Ni batallas ni ents: esta fue la escena más difícil de rodar de ‘El señor de los anillos’

Al menos según Dominic Monaghan y Billy Boyd, intérpretes de Merry y Pippin.
Fotograma de 'El señor de los anillos: El retorno del rey'
Fotograma de 'El señor de los anillos: El retorno del rey'
Fotograma de 'El señor de los anillos: El retorno del rey'

Dominic Monaghan y Billy Boyd se han asociado para crear un podcast, The Friendship Onion, lo que significa que ahora tienen todo el tiempo del mundo para recordar batallitas del rodaje de El señor de los anillos. En la trilogía de Peter Jackson encarnaron respectivamente a Meriadoc ‘Merry’ Brandigamo y Peregrin ‘Pippin’ Tuk, siendo una experiencia que atesoran con gran cariño y que no han dudado en compartir con el público. Al hilo de una entrevista con IGN la dupla de intérpretes ya ha hecho revelaciones muy jugosas, como que hubo un hobbit (posiblemente Merry) que estuvo a punto de morir por orden de los productores o que en una escena ambos casi aparecen desnudos.

Aún queda mucho por contar sobre el rodaje de El señor de los anillos, por lo que parece, y es que en un momento dado de la entrevista Monaghan se puso a pensar en cuál había sido la escena más difícil de toda la trilogía. No tardó mucho en pensar algo: nunca lo pasaron tan mal como cuando tuvieron que grabar la parte de los Puertos Grises al final de El retorno del rey, donde Frodo (Elijah Wood) se despide para siempre de sus amigos Merry, Pippin y Samsagaz Gamyi (Sean Astin). No fue ni una gran batalla ni su encuentro con los ents en CGI, para Boyd y Monaghan lo más difícil fue abrazar a Frodo por última vez.

“¡Tuvimos que hacerlo tres veces!”, explica Monaghan. “Si nos dijeran a los cuatro ‘elegid una escena que garantice que solo hay que hacer una vez y no volver a ella’ probablemente responderíamos los Puertos Grises, solo porque todos estábamos ahí llorando como niños. Así que, al hacerlo tres veces, creo que la tercera versión que hice (la que está en la película) no es tan histérica a como estaba en la primera o incluso en la segunda. Fue difícil”. La secuencia oficia de clímax emocional para toda la trilogía, de modo que Jackson pidió a los actores que acudieran al set dispuestos a deshacerse en lágrimas. Los hobbits siempre están en contacto con sus emociones, justificó.

Pero hubo problemas. “No es frecuente que te pidan eso como actor, y los cuatro estábamos ahí muy vulnerables, haciéndolo tres veces. Requería bastante esfuerzo”, proseguía Monaghan, y Boyd tomó la palabra: “Para los que no sepan por qué la hicimos tres veces… Sean Astin llevaba el traje equivocado. Después de comer se quitó el chaleco para almorzar. Cuando volvió se olvidó de ponerse el chaleco, así que la continuidad se arruinó. Volvimos otro día y lo rodamos de nuevo, y el celuloide se estropeó en la fábrica donde se procesa. Así que tuvimos que volver a hacerlo otro día. Por eso fueron tres veces”.

La mala suerte acompañó el rodaje de esta escena, pero al menos todo salió como debía salir al final y los espectadores tuvieron la oportunidad de compartir las lágrimas de sus amigos hobbits.

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