'La casa del dragón' temporada 2, episodio 5: los dragones están a salvo (por ahora) y eso es lo que importa

No hemos tenido que sufrir el trauma de otra muerte como la semana pasada, pero sí un capítulo de paso en el que, al menos, empezamos a vislumbrar el futuro de los Targaryen en las nuevas generaciones.
Jacaerys (Harry Collet) y Rhaenyra (Emma D'Arcy) en 'La casa del dragón', temporada 2, episodio 5
Jacaerys (Harry Collet) y Rhaenyra (Emma D'Arcy) en 'La casa del dragón', temporada 2, episodio 5
Cinemanía
Jacaerys (Harry Collet) y Rhaenyra (Emma D'Arcy) en 'La casa del dragón', temporada 2, episodio 5

[ESTE ARTÍCULO CONTIENE SPOILERS DE LA CASA DEL DRAGÓN, 2x05]

Siete días no han sido suficientes para superar la muerte de Rhaenys y Meleys pero, al menos, esta semana no tenemos que lamentar otra. Sabiendo a lo que nos enfrentábamos al empezar a ver La casa del dragón, y tras algunas quejas sobre lo lento y poco violento de la trama hasta el episodio 4, llegó la batalla de Reposo del Grajo para que aquellos que habían deseado un poco más de acción en el aire se arrepintiesen de haber pedido nada.

Sin embargo, esta no ha durado mucho. Tras uno de los mejores episodios de la serie hasta el momento, hemos vuelto a la calma antes de la siguiente tormenta de fuego lo que, visto el panorama, solo puede indicar que pronto volveremos a disfrutar de ese CGI que, esta semana, se ha ganado un descanso tras animar a tres dragones luchando por sus jinetes en el capítulo anterior.

En contraposición, volvemos a las escasas tácticas por ambos bandos, incesantes diálogos sobre qué hacer, poca idea sobre cómo ganarse realmente el Trono de Hierro y mucha sobre cómo enfadar al pueblo. Seguimos apoyando a la legítima heredera, pero empieza a hacerse un poco cuesta arriba.

Un dragón muerto, mal presagio para el pueblo

Meleys en 'La casa del dragón', temporada 2, episodio 5
Meleys en 'La casa del dragón', temporada 2, episodio 5
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Mientras que en el episodio 3 cuajaban las primeras tácticas de esta guerra, en el quinto se empiezan a vislumbrar las consecuencias de la primera gran batalla entre dragones con los Verdes perdiendo visiblemente un gran pilar y uno de los más poderosos aliados: el apoyo de su propio pueblo.

La idea de Sir Criston Cole (Fabien Frankel) de pasear la cabeza de Meleys por Desembarco del Rey solo consigue inquietar a unos habitantes que, en vez de una victoria contra Rhaenyra (Emma D'Arcy), lo ven como un mal presagio para ellos, a lo que se suma la historia personal del herrero que le pidió al rey Aegon (Tom Glynn-Carney) que se le adelantaran los pagos a sus compañeros de profesión para poder sobrevivir, una promesa que el hijo de Alicent (Olivia Cooke) no cumplió.

Mientras tanto, en palacio, un nuevo regente debe ser nombrado mientras la vida del heredero corre peligro tras las quemaduras causadas por Vhagar. Alicent se presenta como voluntaria, pero tanto el consejo como Sir Criston Cole, Mano del rey, coinciden en que el sucesor debe ser Aemond (Ewan Mitchell), quien será un bestia, pero al menos su primera orden es mandar descolgar a los "putos cazarratas" (¿Es Ewan Mitchell nuestro nuevo villano favorito? Puede).

Temerosa de lo que su propio hijo sea capaz de hacer, Alicent habla con Cole, que no le ha contado lo que realmente pasó en Reposo del Grajo, pero quien, por una vez, parece tener cierta sensatez al decirle que esta "es una guerra de dragones, debería liderarnos un jinete".

Rhaenyra es mujer... y Targaryen

Emma D'Arcy como Rhaenyra en 'La casa del dragón', temporada 2, episodio 5
Emma D'Arcy como Rhaenyra en 'La casa del dragón', temporada 2, episodio 5
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Habrá dragones, magias ocultas, lugares encantados y profecías verdaderas, pero si algo no escapa ni a los mundo de fantasía, es que sea impensable que una mujer tenga ideas y ostente una posición de poder. Alicent lo lleva viviendo desde que fue reina regente y Rhaenyra lo sufre cada vez que se tiene que enfrentar (sí, enfrentar) a su propio consejo.

Una vez más, nos encontramos reunidos alrededor de la mesa de Rocadragón para pensar el siguiente movimiento. Casi no vemos la tan esperada reacción de la reina a la pérdida de una de sus más leales seguidoras, pero parece que en la Danza de los dragones no hay tiempo para eso. 

Los Negros se debilitan por momentos pero, al contrario que su examiga, Rhaenyra sabe mantener a raya a aquellos que osan meterse con su género y su papel en su propia guerra. "Venimos de una época de paz, no habéis visto más batallas que yo", le dice a Sir Alfred (Jamie Kenna) cuando este la tilda de sexo débil, lo que nos recuerda por qué nos hemos posicionado del bando de la legítima heredera.

Aun así, si algo tiene en común con su hermano Aegon, es que la sangre Targaryen les corre por las venas y las ganas de liderar a sus ejércitos a lomos de dragones no se disiparán nunca. Frustrada igual que estaba el hijo de Alicent por no poder formar parte de la acción y defender su propia causa, pero con más cabeza que su enemigo, Rhaenyra decide enviar a Sir Alfred a Harrenhal a investigar la labor de Daemon (Matt Smith) sabiendo que este podría estar creando su propio ejército.

Las nuevas generaciones Velaryon y Targaryen

Harry Collet como Jacaerys en 'La casa del dragón', temporada 2, episodio 5
Harry Collet como Jacaerys en 'La casa del dragón', temporada 2, episodio 5
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Mientras los adultos se peleaban y Aegon y Aemond acaparaban el protagonismo entre los más jóvenes de la casa, Jacaerys (Harry Collet) se ha convertido en un digno sucesor de Rhaenyra, y Baela (Bethany Antonia) y Rhaena (Phoebe Campbell) en el futuro de toda su familia (literalmente, en el caso de la segunda).

Desesperado por ser de utilidad, el hijo de la reina decide ir a Cruce de los Gemelos a intentar llegar a un acuerdo con los Frey, pues estos controlan el paso hacia Tierra de los Ríos, lo que significa que, si consiguen abrirlo, los Negros no deberán depender de Daemon. Allí, los señores de la tierra le proponen un trato: convertirse en los amos de Harrenhal a cambio de su lealtad a Rhaenyra.

Steve Toussaint como Corlys en 'La casa del dragón', temporada 2, episodio 5
Steve Toussaint como Corlys en 'La casa del dragón', temporada 2, episodio 5
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Mientras tanto, Baela busca a su abuelo Corlys (Steve Toussaint), quien parece querer desentenderse de la guerra tras la muerte de su mujer, para hacerle saber que Rhaenyra le ofrece el cargo de Mano de la reina. Él lo considera un intento de compensarle por su pérdida, pero su nieta le hace ver que se trata de un reconocimiento y que Rhaenys murió como siempre habría querido y como ella espera morir algún día, "con honor y fuegodragón".

Por si necesitábamos una demostración en el mundo de Juego de tronos de que nos esperan grandes batallas e ideales en la historia de los Siete Reinos, Jacaerys y Baela empiezan a alzarse como nuevos nombres a los que seguir, admirar y temer.

Mientras tanto, Daemon en Harrenhal

Matt Smith como Daemon en 'La casa del dragón', temporada 2, episodio 5
Matt Smith como Daemon en 'La casa del dragón', temporada 2, episodio 5
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Mientras en el resto de territorios mueren extraordinarios jinetes y magníficos dragones, Daemon sigue en su reino inventado de Harrenhal, y sus pesadillas continúan a su lado. Milly Alcock no ha vuelto a aparecer, pero sí una mujer que le confirma que él debería ser rey y a la que el personaje de Smith identifica como su madre (aunque más tarde descubrimos que nunca la conoció) después de hacernos ver cómo hacía cosas indecentes con ella.

Visiones que preferiríamos borrar aparte, su promesa a los Blackwood de impartir justicia contra los Bracken se ve mermada cuando estos afirman preferir la muerte a someterse al marido de Rhaenyra (cómo le dolería si nos viese referirnos a él así). Decidido a conseguir hombres como sea, ordena a los Blackwood atacar a sus enemigos hasta que estos decidan cambiar de opinión.

Ello resulta en un abuso de poder por parte de los Blackwood bajo los estandartes de los Targaryen lo que, tal y como le había advertido Alys Ríos (Gayle Rankin) ("¿Ese es el ejército que queréis? ¿Uno que os deteste?"), resulta en los Bracken llamándolo por su verdadero cargo: ni príncipe regente, ni alteza, ni "mi rey" como él había solicitado ser dirigido sabiendo que el reino siempre apoyará antes a un rey que a una reina. Tirano.

A estas alturas, y con el castillo de Harrenhal en plena reforma, solo cabe alabar a Matt Smith por conseguir que no detestemos la trama de Daemon ni soltemos un soplido cada vez que este aparece en pantalla (lo hacemos, pero con ganas de ver qué más va a hacer en el mundo de fantasía que se ha montado).

Vermithor y Ala de plata: la esperanza de los Negros

Emma D'Arcy como Rhaenyra en 'La casa del dragón', temporada 2, episodio 5
Emma D'Arcy como Rhaenyra en 'La casa del dragón', temporada 2, episodio 5
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En lo que, en general, ha sido un episodio de transición si ninguna sorpresa y poco movimiento, aparece en los últimos minutos el nuevo objetivo del bando Targaryen que, esta vez sí, y casi por primera vez, promete apuntarles un tanto a los Negros si consiguen hacerlo realidad.

Tras una pelea madre e hijo por la decisión unilateral de este de conseguir poner a los Frey de su parte (aunque Rhaenyra admite que es una buena adquisición a la causa), la legítima heredera le confiesa a su hijo sus inquietudes. Ni el consejo quiere que combata ella, ni puede atacar, con fuerza y no por necesidad, sin más dragones.

Si decíamos lo de que las nuevas generaciones vienen pisando fuerte, no es solo por su impulso juvenil, sino también por su demostrada astucia. Jacaerys anuncia así el devenir de la guerra: lo que faltan no son dragones, sino jinetes, por lo que solo es necesario encontrar descendientes Targaryen que perdieron el nombre pero no la sangre para montar a sus armas secretas: los dragones Vermithor y Ala de plata. Al fin y al cabo, no olvidemos que estamos en Rocadragón.

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