Christopher Nolan ha conseguido labrarse un nombre propio en la industria cinematográfica internacional a base de experimentar con sus obras, transformándose en un maestro de la ciencia ficción a través de sus juegos con el espacio y el tiempo.

Muchos han decidido seguir la estela de Nolan para emular su filmografía y casi todos han fracasado estrepitosamente por el camino. Ahora, Prime Video apuesta por una propuesta arriesgada en esta misma senda, que aúna el universo de los superhéroes con homenajes a filmes como Origen, de Nolan, o Matrix, de las hermanas Wachowski.

"La realidad es una ilusión". Esta es la frase promocional de Awareness, dirigida por Daniel Benmayor, quien ya sufría unos cuantos descalabros en el pasado con Bruc: El desafío, Tracers y Xtremo. Ahora, su nueva película ahonda en un mundo astral que se desarrolla paralelamente al verídico, donde se ocultan los mayores secretos y quedan guardados los recuerdos: nuestra propia conciencia.

Valoración:

Partiendo de una premisa de los más interesante, la pugna de dos organizaciones, la Agencia y la Conciencia, por el control de una serie de personas con poderes que son conocidos como los Receptores, el filme evidencia demasiado pronto la falta de dinero en la realización de unos efectos especiales que se quedan a medio gas, abusando del temblor de cámara y los golpes de sonido.

La construcción de relatos sci-fi resulta de suma complejidad y aún más en un momento en el que The Creator batalla a duras penas por conquistar la cartelera, después de su inversión millonaria de 80 millones de dólares. Todo pese a las alabanzas del público y la crítica sobre esta guerra entre la IA y los seres humanos. Algo que evidencia la dificultad para convencer al público amante de este género y que podría afectar precisamente al filme de Benmayor en su llegada a Prime Video el 11 de octubre.

Aun con la presencia de Pedro Alonso (La casa de papel), María Pedraza (Élite) y Óscar Jaenada (Piratas del Caribe: En mareas misteriosas), la verdadera estrella de Awareness resulta ser el actor más novato del reparto, Carlos Scholz (Feria la luz más oscura, Sin límites), quien consigue poner un punto de cordura al caos más absoluto.

Así, Ian (Scholz), uno de los Receptores al margen de la sociedad junto a su padre, vive a base de pequeños timos gracias a sus habilidades. Entre sus poderes se hallan la creación de espejismos, la posibilidad de acceder a los recuerdos de las personas y la capacidad de doblegar las acciones de los demás. El soldado perfecto que ambas organizaciones buscan en su propio beneficio.

El filme de Benmayor cuenta con secuencias de acción trepidantes, una fotografía cuidada y un intento de adentrarnos en un universo laberíntico en una guerra entre la Agencia y la Conciencia, pero supone una película más de ciencia ficción de bajo presupuesto que terminará perdiéndose en el maremágnum de Prime Video. Lo mismo de siempre, pero con diferente nombre.