Qué sería del verano sin los bicicletas, el sol, las piscinas, las playas o las montañas y, sobre todo, qué sería del verano sin los amigos. Todos hemos vivido esa mágica época sin clases en la que todo es posible, desde vivir las aventuras más insólitas como enamorarse o descubrir un tesoro a hacer frente a peligros como las picaduras, las quemaduras o, lo peor de todo, el propio final del verano.
Afortunadamente para los que ya no son tan jóvenes, el cine nos ha dado la oportunidad de revivir muchos de aquellos veranos a través de películas maravillosas cargadas de dosis de buen rollo. La última de ellas llega precisamente de nuestro país, Live is life, y con ella nos ponemos tan nostálgicos como Dani de la Torre y rememoramos algunas de las mejores pandillas de verano que nos ha dado el cine. ¿Cuál es tu favorita?
Live is life (Dani de la Torre, 2022)
Aislarte de tu familia con un poco de música en un viaje largo, negociar el intercambio de cromos con un amigo o picarse a ver quién llega primero con la bici. Live Is Life se ambienta en el verano de 1985 pero parece que hay cosas que apenas cambian. En ella, Rodri, Garriga, Suso, Álvaro y Maza son un grupo de chicos que se reúnen como cada verano en un pequeño pero precioso pueblo de Galicia.
Sin embargo, diferentes problemas han precipitado su paso a la adolescencia, entre ellos el cáncer de Álvaro o un accidente sufrido por el padre de uno de ellos. Por ello se proponen un útimo gran viaje antes de hacerse mayores, el de buscar una planta milagrosa que resuelva todos sus problemas yendo al monte durante la Fiesta de San Juan. “Todos juntos para siempre”, como ellos dicen, reirán, llorarán, huirán de los quinquis y la liarán de lo lindo allá por donde pasen. Desde este viernes 3 de junio en cines.
El relevo (Peter Yates, 1979)
La pandilla de un pueblo de Indiana vive al margen del ambiente universitario. Pero cuando Dave (Dennis Christopher) se enamora y se anuncia una carrera de relevos, el grupo encontrará la oportunidad perfecta para demostrar su valía.
Peter Yates (Bullitt) dirigía esta maravillosa coming of age setentera y precedente de otras grandes películas como Los goonies o Cuenta conmigo. Un filme relativamente modesto que terminó llevándose el Oscar a mejor guion original entre las 5 categorías a las que aspiraba y que mezcla hábilmente amor y amistad con un elemento inédito hasta la fecha en este tipo de películas, el ciclismo.
Los Goonies (Richard Donner, 1985)
Mikey, Bocazas, Data y Gordi (con la inestimable ayuda de Sloth) formaron una de las pandilla más icónicas de los 80 gracias a la fantástica aventura que vivían buscando el tesoro de Willy el Tuerto para salvar a sus familias del embargo.
Hay muchos motivos por los cuales Los goonies se ha convertido en una película de aventuras mítica pero quizá el mayor sea que condensaba como ninguna la esencia del cine juvenil ochentero: la inocencia, el espíritu aventurero y una mirada algo liviana pero ciertamente melancólica hacia esa juventud cerca de extinguirse con el fin del verano que intentarían plasmar otros tantos cineastas tiempo después.
Cuenta conmigo (Rob Reiner, 1986)
El relato más amable de Stephen King fue adaptado por Rob Reiner junto a un estupendo reparto (encabezado por River Phoenix) para dar vida a este grupo de chicos que emprendían una aventura por el bosque.
Rob Reiner siempre tuvo un don para captar la ilusión juvenil y la ternura del amor, incluso en películas que no iban directamente sobre la infancia como La princesa prometida o Cuando Harry encontró a Sally. En Stephen King (al que volvería a adaptar con Misery) encontró el aliado perfecto para volcar una de las más bonitas historias sobre amistad durante el verano.
Amigas para siempre (Lesli Linka Glatter, 1995)
Entre tanta pandilla masculina, las chicas de Shelby forman una de las amistades más bonitas con ese sueño compartido de pasar el verano intentando construir la casa del árbol perfecta mientras afrontan la madurez.
Salvo contadas excepciones (la mayoría de ellas gracias a John Hughes con La chica de rosa), la adolescencia en el cine de los ochenta fue de clara mirada masculina, por eso fue tan importante una película como la dirigida por Lesli Linka Glatter (que ha continuado dirigiendo capítulos para Mad Men o The Leftovers) y protagonizada por Melanie Griffith y Demi Moore o unas jovencísimas Cristina Ricci y Thora Birch, entre las que se va confrontando la mirada inocente a la adolescencia con la meláncolica y nostálgica de la edad adulta. Ellas marcaron el camino para que pudieran venir otras grandes protagonistas como Lady Bird o las de Super Empollonas.
Super 8 (J. J. Abrams, 2011)
En los 70, George Lucas y Spielberg tiraban de nostalgia por los años 50. J.J. Abrams creció con sus películas y no dudó en tirar de aquella nostalgia para rodear a su cuadrilla de intrépidos cineastas a la caza del misterio: Joe, Charles, Jack, Cary y Alice.
Esta quizá sea la pandilla que tiene que hacer frente a un mayor peligro y la película más desmarcada del cine adolescente al mezclarlo con terror y misterio, pero es precisamente eso lo que la hace más especial aún. También fue en cierta medida un respiro para su director, J. J. Abrams, quien venía de enfrascarse en la saga Star Trek sin saber que estaba a punto de involucrarse de nuevo en otra gran saga espacial como la de Star Wars.
It (Andy Muschietti, 2017)
La pandilla de Derry era la única capaz de plantar cara a uno de los monstruos más aterradores, el payaso Pennywise. En su joven reparto se encuentran algunas de las caras más prometedoras del cine, como Jaden Martell, Finn Wolfhard o Sophia Lilis.
Andy Muschietti se encargó de revivir nuestras peores pesadillas con esta adaptación de Stephen King (se ve que las pandillas de verano eran lo suyo) que ya tenía un escalofriante precedente en la película para televisión de Tim Curry en los noventa.
Super Dark Times (Kevin Phillips, 2017)
Que su alucinante póster no te confunda: nada tiene que ver con Stranger Things o similares. Unos amigos sufren una desgracia y tendrán que encubrirse los unos a los otros en este tenebroso reverso de Cuenta conmigo.
Si Super 8 utilizaba la mezcla de géneros para desmarcarse del resto, la película de Kevin Phillips es directamente un oscuro relato sobre la adolescencia en su peor versión. La pandilla de verano de Super Dark Times pone a prueba su confianza y amistad de la manera más retorcida (y en cierta manera, realista) con un relato que te dejará mucho peor cuerpo que cualquier otra película de la lista.
La banda (Roberto Bueso, 2019)
La vuelta de Edu desde Londres a su pueblo en Valencia desencadena un carrusel de emociones: su hermano se casa, sus amigos ya han empezado a trabajar, su viejo amor reaparece y la duda lo asalta. ¿Y si realmente es el único que no ha cambiado?
Roberto Bueso ya había explorado el final del verano y la adolescencia con el fascinante corto La noche de las ponchongas, y en esta película volvía a centrar su relato en un adolescente. La pandilla de La banda es quizá el ejemplo más cercano y fácil de identificar para nosotros, sobre todo si tenemos relación con el pueblo y con las famosas peñas y bandas que se van formando en cada uno de estos y a las que cuesta tanto decir adiós.
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