirby como la emperatriz Josefina en 'Napoleón'
Vanessa Kirby como la emperatriz Josefina en 'Napoleón'
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Napoleón, el cornudo de Europa

De esta forma, Napoleón regresó enormemente enfadado a la ciudad de París, después de una incursión en Egipto de la cual Josefina se apeó en el último instante. Antes de su retorno, su hijastro Eugenio de Beauharnais escribió a su madre para advertirle de lo que se la venía encima, mientras que Napoleón escribió a su hermano José sobre su aflicción

Dos cartas interceptadas por Inglaterra que corrieron como la pólvora por Europa, siendo el cornudo oficial de la época. Era entonces el año 1798. Durante los siguientes años, las misivas entre ambos fueron escasas y la familia de Napoleón le intentó convencer a toda costa de que se divorciara de ella, quien era incapaz de darle un heredero y encima le era infiel

Este terminó accediendo a perdonarla. Napoleón decidió finalmente mantener su matrimonio, pero todo cambió a partir de entonces. Un punto de inflexión en el que Josefina empezó a estar más enamorada que nunca de él. Si bien, Napoleón hizo bien en mantenerla cerca en su papel como conspiradora, después del salto del mandatario a la política, primero como primer cónsul y después como emperador, mudándose ambos al Palacio de las Tullerías.

A comienzos del siglo XIX, Napoleón continuó expandiendo sus territorios, dejando muy claro de nuevo su amor a su amada, pero siempre por detrás del bien de Francia. "Mi querida amiga: mi corona de laurel debe ser para la patria, la segunda será para vos. Mientras hacía retroceder al general Alvinzi, pensaba en Francia; cuando lo derroté, pensaba en vos", señalaba un seductor militar y político desde Milán, el 9 de junio de 1800. 

Vanessa Kirby y Joaquin Phoenix como Napoleón y Josefina en 'Napoleón', de Ridley Scott
Vanessa Kirby y Joaquin Phoenix como Napoleón y Josefina en 'Napoleón', de Ridley Scott
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Los años siguientes su relación terminó mutando con las numerosas amantes de las que comenzó a encapricharse el mandatario, siempre ante el temor de Josefina de que acabará abandonándola. Los celos de ella hicieron que incluso le persiguiera en uno de sus escarceos amorosos, momento en el cual se apunta a que este pudo haberla maltratado, mostrando al tirano al que muchos denunciarían tiempo después. Estos eventos también coincidieron con el nombramiento de Napoleón como emperador, quien decidió que Josefina también fuera emperatriz, dejando atrás todas las rencillas entre ambos.

"Siento que estuvieras tan preocupada. Me han dado detalles que demuestran toda la ternura que sientes hacia mí; pero tienes que tener más fuerza y más confianza. Además, ya te había avisado de que no te escribiría durante seis días", redactaba Napoleón a Josefina el 27 de octubre de 1805 desde la ciudad de Múnich, donde avanzaba contra el ejército ruso. 

Aunque sus cartas durante los siguientes años fueron numerosas, cada vez fueron más breves e intentaban alejar la presencia de Josefina, y más después de que Bonaparte se enterara de que una de sus amantes había quedado embarazada y su esposa era incapaz de darle un hijo. Este fue finalmente el detonante de su matrimonio. El 14 de diciembre de 1809 se divorciaron, pero él le dejó el título de emperatriz, parte de su corte y una buena vida junto a los suyos.

Joaquin Phoenix como Napoleón Bonaparte
Joaquin Phoenix como Napoleón Bonaparte
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Tan solo un año después, en 1810, Napoleón contrajo matrimonio con María Luisa de Austria, de la que finalmente nació su hijo legítimo, Napoleón Francisco Carlos José. Sin embargo, las misivas con Josefina no dejaron de sucederse hasta el final de la vida de esta, el 29 de mayo de 1814, por complicaciones de un resfriado. "Adiós, mi querida Josefina, resignaos como yo, y no dejéis nunca de recordar al que jamás os olvidó y jamás os olvidará", rezaba la carta de Napoleón a Josefina desde Fontainebleau, el 16 de abril de 1814, tan solo unos días antes del fallecimiento de esta. Una predicción de un destino fatal. 

Por aquel entonces, Francia ya había negado su apoyo al mandatario, quien estaba exiliado en la isla de Elba, pero quien nunca olvidaría a Josefina. De hecho, la leyenda cuenta que las últimas palabras que Napoleón pronunció en vida, en su exilio posterior en la isla de Santa Elena en 1821, fueron "Dios mío, el ejército, Josefina".

De esta forma, Napoleón, interpretado ahora por Joaquin Phoenix, y Josefina, interpretada por Vanessa Kirby, permiten vislumbrar el amor que se profesaron a lo largo de las décadas en Napoleón, el nuevo filme de Ridley Scott que muestra un pequeño atisbo de las cartas entre ambos. Un amor considerado por muchos como el más grande de la historia, y que es apuntado por otros tantos por su carácter obsesivo y tóxico. Dos tendencias plasmadas de igual manera entre cientos y cientos de cartas que pasarán a la posterioridad. 

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Redactor 'Cinemanía'

Amante del cine de terror y la fantasía. Estudié Doble Grado en Periodismo y Comunicación Audiovisual, especializándome después con el Máster de Periodismo Multimedia Profesional en la Universidad Complutense. Di mis primeros pasos en Unidad Editorial, SensaCine y la Agencia EFE. Actualmente escribo para CINEMANÍA, donde llevo más de cinco años abordando las películas y las series del momento.

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