Sitges 2022 | 'Increíble pero cierto': penes electrónicos contra el paso del tiempo, lo nuevo de Quentin Dupieux

El director de 'Mandíbulas' regresa a Sitges por partida doble, puesto que también estrena  'Fumar provoca tos'. 
'Increíble pero cierto' ('Incroyable mais vrai')
'Increíble pero cierto' ('Incroyable mais vrai')
Festival de Sitges
'Increíble pero cierto' ('Incroyable mais vrai')

'Toro' es la palabra que protagonizó el festival de Sitges en 2020, gracias a la díptera comedia Mandíbulas, que se convirtió al instante en la gran sensación de ese año y engrandeció la figura del cineasta francés Quentin Dupieux, cuya filmografía ya es habitual en el certamen catalán. No es de sorprender, por tanto, que el realizador estrene dos películas en la 55ª edición: Increíble pero cierto y Fumar provoca tos. 

En esta ocasión, Dupieux se ha trasladado a Sitges para presentar sus filmes ante los espectadores, donde ha revelado que ambas películas se encuentran "en la cara opuesta de la misma moneda", una "muy tonta" y la otra "muy inteligente". Si en Cannes ya éramos partícipes del estreno de Fumar provoca tos, ahora Increíble pero cierto (Incroyable mais vrai) llega para conquistarnos con un retrato sci-fi de la crisis de la mediana edad. 

Penes electrónicos y viviendas fantásticas

Penes electrónicos, viajes en el tiempo y problemas psicológicos, ante la negativa a aceptar la senectud, sirven como sustento a unos personajes que anhelan ser jóvenes eternamente, pero encuentran en ello una regresión a la adolescencia. Por una parte, Marie (Léa Drucker), una mujer que sueña con recuperar la imagen de antaño y convertirse en una modelo famosa; por otra, Gérard (Benoît Magimel), un hombre que decide acudir a una sorprendente cirugía para reforzar su virilidad, mientras no deja de encadenar novias jóvenes. 

Mientras la protagonista femenina es la viva imagen de las influencers, las modelos o actrices empeñadas en acudir a operaciones estéticas para frenar el paso del tiempo; el apartado masculino lo protagoniza un personaje de éxito, obcecado en hacer realidad los memes vitales de Leonardo DiCaprio. Ambos personajes se encuentran relacionados con el taimado y reflexivo Alain (Alain Chabat), ella como su mujer y él como su jefe, quienes no atienden a su contrapunto de cordura.

El psicólogo Dan Kiley acuñaba en 1983 el síndrome de Peter Pan en su obra El síndrome de Peter Pan: los hombres que nunca crecieron, donde reflejó a la perfección la incapacidad de muchos adultos para avanzar mentalmente, anclándose en una edad mental que realmente no acompaña a sus poseedores. 

Un síndrome que lleva dividendo a expertos en la materia desde hace décadas, pero que, sin duda, ejemplifica a la perfección la forma de sentir y parecer de muchos. Un sentimiento que acompaña al filme constantemente y nos hace replantearnos hasta qué punto estaríamos dispuestos a perdernos a nosotros mismos por frenar el envejecimiento, en plena era del bótox, los implantes capilares y la viagra. 

Una casa sobrenatural que huye del estereotipo

El nuevo hogar al que se mudan Marie y Alain sirve como pretexto para detonar una trama, en la que los viajes en el tiempo y los secretos que el agente inmobiliario guarda sobre el lugar provocan la obsesión de ella y el enfado de él, mientras luchan por mantener su relación a flote y su propia salud mental. 

Así, Increíble pero cierto continúa la senda de los filmes de hogares fantásticos, pero alejándose de las habituales casas encantadas a las que estamos acostumbrados. Buena prueba de este cine eran las recientes Vivarium (Lorcan Finnegan, 2019) y La habitación (The room) (Christian Volckman, 2019)- ambas presentadas también en Sitges-, que otorgaban a sus escenarios la importancia de cualquier personaje protagonista, evitando los estereotipos del género. Pero, sin restar un ápice de terror e intriga hacia lo que sucede en estos lugares. 

Con un montaje complejo y vertiginoso hacia su desenlace, acompañado del humor tan característico de Dupieux, el cineasta continúa demostrando un gran talento en la construcción de sus guiones, siguiendo la senda de Wrong, Mandíbulas Deerskin. Depieux se ha convertido en maestro de lo absurdo, sin renunciar a su lado más sesudo e interesante, que en Increíble pero cierto encuentra su punto más álgido. Un filme construido para que riamos sin parar, pero que también plantea hasta qué punto seríamos capaces de llegar para lograr la eterna juventud. 

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Redactor 'Cinemanía'

Amante del cine de terror y la fantasía. Estudié Doble Grado en Periodismo y Comunicación Audiovisual, especializándome después con el Máster de Periodismo Multimedia Profesional en la Universidad Complutense. Di mis primeros pasos en Unidad Editorial, SensaCine y la Agencia EFE. Actualmente escribo para CINEMANÍA, donde llevo más de cinco años abordando las películas y las series del momento.

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