En la primavera de 2021, Aki Kaurismäki se reunió con el escritor y colega Mika Lätti para echarle un vistazo a una nave industrial abandonada en Karkkila, a una hora al noroeste de Helsinki. Ahí, han construido una sala de cine llamada Kino Laika, cuyo proceso de edificación ha sido captado por Veljko Vidak en Cinema Laika.
El documental sigue el día a día de los lugareños y el impacto de la reapertura de una sala de cine en un sitio tan inhóspito como ese, mientras elabora un perfil de Aki Kaurismäki. Además de los vecinos y trabajadores del Kino Laika, la película incluye las voces de Amy ToubinAmy Toubin y Jim Jarmusch.
'Cinema Laika', crítica de la película
"A partir de ahora nadie se va a acordar de Cannes", deja caer un lugareño de Karkkila, Finlandia, a propósito de la nueva sala de cine que está a punto de inaugurarse en la zona. Se trata de una sala muy especial: está en un antiguo complejo fabril, en mitad del bosque, y detrás de la empresa están Aki Kaurismäki y Mika Lätti. Dos chiflados, sin duda, porque si abrir una sala de cine ahora es todo un gesto a contracorriente, hacerlo fuera de las zonas urbanas, es un proyecto de locos.
Pero, como dice Jim Jarmusch en Cinema Laika, el documental de Veljko Vidak que retrata el proceso de remodelación y acondicionamiento de ese espacio en sala de cine, la lógica que sigue Kaurismäki es del todo menos funcional y posee un ritmo propio. El ritmo de los poetas, el de los románticos.
"Queríamos devolver algo a nuestro hogar en Karkkila por todo lo que me ha dado", dice Kaurismäki en un momento de la película. Su presencia física es esquiva en casi todo el metraje y va apareciendo en pocos momentos, ya sea conduciendo uno de los Cadillac que adora, pero sobre todo trabajando codo con codo con los operarios de la sala hasta el día de la inauguración.
La atmósfera de este singular documental, no obstante, está teñida al completo de su manera de ver el cine y la vida. Los lugareños interactúan entre sí como si fueran personajes salidos de alguna de las películas del finlandés y las tomas están captadas con ese hálito existencialista que da forma a su estética. El cine se ha colado de nuevo en sus vidas y la película, por momentos, parece una de nuestro admirado director.
Puede que Cinema Laika sea una obra que solo los acérrimos de Kaurismäki disfrutarán al cien por cien, pero contiene momentos verdaderamente inspirados en tanto que retrato de una comunidad y de un cineasta de una integridad irreprochable. Y nos deja, además, una hermosísima anécdota de la mano de Jarmusch recordando a la primera perra Laika del director, cuyo nombre ha inspirado el del cine de Karkkila.
En un viaje de Jarmusch a Helsinki, cuenta el estadounidense en Cinema Laika, Kaurismäki fue a recogerlo en un Cadillac descapotable, cuya capota no funcionaba. Así, para protegerse del frío finlandés, el director de Noche en la tierra viajó con la perra en su regazo dándole calor y con la noche estrellada del cielo del norte como paisaje. “Una perra hermosa, maravillosa. Tan dulce”. Precioso.
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