'La casa del dragón': el momento más impactante de Mysaria y Rhaenyra no estaba en el guion

El sexto episodio de la presente temporada de la precuela de 'Juego de tronos' ha sorprendido al público con un acercamiento romántico inexistente en lo escrito por George R.R. Martin.
Mysaria y Rhaenyra en 'La casa del dragón'
Mysaria y Rhaenyra en 'La casa del dragón'
HBO
Mysaria y Rhaenyra en 'La casa del dragón'

La guerra civil mantenida durante la segunda temporada de La casa del dragón va tornando cada vez más compleja. Los Verdes de Alicent Hightower (Olivia Cooke) tomaron recientemente la delantera, así que en el último episodio la facción rival que lidera Rhaenyra Targaryen (Emma D’Arcy) intentó sobreponerse. 

Ahora su objetivo pasa por reclutar bastardos de los Targaryen y convertirlos en jinetes de dragones, empeño donde ha encontrado una gran aliada en Mysaria. Este personaje, interpretado por Sonoya Mizuno (rostro habitual en la obra de Alex Garland), se ha convertido en una gran confidente según lo que vimos en el sexto episodio de la presente entrega, titulado El populacho.

A Mysaria se le ocurre mandar comida a Desembarco del Rey para volver al pueblo contra sus gobernantes, mientras Rhaenyra halla comprensión en ella justo cuando más marginada se siente por parte del Consejo Negro. 

La relación de ambas va estrechándose hasta culminar en uno de los momentos más sorprendentes de la precuela de Juego de tronos: un momento que ha enmudecido al fandom tanto por su emotividad como por el hecho de ser una licencia que se han tomado los creadores con respecto a Fuego y sangre. Esto es, el libro de George R.R. Martin que sirve de base para la Danza de Dragones en la que estamos inmersos.

Y es que, luego de que Mysaria le cuente su trágico pasado, la nueva aliada de Rhaenyra asegura creer “que está destinada a ser reina”. Esto es seguido por un fuerte abrazo entre ambos personajes, que de pronto da pie a un beso apasionado.

Un acercamiento lésbico, en definitiva, que ha recabado la suficiente notoriedad como para que Vulture le pregunte directamente por ello a Mizuno. La actriz ha revelado entonces que originalmente el beso de Mysaria y Rhaenyra no estaba en el guion. De hecho, fue una improvisación entre ambas intérpretes, que lo consideraron un añadido apropiado al abrazo.

“Son dos mujeres trabajando de cerca y teniendo conversaciones difíciles sobre el estado del mundo y sus emociones. Esa intimidad les iba a llevar inevitablemente a ese nivel de cercanía”, describe Mizuno. Según afirma a continuación ni siquiera el abrazo estaba escrito, pues el guion solo hablaba de un momento de cariño compartido. 

“Realmente el abrazo era el gran momento entre ellas, idea de Emma. Sentía que, en el momento después de que Mysaria contara su historia, Rhaenyra solo querría abrazarla. Porque Rhaenyra tiene pasión y empatía. Tiene hijos, puede entender estas cosas. El abrazo fue tan impactante porque nos dimos cuenta de que la gente no suele abrazarse en esta serie”.

Es cierto. La casa del dragón está tan embebida por la intriga y el ansia de poder, que el beso de Mysaria y Rhaenyra ha sorprendido sobre todo por su espontaneidad. “No estaba escrito como un beso, sino como un momento íntimo interrumpido”, prosigue Mizuno. “No se sabía dónde iba a parar la escena. Emma y yo sentimos que no queríamos un cebo queer de ninguna forma. Simplemente lo sentimos correcto y fue un beso”.

Uno que describe como “muy vulnerable y tierno, y luego agradable”. “Y luego dejas de pensar y se vuelve apasionado. Lo ensayamos pero fue totalmente orgánico”, concluye Mizuno. La duda ahora está en cómo evolucionará la relación de Mysaria y Rhaenyra, pues este nivel de intimidad es inexistente en los libros. Igual se queda solo en este arrebato, aunque esperemos que no.

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