Festival D'A

Pequeña guía para una huida: cómo adentrarse en los misterios de ‘Trenque lauquen’

Las claves de la exuberante película-río de Laura Citarella, que se estrena en España de la mano del D’A Film Fest de Barcelona
'Trenque Lauquen', de Laura Citarella
'Trenque Lauquen', de Laura Citarella
Cinemanía
'Trenque Lauquen', de Laura Citarella

Hay algo contagioso y tentador en la posibilidad de perderse. Ir hacia algún lugar, extraviarse por el camino —deliberadamente o no— y volver, quizá, siendo otra persona. A veces, los festivales de cine ofrecen experiencias que trascienden el mero visionado de una película, un ritual cada vez más doméstico y subsumido a los peajes del algoritmo y la actualidad. Se sienta uno frente a la pantalla en blanco, si la vida le da tregua y se lo permite, anhelando vivir cierta clase de aventura. Este jueves 30 de marzo de 2023 el D’A Film Fest [8 recomendaciones del D'A 2023] proyectará una de las propuestas más retadoras de su decimotercera edición: hablamos de los doscientos sesenta minutos de Trenque Lauquen, lo último de la argentina Laura Citarella, que despliega una ficción mutante partida en dos capítulos sobre una mujer que emprende una huida en busca, quizá, de otras vidas que vivir.

1. Laura Paredes y ‘Ostende’

Citarella debutó en el largo en 2011 con Ostende, donde ya aparecía el personaje central de su nuevo filme: interpretada por la actriz Laura Paredes, de quien toma el nombre de pila, se trataba de una joven de clase media tirando a baja, algo retraída, que durante una breve estancia en un hotel costero creía atisbar una intriga. Allí la ficción se desarrollaba mayormente en los lindes de la mirada de Paredes: nos familiarizábamos con su rostro, fluctuante entre el tedio y la curiosidad, y asistíamos, por ejemplo, a su tentativa fallida de hacerse con una nota manuscrita que podría contener algunas claves. Por las noches, ante la escasez de alicientes, Laura se retiraba a su habitación a leer una novela de John Le Carré. En Trenque Lauquen, segunda entrega de una posible trilogía, esta mujer dejará de ser observadora de tramoyas ajenas para tomar las riendas de su propia ficción.

2. El influjo de El Pampero

La voluntad de riesgo, el levantar los filmes fuera de los tiempos que impone la industria y la importancia que se le da al trabajo creativo comunitario son señas de identidad de El Pampero Cine, la productora autogestionada que Laura Citarella fundó en 2003 junto a Alejo Moguillansky, Agustín Mendilaharzu y Mariano Llinás. Es imposible obviar la filiación de esta película con la desbordante La flor de Llinàs [Instrucciones para ver 'La flor, una película de 14 horas], producida por Citarella, que dura el triple pero comparte con Trenque Lauquen el mismo amor por las narraciones desdobladas: en una entrevista reciente, la cineasta también asemejaba su filme a una planta que se ramifica hasta el infinito; un jardín de senderos que se bifurcan, que diría Borges.

Trenque Lauquen fue escrita a cuatro manos por Laura Paredes y Citarella, que vieron cómo la película se expandía, cobraba vida propia, durante un largo proceso de edición que constantemente llevaba a volver a rodar. A este respecto, la cineasta ha comentado que prefiere pensar y hacer las películas en compañía: firmó a cuatro manos su segundo largo, La mujer de los perros, junto a la protagonista y también coguionista Verónica Llinàs, hermana del realizador, y con Mercedes Halfon rodó el documental Las poetas visitan a Juana Bignozzi. El D’A también mostrará estos días Clorindo Testa, la última película de Mariano Llinàs, una pesquisa alrededor de un arquitecto que fue amigo de su padre.

3. Una maleta llena de libros

Ya en La flor, el hallazgo de un montón de libros en el maletero de un coche evidenciaba, cuanto menos, la huella de alguien que había viajado y se había nutrido a través de los libros. No es que aquella escena en concreta tenga mucho que ver con la película de Citarella, pero Trenque Lauquen también está atravesada por ese tipo de ecos: es confesa la lectura irredenta de Bolaño por parte de la directora mientras el filme iba tomando forma, y en el desarrollo de la trama puede rastrearse a Mary Shelley, a Virginia Woolf o a Adolfo Bioy Casares.

De entre sus compañeros del Nuevo Cine Argentino, puede que el cineasta que puede sentirse más cercano a estas ficciones en constante reinvención sea Matias Piñeiro. Aunque sus filmes sean bien distintos, comparte con Citarella la idea del misterio como motor del mundo: a menudo, es aquello que está oculto o que por alguna razón nos está vedado lo que nos pone en movimiento. Claro que si hubo un cineasta del complot, que lanzó a sus personajes en busca del envés de las cosas, del lugar donde toman cuerpo los fantasmas del cine, ese fue Jacques Rivette.

Este es, pues, un relato de detectives. A su manera. Puede que incluso uno de monstruos. Habrá que verlo para cerciorarse. Para no avasallar al espectador con referencias que puede que no le digan nada, nos detendremos aquí invitándole a buscar sus propios asideros. Al fin y al cabo, Trenque Lauquen puede ser muchas películas en una: también fue la excusa que se le ocurrió a Laura Citarella para poder filmar y pasar tiempo en la región bonaerense que da título al filme, de donde procede su familia. Lo que es seguro es que la noche del jueves nos iremos a dormir saciados de imágenes y con algún que otro enigma rondándonos la cabeza. Y estará bien que así sea.

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