Dos semanas después de que el 13 de enero se dieran a conocer varios cargos de violencia doméstica contra Justin Roiland, el guionista quedó desvinculado de Rick y Morty. Roiland es cocreador de la exitosa serie animada junto a Dan Harmon, además de poner voz a varios de sus personajes. Ante la gravedad de las acusaciones Adult Swim (filial de Cartoon Network) anunció que cortaba lazos con él, haciendo lo mismo Hulu (compañía que auspició otra de sus creaciones animadas, Solar Opposites) e incluso un estudio de videojuegos: Squanch Games, cofundado en 2016 y habiendo publicado en 2022 High on Life.
El juicio de Roiland se celebrará en abril, y entretanto sus acusaciones han ido a más. Otras víctimas han sacado a la luz varios mensajes perturbadores que les habría enviado el cocreador de Rick y Morty, incluyendo la exeditora de MAD Allie Goertz y otra mujer que sostiene que cuando era menor de edad Roiland le abordó y dijo que “debería huir de casa y convertirse en esclava sexual”. Según The Hollywood Reporter, asimismo, estas acusaciones se extienden a sus compañeros de trabajo, y van más allá de la violencia sexual para incrustarse en actitudes tóxicas que habrían dificultado la convivencia en la oficina.
El comportamiento problemático de Roiland, que desde que el surgimiento de las acusaciones mantiene un perfil bajo, se remonta a los primeros días de Rick y Morty. El medio estadounidense parte de varias fuentes para dar forma a un historial muy grave, donde se cruzan momentos en los que Roiland hablaba de sus gustos sexuales frente al equipo, un presunto caso de acoso sexual llegada la tercera temporada de la serie (justo cuando el equipo había incorporado a guionistas mujeres) y una investigación formal sobre su conducta laboral impulsada por la propia Adult Swim, cuyos hallazgos concretos se desconocen.
Una de las ideas principales del texto es que el rol creativo de Roiland en Rick y Morty ha disminuido drásticamente desde la primera temporada. Habría hecho poco más que doblar a los personajes, asegurando varios miembros que llevaban años sin saber nada de él. Incluso el propio Harmon, que impulsó la serie en su compañía, perdió el contacto hace mucho. “Mientras Harmon escribía chistes divertidos, Justin hacía dibujos divertidos. Esa combinación llevó a la mezcla de Rick y Morty”, recuerda una fuente. Pero la combinación murió al concluir la primera temporada.
Excentricidades inquietantes
De cara a la segunda Harmon contrató varios guionistas de Community, otra de sus series (la cual ha confirmado una próxima película en Peacock con el mismo Harmon involucrado). Es lo que condujo a una ruptura tácita entre Harmon y Roiland; “estaban los chicos de Dan y los chicos de Justin”. A Roiland llegó a escuchársele decir: “¿No sería genial que pudiéramos hacer esta serie en realidad virtual y nunca tener que estar cerca el uno del otro?”.
Los creadores de Rick y Morty habían llegado prácticamente a odiarse, y todo empeoró llegada la tercera temporada de la serie. Roiland se mostró “malhumorado, engreído, poco comunicativo y gruñón, como si siempre hubiera deseado hacer otra cosa”, y ese aparente aburrimiento daba paso ocasional a que incordiara al equipo con preguntas tontas estilo “¿qué pasaría si lleváramos el cerebro por fuera?”. Como consecuencia de todo, el desarrollo de Rick y Morty era más fácil si su cocreador estaba ausente.
Por fortuna, se dio el caso que a medida que avanzaba la producción Roiland empezó a ausentarse significativamente. No daba motivos, y cuando volvía prefería hablar de sus aficiones sexuales antes que trabajar. Una empleada asegura que fue entonces cuando Roiland le envió un mensaje “realmente espeluznante” a altas horas de la noche, pidiéndole que acudiera a su casa. También cuando la relación entre Roiland y Harmon llegó a estar tan deteriorada que el estudio contrató a un mediador, que poco pudo hacer.
Dese 2018 la vinculación de Roiland a la serie se ha limitado, básicamente, a poner voz a los personajes, incluso sin necesidad de acudir al estudio por grabar desde casa. Como, sin embargo, nunca ha dejado de ser una figura indispensable de la animación contemporánea, Roiland no ha faltado a convenciones de fans y todo tipo de eventos, apareciendo normalmente bajo los efectos del alcohol y exhibiendo un comportamiento desordenado. Uno al que, entonces, se le quitaba importancia como “la excentricidad de un genio raro”. Esta excentricidad, entre unas cosas y otras, ya no volverá a ser una excusa.
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