'Twisters': ¿Echas de menos un beso al final de la película? Este veterano director tiene la culpa

Lee Isaac Chung ha dirigido una secuela muy exitosa a partir de otro gran éxito de los 90, reuniendo a Daisy Edgar-Jones y Glen Powell en un nuevo romance.
Glen Powell y Daisy Edgar-Jones en 'Twisters'
Glen Powell y Daisy Edgar-Jones en 'Twisters'
Cinemanía
Glen Powell y Daisy Edgar-Jones en 'Twisters'

Twisters hace un trabajo muy bueno trayendo de vuelta el encanto de los años 90 que marcaba la Twister original por todos sus poros. Es una película ágil y entretenidísima, que no sorprende que haya triunfado del modo que lo ha hecho en EEUU: mientras que en países como España ha tenido una acogida más discreta, en su país natal la película de Lee Isaac Chung ha superado los 80 millones de dólares en su fin de semana de apertura, con muy buenos pronósticos para su recaudación total. Y, sin embargo, a Twisters le falta algo. Algunos espectadores ya lo han comentado en redes, y hay una razón.

Twisters es también una comedia romántica. Sus protagonistas son Kate Cooper (Daisy Edgar-Jones) y Tyler Owens (Glen Powell), dos cazadores de tornados que aprenderán a entenderse a lo largo de la película hasta que al final, en un aeropuerto, estén a punto de intercambiar un apasionado beso. Solo que no lo llegan a hacer. Descubren otro tornado en lontananza y se abalanzan hacia él, en una decisión que ha chocado al público. De tal forma que algunos periodistas ya han interrogado por la ausencia de este beso al equipo. “Creo que el público está en un lugar diferente ahora en términos de desear o no un beso”, ha explicado Chung, director de Minari, en Entertainment Weekly.

Chung aclara que ese beso se llegó a rodar, y que en los pases de prueba no había convencido. “De hecho, probé el beso y fue muy polarizante, y no era por su interpretación. Esta toma sin beso era la otra opción que había rodado ese día, y pude decir ‘me gusta más’. ‘Creo que es un final mejor’”. 

Powell bromea con que “se sintió muy ofendido” por que quitaran la escena (que ya se ha filtrado a redes sociales entre lamentos), aunque comprende los motivos de Chung. “Si terminara con el beso parecería que ese era el objetivo de Kate, acabar con un beso. En lugar de eso es mejor que termine con ella pudiendo seguir haciendo lo que hace con una sonrisa en la cara”.

Edgar-Jones se muestra de acuerdo. “Fue refrescante no tener que terminar en ese punto, porque al final acabas con dos individuos tan parecidos en su amor e interés e inteligencia, y comprensión del clima”. A los intérpretes y el director también le han sacado el tema en una entrevista con Collider, donde descubrimos otro ángulo muy interesante de lo ocurrido: al parecer, la idea de quitar el beso fue una anotación del ilustre productor de Twisters. Que, como pasó con la original de Jan De Bont, no es otro que Steven Spielberg.

“Creo que fue una nota de Spielberg, ¿no? Evitaba que la película pareciera muy tópica”, comentó Edgar-Jones. Powell tercia en ese sentido que no cree que “la película trate de que encuentren el amor”. “Se trata de devolver a Kate a lo que ama, que es la caza de tormentas. Eso es lo que ocurre al final de la película. Comparten esto, y la pasión de ella se revitaliza, y su sentido del hogar se revitaliza. Creo que un beso sería poco representativo del objetivo al final de la película. Y es una buena nota de Spielberg. Es la razón por la que ese chico sigue en este juego. Es increíble”. Así que podemos culpar a Spielberg de que Twisters termine de un modo (chiste meteorológico) tan anticlimático.

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