'La casa del dragón': George R.R. Martin alaba este personaje inventado expresamente para la serie

Su libro 'Fuego y sangre' está siendo adaptado con bastante fidelidad de cara a la precuela de 'Juego de tronos', pero ha habido un cambio que le ha conmovido especialmente.
George R.R. Martin tiene un personaje favorito
George R.R. Martin tiene un personaje favorito
George R.R. Martin tiene un personaje favorito

Hace tiempo que no sabemos nada de Vientos de invierno y a estas alturas es lícito pensar que George R.R. Martin nunca vaya a terminar su saga literaria de Canción de hielo y fuego, sobrepasada por el fenómeno de la serie que la adaptó y sí dio término a su historia (según la opinión mayoritaria, bastante de aquella manera). Igualmente Martin no se ha estado quieto, pasando a ser una figura básica en el universo televisivo de Juego de tronos al coproducir su exitosa precuela, La casa del dragón. Una serie que se basa a su vez en Fuego y sangre, libro que escribió en torno a la ajetreada historia de la dinastía Targaryen.

La casa del dragón está recreando la historia de Fuego y sangre con lealtad, si bien con margen para darle narratividad a lo que no deja de ser el metódico registro de unos acontecimientos. Fruto de esta flexibilidad el mismo Martin se está sorprendiendo del rumbo de la serie, sobre todo ahora que acaba de estrenar su segunda temporada en Max. La nueva entrega de La casa del dragón lleva tres episodios emitidos, y el cuarto se estrena el domingo. En relación a estos tres episodios Martin acaba de escribir una alegre entrada en su blog (llamado Not a Blog), recordando además su visita el pasado noviembre a los estudios Leavesden de Inglaterra, donde se ha rodado buena parte de la exitosa serie.

“He visitado castillos reales que no parecían la mitad de imponentes que la Fortaleza Roja y Rocadragón. También pude ver los dos primeros episodios de la segunda temporada. Qué gran manera de empezar la temporada”, comenta Martin, para a continuación deshacerse en elogios con el equipo y reparto de La casa del dragón. “La dirección fue soberbia. El veterano de Juego de tronos Alan Taylor dirigió el primer episodio, y Clare Kilner el segundo. Ambos hicieron un trabajo magnífico. Y no puedo decir lo suficiente sobre la actuación. Emma D'Arcy solo tiene una línea en Hijo por hijo, pero hace tanto con sus ojos y su cara que domina absolutamente el episodio; el dolor por su hijo asesinado es palpable”.

Tom Glynn-Carney da vida a Aegon de un modo que no habíamos visto antes; aquí es más que un villano, nos muestra la rabia del rey, su dolor, sus miedos y sus dudas. Su humanidad”, continúa. “Rhys Ifans ha estado espléndido como Otto Hightower cada vez que ha estado en pantalla, pero se superó a sí mismo en Rhaenyra la Cruel. Su escena con el rey Aegon y Criston Cole tras la ejecución de los cazadores de ratas rebosa ingenio, tensión y dramatismo, una interpretación que pide a gritos ser premiada. Matt Smith, Olivia Cooke, Fabien Frankel, Eve Best y los demás actores habituales también estuvieron maravillosos”.

Lo más interesante del post, sin embargo, fue cuando Martin reparó en una invención para la serie, de la que no había rastro en su libro. Resulta que La casa del dragón introdujo al inicio de temporada a Cheese (Mark Stobbart), un cazador de ratas al que contrataban para asesinar a Aemon y que luego era ahorcado por su crimen. Cheese sí aparecía en Fuego y sangre, pero no así la mascota con la que le vemos en La casa del dragón.

Así, el perro de Cheese ha acaparado todas las miradas, por el emotivo momento en que aparece observando a su amo ahorcado. A Martin le ha encantado ese detalle. “No suelo ser fan de los guionistas que añaden personajes cuando adaptan una historia. Y menos cuando el material original es mío. Pero ese perro era brillante. Estaba preparado para odiar a Cheese, pero le odié aún más cuando pateó a ese perro. Y más tarde, cuando el perro se quedó a sus pies, mirando hacia arriba ... maldita sea, casi me rompió el corazón. Una cosa tan pequeña... un perro tan pequeño... pero su presencia, los pocos momentos que estuvo en pantalla, le dieron al cazador de ratas tanta humanidad”.

“Los seres humanos son criaturas tan complejas”, concluye Martin. “La presencia silenciosa de ese perro nos recordó que incluso el peor de los hombres, el más vil, puede amar y ser amado. Ojalá hubiera pensado en ese perro. Yo no lo hice, pero otra persona sí. Me alegro de ello”.

¿Quieres estar a la última de todas las novedades de cine y series? Apúntate a nuestra newsletter.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento