Tom Hanks recuerda cuando "nadie quería trabajar con Disney" en los años 80

Hoy suena raro, pero durante los años 80 Disney era una empresa muy distinta a la que es ahora. No solo por su menor proyección en Hollywood en consonancia a su nulo número de propiedades (lejos quedaban los tiempos en que adquiriría Pixar, Marvel, Lucasfilm y Fox), sino porque cierto descontrol en su entramado permitía que la Casa del Ratón lanzara al mercado películas sumamente extrañas, que desafiaron su habitual target familiar. Es por eso que, tras estrenos tan locos como El abismo negro, El dragón del lago de fuego o TRON, a mediados de los 80 Disney fundó una filial dedicada específicamente a películas destinadas al público adulto. Su nombre era Touchstone Pictures.

Y su primera película fue Un, dos, tres… Splash, con Tom Hanks y Daryl Hannah. El romance entre un humano y una sirena ha vuelto cada tanto a la conversación reciente por la ocurrencia de Disney de censurar una escena a su inclusión en el catálogo streaming, cubriendo con pelo digital el trasero de Hannah y luego rectificando. Pero más allá de esto, resulta que Un, dos, tres… Splash está cerca de cumplir 40 años, y sigue siendo un film muy querido para cierto público. Hanks, en concreto, le atribuye bastante importancia durante sus primeros años de carrera, y entrevistado en el podcast de SiriusXM ha echado la vista atrás para reparar en cómo han cambiado las cosas dentro de Disney.

El actor, que antes de Un, dos, tres… Splash no había hecho mucho aparte del relativo éxito de Despedida de soltero, recordó cómo le contactó Ron Howard para protagonizar la película. Howard y Hanks se conocían de antes, pues ambos habían trabajado en la sitcom Días felices que protagonizó el primero antes de dar el salto a la dirección; el actor de Forrest Gump acudió por otra parte como estrella invitada. “Ron Howard ya había dejado la serie, y estaba dirigiendo, y habían escrito esta película. Estaba con Disney pero nadie quería trabajar para Disney, y nadie aceptaba el trabajo”, cuenta Hanks, sorprendiéndose de cuánto ha cambiado Disney desde que “nadie quería trabajar” con el estudio.

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Ahora, claro, la Casa del Ratón es la líder de la industria, pero Un, dos, tres… Splash pillaba en un momento más precario. “Al final dijeron ‘oye, aquel tipo que pateó a Fonzie a través de una ventana de cristal podría ser bueno’. Así que acabé haciendo una audición”, prosigue Hanks. “Recuerdo que fui a los estudios Disney y no habían sido reformados. Lo habían construido en 1958 y no había cambiado nada”. De Un, dos, tres… Splash recuerda que “era una película de relativamente bajo presupuesto sobre una sirena”. 

“Me presenté a un par de audiciones, pensando que iba a hacer el papel del hermano chistoso o algo así. Y recibí una llamada de Ron Howard. ‘Escucha, quiero preguntarte algo. Bueno, tienes el trabajo. Quiero que hagas una audición para el papel principal. Y quiero a Daryl Hannah como la sirena”. Hannah no era tampoco una actriz muy conocida entonces, pero Hanks confió. “Yo sabía quién era Daryl Hannah porque ya había estado en Blade Runner. Ya era bastante formidable”. Así es como ambos recalaron en Un, dos, tres… Splash, y su carrera prosperó (también la de Disney). 

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