Milan Kundera en el cine: de la nueva ola checa a 'La insoportable levedad del ser'

Las adaptaciones cinematográficas de la obra literaria del escritor son escasas pero altamente significativas por su contribución a la percepción de la Primavera de Praga y la represión soviética.
Juliette Binoche y Daniel Day-Lewis en 'La insoportable levedad del ser'
Juliette Binoche y Daniel Day-Lewis en 'La insoportable levedad del ser'
Cinemanía
Juliette Binoche y Daniel Day-Lewis en 'La insoportable levedad del ser'

Milan Kundera, el escritor checo nacionalizado francés autor de novelas como La broma o La insoportable levedad del ser, ha fallecido a los 94 años en París. Kundera residía en Francia desde que se exilió de Checoslovaquia en 1975, donde tras ser víctima de la represión soviética de la Primavera de Praga había sufrido diversos vaivenes de expulsión y readmisión en el Partido Comunista.

Nombre fundamental de la literatura checa del siglo XX (si bien él prefería verse incluido en la tradición francesa, lengua en la que escribió la mitad de su obra), el impacto de su figura en las letras europeas va acompañado de la turbulenta realidad política que le tocó vivir, incluida la prohibición de sus libros. Quizás se conoce menos la vinculación de Kundera con el cine, si bien siempre fue su gran pasión junto a la música y la literatura.

Kundera estudió dirección y escritura de guion en la Facultad de Cine de la Academia de Praga a finales de los años 50 del siglo pasado y posteriormente enseñó historia cinematográfica en la Academia de Música y Arte Dramático, así como en el Instituto de Estudios Cinematográficos de Praga. 

Kundera y la nueva ola checa

En 1965, Hynek Bočan, uno de los alumnos del escritor, adaptó en un cortometraje Nadie se va a reír, uno de sus primeros relatos; las penurias de este historiador de arte incapaz de transmitir con sus textos posteriormente sería recopilado en el volumen El libro de los amores ridículos (1968). Significativamente, Bočan fue uno de los cineastas censurados en la represión soviética de la Primavera de Praga en 1968.

Antes de la llegada de las tropas del Pacto de Varsovia para aplastarlo todo, el momento de efervescencia cultural y las reformas democratizadoras de la Primavera de Praga habían contribuido a la eclosión de la nueva ola del cine checoslovaco con cineastas como Milos Forman, Věra ChytilováJaromil Jireš al frente. Este último dirigió una adaptación de La broma, la primera novela de Kundera, protagonizada por Josef Somr (Trenes rigurosamente vigilados), actor clave del movimiento.

Sátira irredenta del estalinismo, sus contradicciones ideológicas y afición a la represión totalitaria (trata en tono de humor absurdo la expulsión de un miembro del Partido Comunista, incidente parecido al vivido unos años antes el propio Kundera y su amigo Jan Trefulka), tanto el libro como la película de La broma generaron controversia saldada con entusiasmo lector y prohibición gubernamental.

La broma de Jireš se estrenó en 1969, pocos meses después de la represión de la invasión de Checoslovaquia y no tardó en ser prohibida durante las próximas décadas en los cines del telón de acero. Afortunadamente, esta situación no impidió que el cineasta pudiera rodar su obra maestra Valerie y su semana de las maravillas un año después, pero esa es otra historia.

Otro importante disidente del régimen comunista dentro del sector cultural, el actor Pavel Landovský, antes de que le prohibieran seguir haciendo cine protagonizó otra adaptación sacada de El libro de los amores ridículos. En este caso, la comedia romántica Yo, el Dios triste (1969), dirigida por Antonín Kachlík.

La Primavera de Praga en los Oscar

Como es lógico, la brutal represión de la Primavera de Praga, la invasión de las tropas del Pacto de Varsovia y la sensación de desesperanza posterior, tuvieron un efecto definitorio en la vida y obra de Milan Kundera. La insoportable levedad del ser (1984), su novela más conocida, está impregnada a todos los niveles por ese contexto, más allá de narrar directamente el evento histórico.

También es la adaptación más popular de la obra de Kundera al cine gracias a la película homónima de Philip Kaufman que se estrenó tan solo cinco años después con un elenco tan florido como para hacer hueco a Daniel Day-Lewis, Juliette Binoche y Lena Olin como trío protagonista. Una producción de lujo con Sven Nykvist, el director de foto de Bergman, y el innegable reclamo del erotismo de escenas como Lena Olin frente al espejo o el baile de Day-Lewis y Binoche.

Fue Milos Forman quien ofreció el proyecto al director estadounidense, que venía de firmar Elegidos para la gloria (1983), ya que prefirió no encargarse él por miedo a represalias del gobierno comunista contra sus familiares, que seguían viviendo en Checoslovaquia. 

El francés Jean-Claude Carrière firmó el guion de la película junto a Kaufman, y con importante implicación de Kundera, aunque el escritor quedaría tan descontento con la versión final que se desvincularía notablemente de su promoción. La película obtuvo dos nominaciones a los Oscar: mejor guion adaptado y mejor dirección de fotografía.

En cualquier caso, quizás el logro más notable de La insoportable levedad del ser, que rodó en Lyon y París, fue mostrar auténticas imágenes documentales de la represión de la Primavera de Praga, filmadas en 1968 por alumnos del Instituto de Estudios Cinematográficos de la ciudad. Para miles de ciudadanos rusos que acudieron a las proyecciones clandestinas de la película, fue la primera vez que podían ver esas imágenes. Y con Marta Kubišová cantando Hey Jude de fondo.

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Coordinador web 'Cinemanía'

Crítico de cine que ve demasiadas series, licenciado en Periodismo y posgraduado en Semiótica en la Universidad Complutense de Madrid; cayó en una marmita de Nouvelle Vague cuando era pequeño y lleva mucho tiempo acostándose tarde en festivales de cine.

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