Bruce Springsteen se quedó sin protagonizar esta adaptación de Stephen King: el productor no sabía quién era

Machacada en su día, la película se ha convertido en un título de culto y su rodaje fue tan accidentado que el director de fotografía perdió un ojo.
Bruce Springsteen en 1985
Bruce Springsteen en 1985
Archivo
Bruce Springsteen en 1985

En España, Bruce Springsteen también es The Boss. Su gira de conciertos por Madrid y Barcelona han puesto de manifiesto que el chico que soñaba con conocer a Elvis Presley se ha convertido en su encarnación. A unos meses de cumplir 75 años, Bruce Springsteen no tiene ya nada que demostrar. Es una de las más grandes estrellas que ha dado el rock, lidera a la mitológica E-Street Band y sus directos no admiten parangón. 

En la vida de Bruce Springsteen, que veremos adaptada al cine con Jeremy Allen White (The Bear) como protagonista, no hay recovecos sombríos. No hay fracasos, escándalos, miserias. El propio Springsteen cuenta, desenfadadamente, en su autobiografía que, durante años, padeció depresión. El autor del rock más alegre desde los Allman Brothers no era capaz de hacerse feliz a sí mismo. 

Jeremy Allen White (izq.) y Bruce Springsteen.
Jeremy Allen White y Bruce Springsteen.
Cinemanía

Sin embargo, todo esto parece haber quedado atrás y Springsteen, guitarrista, letrista y cantante excepcional, no tiene nada que demostrar. O quizá sí. En la última temporada de El show de Larry David, Springsteen se interpreta a sí mismo. En uno de los episodios, el cómico creador de Seinfeld lo contagia de COVID y se ve obligado a paralizar su gira, algo que debió hacer, por otros motivos, con su tour europeo.

La relación de Springsteen con el cine no es muy estrecha: Sean Penn debutó como director con Extraño vínculo de sangre, una película basada en la canción Highway Patrolman de Springsteen. También puso en órbita a Courteney Cox cuando la sacó a bailar en el videoclip Dancing in the dark, dirigido por De Palma, y realiza un pequeño cameo en Alta fidelidad en compañía de su inseparable Telecaster. 

Por último, compuso la canción central de Show me a hero, de David Simon. Sin embargo, su conexión más conocida es el Oscar que ganó por Philadelphia: Jonathan Demme ni siquiera tenía pensado que esta fuese la canción principal pero, cuando Springsteen se la presentó, tuvo que descartar a las demás. De algo sirve ser Springsteen. Pero pudo haber más: Bruce Springsteen estuvo cerca de haber protagonizado La rebelión de las máquinas, la única película dirigida por Stephen King.

¿Por qué no contrataron a Bruce Springsteen?

Más conocida con su título original, Maximum Overdrive, La rebelión de las máquinas es uno de los pocos borrones en la carrera de Stephen King. El prolífico creador de pesadillas escribió en 1978 uno de sus mejores libros, el compendio de relatos El umbral de la noche. De aquí, se han adaptado algunos como Los chicos del maíz, Boogeyman o El último turno. Otros se fundieron en la notable Los ojos del gato.

Stephen King en 'La rebelión de las máquinas'
Stephen King en 'La rebelión de las máquinas'
Cinemanía

Camiones nunca parecía interesar a los directores, a pesar de sus abrumadoras posibilidades: en un mundo distópico, los vehículos cobraban vida y se vengaban del trato que los hombres les habían prodigado. King le puso remedio al problema estrenándose como director en La rebelión de las máquinas, disponible en Prime Video. El resultado fue muy discutible. 

Hoy convertida en título de culto, la película fue vapuleada por crítica y público. En los trailers, King la anunciaba diciendo que "nadie se atrevía a adaptarla y he tenido que hacerlo yo". Su entusiasmo, al parecer, no era legítimo. Como protagonista, King soñaba con Bruce Springsteen, cantante al que ha citado en varias novelas. The Boss representaba al obrero americano por excelencia, y habría constituido un acontecimiento por sí mismo: la primera película de King y Springsteen.

Emilio Estévez en 'La rebelión de las máquinas'
Emilio Estévez en 'La rebelión de las máquinas'
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Sin embargo, el legendario productor Dino de Laurentiis descartó a Bruce antes, si quiera, de que Bruce pudiera descartar la película. El motivo es insólito: no sabía quién era, y prefería darle la película a un actor conocido. El seleccionado, teniendo en cuenta estas características, tampoco es una elección obvia: Emilio Estévez, más popular por ser hijo de Martin Sheen y hermano de Charlie Sheen que por sí mismo. 

Los Razzies premiaron la decisión con dos nominaciones: la de peor actor para Estévez, y la de peor director para King. Este último, además, perdió interés en la producción cuando supo que Springsteen no estaría al frente. 

La escena del cortacésped en 'La rebelión de las máquinas'
La escena del cortacésped en 'La rebelión de las máquinas'
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La película se cierra con un detalle estremecedor y, sin embargo, muy coherente con la trama. En una de las escenas, una máquina cortacésped cobra vida y persigue a uno de los protagonistas. Armando Nannuzzi, director de fotografía de La rebelión de las máquinas, que había rodado, entre otras, La caída de los dioses de Visconti o Jesús de Nazaret de Zeffirelli, propuso filmar la escena desde lejos. 

Un zoom sería suficiente para captar un par de planos. King se negó: debía acercarse todo lo posible a la máquina, que activaron para que galopase, a su capricho, durante unos metros. El título en español del largometraje se hizo realidad y la máquina cortacésped, en lugar de alejarse, salió disparada hacia la cámara de Nannuzzi y este, que no logró apartarse a tiempo, vio cómo el aparato brincaba hasta situarse a la altura de su cara. 

Resultado: Nannuzzi perdió un ojo y King tuvo que pagarle una indemnización de 18 millones de dólares. Un ilustrativo ejemplo de lo que ocurre cuando dejas al rey del terror al mando.

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