Habitual de Woody Allen, hija del célebre director de cine y teatro Peter Hall (Akenfield) y mujer emprendedora, con su reciente ópera prima como directora, Passing, la británica Rebecca Hall supone un sello de calidad en cada producción a la que se suma. El cineasta David Bruckner sitúa ahora a la actriz en el eje central de la claustrofóbica The Night House, donde el personaje de Beth afronta la soledad producida por la muerte repentina de su marido. Abandonada a su merced en una casa construida junto a un lago y diseñada por el propio fallecido, este emplazamiento engendra sus peores pesadillas y nos muestra una brillante interpretación repleta de matices.
Bruckner sostiene la cámara frente al rostro de Hall para trasladarnos a la forza delle donne del cine de Dario Argento y Mario Bava, en primeros planos con reminiscencias a las miradas penetrantes de Jessica Harper, Letícia Román o Barbara Steele. La sombra de la sospecha, una serie de crímenes y su perturbadora investigación detrás son las claves de este neogiallo, que los más puristas del género acusarán por sus licencias sobrenaturales.
Ben Collins y Luke Piotrowski otorgan el peso de toda la trama a Hall, quien navega entre la fantasía y la realidad, acuciada por los fantasmas del lugar. Columnas que se transforman, saltos temporales entre habitaciones o existencias alternativas transpiran un surrealismo ajeno a la presencia masculina. Una vuelta de tuerca a las mansiones embrujadas, en un acercamiento a La casa encantada (Robert Wise, 1963), Hausu (Nobuhiko Ôbayashi, 1977) o Vivarium (Lorcan Finnegan, 2019).
Sangre, monstruos y fantasmas
En 2007, Bruckner debutaba en el género de terror con el thriller de zombies La señal (The Signal). Así daba comienzo su amor por el derramamiento de sangre y las criaturas más atroces. Su travesía por las películas de miedo continuaría con la realización de algunas piezas audiovisuales para los largometrajes V/H/S, Southbound y la serie Creepshow.
Una década después, la bienintencionada El ritual conseguía aumentar la atención de la audiencia en su filmografía, pese a la disparidad de opiniones de la crítica. The Night House se convierte en la obra más sólida del estadounidense, quien había colaborado anteriormente con Collins y Piotrowski en el guion de Siren (Gregg Bishop, 2016). Además, los tres trabajan juntos actualmente en la nueva versión de Hellraiser, que también dirigirá Bruckner.
El cineasta ha sido responsable de la complicada plasmación de las páginas escritas por el tándem de guionistas, quienes idearon la vivienda como un personaje más de una trama en la que también tienen espacio algunas pequeñas apariciones de Sarah Goldberg (Barry), Vondie Curtis-Hall (Daredevil), Evan Jonigkeit (X-Men: Días del futuro pasado) o Stacy Martin (Nymphomaniac). Sin olvidar el curioso cameo invisible, que bien podría homenajear a los monstruos clásicos de Universal. No hay quién mantenga el suelo limpio con los espíritus que pisan el barro.
La reina del blockbuster
La tragedia dentro del laberíntico hogar de Beth obtuvo una gran ovación del público del festival de Sundance durante su estreno, con grandes alabanzas hacia la terrorífica actuación de Hall. Una actriz con más de tres décadas de trayectoria profesional a sus espaldas, quien continúa buscando su merecido puesto dentro de la industria del cine.
Esta es la segunda participación de la londinense en el género de terror después de La maldición de Rookford (Nick Murphy, 2011), demostrando una vez más por qué se ha convertido en una de las reinas del blockbuster, más allá de su laureado papel en Vicky Cristina Barcelona. De igual forma, también ha aparecido durante los últimos años en El truco final, The Town. Ciudad de ladrones y Godzilla vs. Kong.
Comprometida con las causas sociales, Hall también ha estrenado este año Passing, donde pugna de nuevo contra el racismo y el machismo de la sociedad, algo que ha hecho que en su carrera se enfrente a gigantes como Marvel. La británica denunciaba públicamente la misoginia de la Casa de las Ideas en 2016, después de que la empresa recortara su papel de villana en Iron Man 3 por el simple hecho de ser mujer. Una pugna contra los demonios que la actriz posterga en su filmografía. Los astros se han alineado para que todos los focos apunten a Hall, quien justifica reiteradamente que ha nacido para ser una estrella.
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