San Sebastián 2022 | 'No te preocupes querida': La distopía feminista de Olivia Wilde se lo debe todo a Florence Pugh

Vendrás por la polémica y te quedarás por 'Miss Flo', pero este filme está lejos de la excelencia de 'Súper empollonas'.
'No te preocupes querida'
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Cinemanía
'No te preocupes querida'

“Hay solamente una cosa peor que hablen de ti, y es que no hablen de ti”, decía Oscar Wilde. No sabemos si la actriz y directora Olivia Wilde estará del todo de acuerdo con esta afirmación del hombre con el que comparte iniciales y apellido, pero, sin duda, para cualquier gurú del marketing, la polémica en torno a No te preocupes querida, segunda incursión de Olivia en la dirección, es un éxito promocional. 

Si bien la magistral Súper empollonas introdujo a la actriz en los círculos más selectos de la industria de Hollywood, con las majors compitiendo por este segundo proyecto y los críticos y los cinéfilos ansiosos por su colaboración con Florence Pugh, el morbo ha facilitado que el filme también llegue a oídos del público 'mainstream', aunque veremos si se traduce en taquilla. 

¿Que por qué Wilde podría no estar tan contenta con esta atención desbordante? Además de por lo obvio (su desagradable papel en este culebrón, acusada de desentenderse del proyecto durante el rodaje o de no llevarse muy bien con su actriz protagonista), también por lo mucho que le había costado demostrar su valía. No te preocupes querida era por fin su estreno libre de prejuicios tras una Super empollonas con la que acalló a todos aquellos que dudaron de ella. 

Ahora toda la campaña promocional del que iba a ser su trabajo más esperado ha quedado reducido a la controversia, pero hoy hemos venido a hablar de cine. La directora presenta la película de la discordia en el Festival de San Sebastián tras su estreno mundial en Venecia y la producción está lejos de la calidad y frescura de su ópera prima. 

Distópica, feminista, olvidable

Si tuviéramos que valorar No te preocupes querida de forma escueta, diríamos que es correcta. Un adjetivo que las autoexigentes protagonistas de Súper empollonas considerarían insultante, incluso mediocre, pero que engloba la falta de originalidad y el vago desarrollo de esta apuesta. 

El filme nos traslada a una comunidad idealizada que recupera el estilo de vida de los años 50, creada por el visionario Frank (Pine) dentro del Proyecto Victoria para sus trabajadores y las familias de estos. Entre los habitantes del lugar, están Alice (Pugh) y Jack (Styles), una pareja que disfruta diariamente de los huevos con panceta, las reuniones con amigos y el placer femenino sobre la mesa del comedor. 

El aspecto que Wilde trata con más mimo en este segundo largo es sin duda el visual. Dibuja un paraje desértico, utópico, con palmeras que rozan un cielo eternamente soleado; una Palm Springs suburbana con gente guapa que usa mucha laca, conduce coches clásicos y abraza la moda pin-up. En ese colorido escenario, pura armonía y belleza, Wilde construye una distopía feminista sobre el peligro del control y del no cuestionamiento, armas de sumisión del machismo velado.

Hay ideas muy ambiciosas y con potencial en la trama, pero están bastante más descuidadas que la puesta en escena. En su afán por abarcarlo todo, Wilde abusa de los recursos oníricos y cae en una sobreabundancia de temas: el empoderamiento femenino, la masculinidad tóxica, la nostálgica y controladora mirada masculina hacia tiempos misóginos o el peligro escapista del Metaverso se cuelan a codazos y de forma atropellada. 

Para colmo, desde su estética hasta un guion desatendido, No te preocupes querida te hace sentir que todo esto ya lo has visto antes: es Las mujeres perfectas con intentos de Black Mirror y Matrix. Parece buscar una sensación de claustrofobia como Déjame salir, pero fracasa estrepitosamente. Suerte que cuenta con Florence Pugh, heroína aplasta-huevos que poco a poco rompe la cáscara que la aprisiona.

Ella es la 'Final Girl' que se rebela, la ama de casa que sacrifica lo perfecto por su libertad, el talento que hace por momentos angustioso este thriller doméstico, la única por la que recordarás el filme dos días después de haberlo visto. En su presencia, te crees al villano de Chris Pine o te dejas conquistar por el carisma de Harry Styles (aunque la dualidad de su personaje hace que entendamos por qué era un papel para Shia Labeouf). 

Ojalá estuvieran todos tan afinados como la rubia. Ojalá el guion les hubiera facilitado ese trabajo. Ojalá una exploración en profundidad de las cuestiones que se plantean de forma tan superficial. Ojalá unos diálogos equiparables a su ambición estética. 

Tal vez las expectativas han jugado en contra de una Wilde presionada por demostrar que Súper empollonas no fue cuestión de suerte, por probar que también sabe jugar en las grandes ligas. Lástima que esta relectura crítica del manual de la buena esposa en tiempos de realidad virtual no cumpla con todo lo que promete. 

Cinemanía, en Donostia para contarte lo mejor del Festival de Cine de San Sebastián

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Coordinadora de series 'Cinemanía'

Con un nombre susceptible de ser olvidado, muchos se refieren a mí como la chica del cine y las series, y desde 2016 escribo sobre ellas en CINEMANÍA. Estudié Periodismo en la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona y tengo un Máster en Periodismo Cultural en la Universidad CEU San Pablo, donde ahora imparto la asignatura Información Cinematográfica. Nunca dejaré de volver a ver 'Friends'.

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