La muerte de Mari Carmen Villaseñor, popularmente conocida como Mari Carmen y sus muñecos, ha reavivado la nostalgia de muchos de los espectadores de Un, dos tres, responda otra vez, que se han zambullido en Internet para recuperar los mejores momentos de esta ventrílocua, madrina de la hosca Doña Rogelia o del afectadísimo león Rodolfo.
Aunque su fama provino esencialmente de la televisión, Mari Carmen y sus muñecos también apareció en varias películas, como La graduada (1971). La industria española ha contado con una plétora de cómicas, auténticas reinas del humor, que realzaban cualquier producción, aunque su paso por ellas fuese fugaz.
En nuestro cine, la risa tiene tono de voz de mujer, desde las grandes damas del teatro, que brevemente expandían su imperio de los escenarios a los sets de rodajes, a las humoristas de la pequeña pantalla.
Guadalupe Muñoz Sampedro
Guadalupe nació en 1896, un año después de que los hermanos Lumiére proyectasen, en El gran café de París, las primeras películas que habían realizado; y murió un 4 de diciembre de 1975, en el prólogo de una Transición política y cinematografía que ella ya no vería evolucionar. Muñoz Sampedro nos dejó más de cincuenta largometrajes en herencia, como Historias de la radio o Maribel y la extraña familia.
Julia Caba Alba
Su abuelo, Pascual Alba, era actor. Su sobrina nieta, Irene Escolar, también. Entre ambos extremos, se levanta una de las grandes dinastías del cine y el teatro español, y Julia Caba Alba es uno de sus miembros más destacados.
Aunque en su carrera, alternó el drama con la comedia, la filmografía de Caba Alba incluye dos títulos sin los cuales el cine español estaría huérfano: El verdugo o Plácido. En esta última película, da muestras de su sutil vis cómica al casarse in articulo mortis con el que había sido, hasta esa Nochebuena, su pareja. Pero él no parece estar muy dispuesto.
Lina Morgan
Vedette, actriz dramática, de televisión, de cine y de radio y propietaria del Teatro La Latina de Madrid durante casi treinta años, Lina Morgan es un nombre esencial en la comedia española. Pese a que el cine no fuese su ocupación primordial, cuenta con más de cuarenta créditos entre películas para salas y teatro para televisión. En la pequeña pantalla, destaca su obra Vaya par de gemelas, en la que interpreta a una mujer humilde y puritana y a su secreta hermana, adinerada y liberal.
Gracita Morales
Según López Vázquez, trabajar a su lado no era tan divertido como ver sus películas. La actriz de voz aguda tenía un carácter minado por las depresiones, uno de los tristes denominadores comunes entre las estrellas de la comedia, cuya vida a veces no tiene ninguna gracia. Morales provocó centenares de carcajadas a lo largo de su carrera, ya fuera como seductora atracadora en Atraco a las tres o monja motorizada en Sor Citroën.
María Luisa Ponte
Al igual que Julia Caba Alba, María Luisa Ponte no fue sólo una actriz cómica: en su prolífica filmografía, compuesta por más de 110 títulos, se hallan películas como La colmena o El mundo sigue.
No obstante, Ponte tenía un don portentoso para hacernos reír que no se parecía en nada al de Lina Morgan o al de Gracita Morales: como el que fuese su pareja durante varias décadas, Agustín González, cuanto más se enfadaba ella, mejor lo pasaban los espectadores. Así ocurre en La vida por delante o en Nacional III.
Rafaela Aparicio
Diminuta y de voz atiplada, sólo con la obra de Rafaela Aparicio se podría reconstruir el cine español. Actriz habitual para Carlos Saura y Fernando Fernán Gómez, Aparicio también apareció en Sur, la segunda y antepenúltima película de Víctor Erice. Su facultad para la comedia queda más que probada en La vida alrededor o la comedia negra El extraño viaje.
Florinda Chico
Veintidós veces trabajó esta actriz para Mariano Ozores, lo que ya habla de lo especialidad que estaba Florinda Chico en la comedia española. Sin embargo, la intérprete extremeña ensanchó su talento en obras dramáticas, como Cría Cuervos, de Saura o La casa de Bernarda Alba, de Camus. En televisión, fue el “monumento” a causa del cual López Vázquez se desgañitaba al verla pasar, cada mañana, por la Plaza Mayor en la serie Este señor de negro.
Laly Soldevila
Aunque falleció a los cuarenta y seis años a causa de un cáncer, Laly Soldevila apareció en más de setenta películas, incluyendo El espíritu de la colmena y varias de Berlanga, como la amarga comedia ¡Vivan los novios! o ese autorretrato de España llamado La escopeta nacional.
Chus Lampreave
Berlanga, Ferreri, Cuerda, Fernando Trueba, de Armiñán, Colomo, Segura y Almodóvar. Todos estos directores trabajaron con ella, y repitieron. Con el último, Chus Lampreave actuó en ocho películas, sobresaliendo en cada escena que el cineasta manchego le regalaba.
Para ilustrar el de alcance de Chus Lampreave en la comedia española, veamos un título por cada director: La escopeta nacional, El pisito, Amanece que no es poco, Belle Époque, Mi querida señorita, Bajarse al moro, Torrente: el brazo tonto de la ley y Volver.
Verónica Forqué
Como Gracita Morales, Verónica Forqué hizo felices a los espectadores mientras ella lidiaba, silenciosamente, con la tragedia. Como actriz, supo ser ingenua, cándida, salaz y gamberra y brillar tanto en televisión como en el cine. En la gran pantalla, quizás, nunca ha estado tan divertida como en Kika, de Pedro Almodóvar, junto a otra de las nuevas reinas de la comedia, Anabel Alonso.
Gemma Cuervo y Mariví Bilbao
Aunque parte de la popularidad de ambas actrices emana de la pequeña pantalla gracias a las series cómicas La que se avecina y Aquí no hay quien viva, Gemma Cuervo y Mariví Bilbao son dueñas de una larga trayectoria en cine, destacando El mundo sigue y La comunidad, respectivamente.
Carmen Machi
La actriz madrileña puede, al mismo tiempo, subir al escenario en una adaptación de Shakespeare, hacer estallar los audímetros con su serie Aída o ganar un Goya por su actuación en Ocho apellidos vascos, la película española más taquillera de todos los tiempos. Carmen Machi ha trabajado en tres ocasiones para Pedro Almodóvar (cuatro, si se cuenta su corto La concejala antropófaga) y dos para Álex de la Iglesia (tres, si se cuenta su serie 30 monedas).
María Barranco
Su tercera película fue Mujeres al borde de un ataque de nervios, lo que la llevaría, en menos de un año, al Dolby Theatre de los Ángeles, donde Pedro Almodóvar y su reparto esperaban recoger un Óscar a mejor película extranjera que finalmente fue a parar a Pelle el conquistador. Además de para Almodóvar, con quien volvió a trabajar en ¡Átame!, Barranco también ha actuado a las órdenes de Antonio Mercero en la hilarante Don Juan, mi querido fantasma.
María León
En la comedia actual, hay pocas actrices que puedan compararse a María León, y ninguna que la supere. Ha trabajado con su madre y su hermano en Carmina y revienta y en Carmina y amén y protagonizó, junto a Antonio de la Torre, la sección más divertida de Historias para no contar. María León ha adoptado registros muy diferentes a los exhibidos en películas como las anteriores en la miniserie El hijo zurdo o en La voz dormida.
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