[ESTE ARTÍCULO CONTIENE SPOILERS DE EL ASCENSO DE SKYWALKER]
De todas las cuestiones que El ascenso de Skywalker debía responder, quizá la relación entre Rey y Kylo Ren era la más peliaguda de todas. Ambos personajes, heroína y villano, compartían un vínculo que empezó a insinuarse en El despertar de la Fuerza y terminó de cristalizar en Los últimos Jedi, tendiendo un lazo a través de la Fuerza capaz de pasar desapercibido a ojos del Líder Supremo Snoke. Un vínculo que, en el Episodio IX, culminó con el regreso de Ren al Lado Luminoso, y un apasionado beso antes de que este muriera.
La escena respondió a las plegarias de cierta parte del fandom, que ya se planteaban un escenario donde ambos pudieran tener una relación amorosa (el llamado Reylo), pero estos seguidores harían bien en no hacerse demasiadas ilusiones. Durante un pase para fans de la última entrega de Star Wars, el director J.J. Abrams respondió unas cuantas dudas despertadas durante la proyección, resolviendo entonces qué era lo que Finn se pasaba intentando decirle a Rey durante toda la película, y aclarando los sentimientos de esta por Kylo.
"Antes que una relación romántica, es una cuestión de hermano y hermana", explicó, según recoge Slash Film. "No como un asunto sexual o romántico, sino que están unidos en esta película de un modo muy intenso y espiritual, de modo que sí, también podría considerarse romántico". El beso que comparten Adam Driver y Daisy Ridley es una expresión de amor, en efecto, pero de un amor mucho más esotérico de lo que podría parecer a simple vista, según defiende el cineasta.
Sin embargo, puede que esta prudencia a la hora de definir el idilio de Rey y Kylo no pueda impedir la afloración de fanfics, como por otro lado nunca ha hecho.
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