'Ahsoka' y 'Andor' llegan tarde: por qué las mejores series de 'Star Wars' van a ser las menos vistas

En menos de cinco años, la rama televisiva de la saga galáctica ha conseguido hastiar a su público potencial con más de lo mismo. Ahora las propuestas más interesantes y atrevidas sufren las consecuencias.
Rosario Dawson y Natasha Liu Bordizzo en 'Ahsoka'
Rosario Dawson y Natasha Liu Bordizzo en 'Ahsoka'
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Rosario Dawson y Natasha Liu Bordizzo en 'Ahsoka'

Ahsoka tiene un nuevo episodio cada semana en Disney+, pero sus primeras cifras de audiencia no han estado a la altura de las expectativas depositadas sobre la serie de Star Wars a pesar de que, como es habitual, su estreno se colocara en el top 1 mundial de la plataforma con, según sus propios datos, 14 millones de reproducciones. 

Para matizar, desde la medidora independiente SambaTV aportan que durante los primeros cinco días desde su estreno Ahsoka congregó a 1,2 millones de hogares en EE UU. Esa cifra se puede comparar con los datos de los estrenos de títulos Star Wars anteriores y percibir la tendencia decreciente. 

Ahsoka empata con los 1,2 millones de la primera temporada de Andor, pero cae por debajo de los 1,7 millones de la tercera de The Mandalorian o el gran hit galáctico hasta el momento: los 2,4 millones de Obi-Wan Kenobi, la miniserie protagonizada por Ewan McGregor retomando su papel de Jedi y estrenada hace poco más de un año.

Obi-Wan Kenobi y Ahsoka
Obi-Wan Kenobi y Ahsoka en 'Clone Wars'
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La saturación de la galaxia

La concatenación incesante de nuevas y nuevas series galácticas que han llegado a Disney+ en los últimos cinco años puede ayudar a explicar el hastío que se percibe en el público potencial de Star Wars, ya de por sí ciertamente desencantado con el resultado de las últimas propuestas cinematográficas de Lucasfilm.

Desde que The Mandalorian inauguró esta rama televisiva de la Galaxia Muy, Muy Lejana en noviembre de 2019, la serie de Jon Favreau protagonizada por Pedro Pascal y la marioneta de Baby Yoda ha estrenado 24 episodios (divididos en tres temporadas), ha tenido un extraño spin-off como El libro de Boba Fett, la mencionada Obi-Wan Kenobi, la primera temporada de Andor y ahora Ahsoka. 

A esos títulos de acción real hay que sumar las antologías de animación Star Wars Visions (18 episodios, dos temporadas) y Las crónicas Jedi (seis episodios), más la serie de La remesa mala, como otras ficciones que han profundizado, expandido y dado vueltas sobre los mismos elementos del canon galáctico ideado hace casi medio siglo por George Lucas. La sensación de saturación parece normal. 

Series y películas de 'Star Wars'
Series y películas de 'Star Wars'
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No hay más que comparar con el panorama que encontró Dave Filoni cuando estrenó The Clone Wars en 2008, cuatro años antes de la adquisición de Lucasfilm por parte de Disney. Su spin-off animado de aquella serie de Genndy Tartakovsky para Cartoon Network creada como apéndice de la trilogía de precuelas de Lucas parecía un intento desesperado por mantener viva la Fuerza en un terreno tantas veces menospreciado como la animación. Ahora, Ahsoka bebe de ella y de Star Wars Rebels, lo siguiente de Filoni.

Nostalgia zombie

Star Wars siempre ha tenido dificultades para adentrarse en caminos que la alejen de las vicisitudes de la familia Skywalker. Si The Mandalorian fue recibida con los brazos abiertos por la audiencia del streaming, ya bastante escaldada con la última trilogía cinematográfica y dos películas spin-off completamente vinculadas a la trilogía original, fue precisamente por su condición inicial de verso suelto. 

Con episodios autoconclusivos dentro de un marco narrativo y visual deudor del spaghetti western, las aventuras del cazarrecompensas con casco interpretado por Pedro Pascal podían ambientarse en una época muy concretamente posterior a El retorno del Jedi e incluso visitar lugares reconocibles de la mitología de la saga, pero podía valerse por sí misma como obra cerrada.

Eso fue hasta que tuvo éxito, claro. La segunda temporada de The Mandalorian ya se volcó en una acusada referencialidad a lo conocido, especialmente a partir del episodio The Jedi, dirigido por Filoni, donde hizo su debut Rosario Dawson como una Ahsoka Tano de carne y hueso. El cénit llegó, claro está, con la aparición de Luke Skywalker vía valle inquietante en el final de temporada. 

Una vez probado el pico de serotonina nostálgica experimentado por los fans, el mundo televisivo de Star Wars volvió a enrocarse en lo de siempre. Los mayores despropósitos han sido dos series zombie como El libro de Boba Fett, hackeada sin vergüenza en pleno recorrido para servir como muleta a The Mandalorian, y Obi-Wan Kenobi, un producto toqueteado y reformulado hasta lo risible. La tercera temporada de The Mandalorian se ha demostrado hundida en ese mismo pozo, quizás de forma insalvable.

¿Más de lo mismo pero distinto?

Irónicamente, justo cuando más palidecía la esperanza de ver una serie de Star Wars medianamente decente tras el varapalo de Obi-Wan Kenobi, la sorpresa llegó de manera insospechada con la primera temporada de Andor. El serial comandado por Tony Gilroy, spin-off protagonizado por el guerrero rebelde de Diego Luna en Rogue One, suponía un cambio de rumbo a lo que la Galaxia Muy, Muy Lejana había ofrecido en los últimos tiempos.

Andor apostaba decididamente por el thriller político, el espionaje y el tono de aventura bélica que en algún momento resultó un aliciente inexcusable de la primera trilogía cinematográfica de Star Wars. Además, lo hacía todo en los márgenes de la mitología warsie tan conocida y resobada. Algo a la postre tan importante como su cuidada realización, distribución de los puntos de vista, desarrollo de arcos argumentales o diseño de secuencias como el recordado monólogo de Stellan Skarsgård.

Con tan solo tres episodios emitidos, parece que Ahsoka sigue una línea similar a pesar de su enorme deuda de personajes y tono con el canon forjado por Dave Filoni en The Clone Wars, Star Wars Rebels y demás. Precisamente gracias a que la serie se ha planteado como una secuela tan directa de lo ocurrido en sus antecesoras de dibujos animados, sin molestarse en poner al día a espectadores ajenos a Rebels, ha conseguido resolver el nudo más cerrado de la Galaxia.

La clave de 'Ahsoka'

Si las referencias y la pleitesía a un canon esculpido en piedra de fan service son las cadenas que más le cuesta romper a cada nueva iteración del universo Star Wars, en Ahsoka lo que encontramos es una obra que no lleva como una carga su pertenencia a un relato ya iniciado, con peajes que pagar, sino que enarbola con orgullo esos acontecimientos previos desconocidos por la mayoría del público. 

La experiencia de entrar en una historia in medias res, con las piezas ya dispuestas sobre el tablero, las alianzas forjadas y las amenazas establecidas, es una de las formas más intensas de inmersión en una obra de ficción. Todo lo que ves te parece nuevo, aunque sea de sobra conocido por los personajes, y alcanzar su ritmo forma parte de la aventura. Una sensación de descubrimiento en tiempo real que los espectadores de Star Wars posiblemente no vivían desde... ¿la trilogía original?

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Coordinador web 'Cinemanía'

Crítico de cine que ve demasiadas series, licenciado en Periodismo y posgraduado en Semiótica en la Universidad Complutense de Madrid; cayó en una marmita de Nouvelle Vague cuando era pequeño y lleva mucho tiempo acostándose tarde en festivales de cine.

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