MGM pierde los derechos de 'Tomb Raider': la secuela con Alicia Vikander queda en suspenso

Hace pocos días le preguntaron a Alicia Vikander por Tomb Raider 2, y su respuesta no fue muy halagüeña. La actriz ganadora del Oscar, que había interpretado a Lara Croft en el reboot de 2018, dio a entender que el proyecto estaba en el limbo, principalmente a causa de la compra de MGM (estudio propietario de los derechos de adaptación del videojuego) a manos de Amazon. MGM quedó en bancarrota y se puso en venta luego de los enormes costes que trajo aplazar el estreno de Sin tiempo para morir una y otra vez a causa de la pandemia, y ser adquirido por el conglomerado de Jeff Bezos afectó al plan de producción. “Ahora todo es cuestión de política”, admitió Vikander.

Tomb Raider, dirigida por Roar Uthaug, proponía una versión más realista de la arqueóloga que aquella que vimos, interpretada por Angelina Jolie, en los dos films distribuidos por Paramount en 2001 y 2003. Tras ganar 275 millones en taquilla MGM decidió poner en marcha una secuela, que inicialmente iba a dirigir Ben Wheatley. Luego de su marcha el proyecto fue heredado por Misha Green, showrunner de Territorio Lovecraft, pero hoy según revela The Wrap ni ella ni Vikander siguen vinculadas a Tomb Raider 2. De hecho ni siquiera lo está MGM, pues el estudio acaba de perder los derechos de los videojuegos de Square Enix, con lo que la secuela queda virtualmente cancelada.

Alicia Vikander confiesa que la fama le ha hecho ser miserable

MGM consiguió la licencia del personaje en 2013 de manos de Graham King y su sello GK Films. Al amparo de este trato produjo la Tomb Raider de Vikander, pero este solo se prolongaba a nueve años y acaba de expirar, sin que MGM haya conseguido renegociarlo. La semana pasada ya se iniciaron las primeras pujas entre estudios y plataformas de streaming, poniendo en pie una guerra de ofertas de la que MGM, a punto de experimentar grandes cambios bajo el reciente dominio de Amazon, va a permanecer ajena. Según cuenta una fuente, estos días en Hollywood se percibe una gran sed por adquirir propiedades intelectuales, y Tomb Raider es el objetivo de todo un “frenesí alimenticio”.

Ocurra lo que ocurra con los derechos que ha recuperado GK Films, no parece probable que Vikander y Green vuelvan a recalar en el proyecto, y si en algún punto Tomb Raider vuelve a los cines lo tendría que hacer sujeta de un nuevo reboot. 

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