Tom Cruise es la última gran estrella de Hollywood, y lo es básicamente porque nadie se esfuerza tanto como él en serlo. En los últimos años, y a medida que sus excentricidades abandonaban la tribuna pública, el actor se ha convertido en un adalid del cine espectáculo en sus términos más puros y maravillosos, erigiendo su saga Misión imposible como lugar idóneo para invocar esta idea y encandilar al público.
Misión imposible, basada aunque ya nadie se acuerde en una serie de los 60, se ha desarrollado durante seis exitosas películas, habiendo dirigido Christopher McQuarrie las dos últimas y disponiéndose a hacer lo propio con el díptico Sentencia mortal, que llevaría a su fin definitorio la epopeya de Ethan Hunt. Sentencia mortal - Parte 1 es, pues, la antesala para ese final, y una forma de ir abriendo boca.
Antes de que Christopher McQuarrie se convirtiera en miembro habitual de la banda de Tom Cruise, la saga Misión imposible ofrecía a la crítica jugosas oportunidades de reflexionar sobre cómo la impronta de cada director contratado modificaba nuestra experiencia de Ethan Hunt. Brian De Palma, John Woo, J.J. Abrams y Brad Bird pulieron durante quince años una marca extraña, esquizofrénica, donde cada entrega se distanciaba en tono y estilo de la previa sin dejar de asegurar su posición a la vanguardia del cine de acción.
Con McQuarrie todo acabó, y no porque el guionista de Sospechosos habituales lo hiciera mal, sino porque la autoría pasó a correr a cuenta de otra persona: el mismo Tom Cruise, subordinando las imágenes de forma irreparable a su visión del cine (y su pulsión de muerte). Tanto Nación secreta como Fallout como ahora Sentencia mortal - Parte 1 cuentan con presupuestos homogéneos, y a la postre hiperconscientes de su posición en la industria.
A lo que conduce esto, en última instancia, es a que las satisfacciones que ofrecen las entregas tardías de Misión imposible parezcan constreñidas a una suerte de fe religiosa en las hazañas de Cruise. Fe religiosa que ha refrendado el taquillazo de Top Gun: Maverick, y que por fuerza cuenta con su peor (pero entendible) enemigo en el cinismo: en percibir la esencial ridiculez tras los delirios de este hombre, y en cómo estos pueden llegar a afectar un vértigo más difícil de lograr que cualquier stunt kamikaze: el que administra la ficción pura.
Aun cuando McQuarrie sea solo un sacerdote disciplinado que predica la palabra de la Iglesia de la Cruisología, sus trabajos han podido recabar parte de ese vértigo gracias fundamentalmente al magnético personaje de Ilsa Faust. Desde que debutara en Nación secreta, la interpretación de Rebecca Ferguson ha inyectado a las conspiraciones de Hunt un hálito de romanticismo muy particular, que vuelve a darle los mejores momentos a esta Sentencia mortal - Parte 1. Sobre todo en un extenso y maravilloso prólogo que ya parece una película en sí misma, donde su cuerpo y el de Ethan se buscan en medio de una tormenta de arena.
Un posible motivo por el que esta primera Sentencia mortal (que como va siendo costumbre en Hollywood precede el desenlace de la saga) se antoje un ligero paso atrás con respecto a las anteriores películas de McQuarrie es lo ocurrido con Ilsa. El guion de McQuarrie devalúa su rol en la trama, deja de confiar en ella para construir arcos dramáticos y la sume en perezosas inercias narrativas, prefiriendo que la recién llegada Hayley Atwell brille en su lugar.
Con lo cual todo termina girando por entero alrededor de la misión salvífica de Cruise, enfrentándole el guion al gran enemigo de la saga y al más temible que le pudiera presentar nuestra época: no ese Gabriel (Esai Morales) de vinculación con su pasado que acusa más perezosos automatismos, sino aquella a quien sirve de secuaz: una Inteligencia Artificial omnipotente cuya visualización remite a Sauron y fuerza más que nunca la adscripción de Misión imposible al thriller de espionaje y a la ciencia ficción.
Y rinde estupendamente en ambos apartados. Con un guion algo más embrollado de lo habitual, Sentencia mortal - Parte 1 intensifica el aire paranoico que siempre latió en una saga donde las organizaciones gubernamentales nunca disimularon trabajar únicamente para su propio beneficio (de ahí la felicísima recuperación de Henry Czerny, y con ella el juego de ecos a la Misión imposible inaugural), y descubre hallarse más cómoda en el suspense que en la acción pirotécnica.
Componiendo, en fin, otro de esos entretenimientos de primer orden a los que nos han malacostumbrado, si bien nunca como aquí se notaron más las irregularidades en el andamiaje y más se nos permitió sospechar que en realidad Cruise no nos va a salvar de nada, pues solo es otra entidad que funciona con algoritmos distintos a las de su enemigo final.
'Misión imposible: Sentencia mortal - Parte 1' sinopsis
¿De qué tratan las películas de Misión imposible? Sabemos que hay carreras de motos, saltos, combates y que nosotros mismos saltaremos de la butaca en varias ocasiones a lo largo del metraje, y el resto no nos importa demasiado. Pero, con todo, las películas de esta saga de acción tienen un argumento.
En la penúltima entrega de las misiones imposibles de Tom Cruise, Ethan Hunt y los suyos tratarán de hacerse con un arma que, de caer en malas manos, podría poner en peligro a toda la humanidad. Además, McQuarrie ha asegurado que el personaje interpretado por Cruise luchará, a su vez, con los fantasmas de su pasado.
'Misión imposible: Sentencia mortal - Parte 1' fecha de estreno y duración
Desde que Brian de Palma estrenase la primera entrega de Misión imposible en 1996, el Ethan Hunt de Tom Cruise se ha convertido en uno de los héroes más populares del cine. Pero los años no pasan en balde (ni siquiera para Tom Cruise), y Ethan Hunt ve próxima su retirada.
Para marcharse con honores, el invencible espía saldrá por última vez a la pista para afrontar lo que promete ser un baile letal de despedida dividido en dos películas. La primera entrega de Misión imposible: Sentencia mortal llegará a nuestros cines el 12 de julio y tendrá una duración de 156 min.
'Misión imposible: Sentencia mortal - Parte 1' director
Esta ya es la tercera vez que Christopher McQuarrie se pone al frente de la dirección de esta saga de acción tras Misión: Imposible - Nación secreta (2015) y Misión: Imposible - Fallout (2018), de las que también es el guionista. Además, también ha dirigido las películas Secuestro infernal (2000) y Jack Reacher (2012).
Como guionista, empezó su carrera en 1993 con el filme Public Access, al que siguió un episodio de Policías de Nueva York en 1994 y otras películas como Sospechosos habituales (1995, por la que ganó un Oscar y un BAFTA) o Valkiria (2008) -por si te lo preguntabas: sí, la amistad con Tom Cruise viene de lejos-.
'Misión imposible: Sentencia mortal - Parte 1' reparto
Excepto por su debut como director, Christopher McQuarrie no se pone detrás de una cámara si delante no está Tom Cruise. La última estrella viviente del cine protagonizó su Jack Reacher (2012) y las dos últimas entregas de Misión imposible.
Pero, ¿quién más acompañará a este dúo inseparable? Pues los también infalibles Simon Pegg (Benji), Ving Rhames (Luther, que no se dejaba ver desde la tercera entrega), Vanessa Kirby (Alanna) y Henry Czerny (el agente Eugene Kittridge), quien dejó la saga en su primera entrega, cuando todos eran mucho más jóvenes y Tom Cruise... Bueno, Tom Cruise es caso aparte.
'Misión imposible: Sentencia mortal - Parte 1' tráiler
Corriendo por las calles de Italia, peleando encima de un tren, a caballo o saltando con una moto por un acantilado, Ethan Hunt ha vuelto (o quizá deberíamos decir que Tom Cruise ha vuelto, al fin y al cabo, sabemos que realmente es él quien hace todas esas escenas, incluida la del acantilado).
¿Quieres estar a la última de todas las novedades de cine y series? Apúntate a nuestra newsletter.
Comentarios
Hemos bloqueado los comentarios de este contenido. Sólo se mostrarán los mensajes moderados hasta ahora, pero no se podrán redactar nuevos comentarios.
Consulta los casos en los que 20minutos.es restringirá la posibilidad de dejar comentarios