Disney+ estrena Las largas sombras, la serie basada en el libro homónimo de Elia Barceló, publicado en 2009. La ficción cuenta la historia de un grupo de amigas del pueblo alicantino de Elda a quienes, inesperadamente, en la cuarentena llega para atormentarles un suceso acontecido 25 años antes, cuando todas eran adolescentes.
La cineasta Clara Roquet, directora de Libertad y coguionista de Que nadie duerma o Creatura, se pone al frente de este proyecto que cuenta con una poderosa presencia femenina en su equipo artístico en el que destacan nombres como Elena Anaya, Irene Escolar, Belén Cuesta o Marta Etura, quienes están sublimes en los papeles que interpretan.
Una thriller bien construido, con una tensión constante y un final inesperado que, sin duda, deja con ganas de más. Te contamos lo que nos ha parecido la serie, a partir de ahora con SPOILERS.
Un grupo de amigos "perfecto"
El primer episodio de Las largas sombras nos presenta a Rita (Elena Anaya), una conocida directora de cine que regresa a su pueblo natal, Elda, tras la muerte de su madre.
Allí, se reencontrará con su grupo de amigas de la infancia: Teresa (Belén Cuesta), Sole (Marta Etura), Candela (Itziar Atienza), Lena (Lorena López) y Carmen (Ana Rayo), al mismo tiempo que se encuentran los restos de ex compañera de instituto, Mati (Laura Wedel), fallecida 25 años antes, y a quien muchos creían desaparecida.
Lo que nadie sabe es que Rita y sus amigas esconden un gran secreto que sellaron con un pacto de sangre en Mallorca cuando tenían diecisiete años. ¿Quién mató realmente a Mati?
La ficción apuesta por un elenco mayoritariamente femenino y además conformado por actrices que ya pasan de los cuarenta años, un rango de edad que no solemos ver en la mayoría de producciones audiovisuales y que las intérpretes defienden con solvencia y entereza.
A ellas se suma Irene Escolar como Paula, la hermana de Mati y además policía que investiga el caso de su posible asesinato; y los actores Roger Casamajor, Juan Blanco, Jorge Usón y Fran Nortes, quienes también conforman un estupendo y carismático equipo artístico masculino.
Sus personajes serían el grupo perfecto de amigos si no cargaran con ellos las culpas y secretos del pasado que amenazan con destruir sus vidas. Poco a poco, descubrimos que Mati tenía una doble cara y no era tan víctima como parecía, pero parece que todos tenían algún motivo para acabar con su vida. Tras el supuesto suicidio de Lena, todo se dispara por los aires. ¿Ha sido algún amigo o amiga capaz de acabar con su vida para asegurar su silencio?
El pasado y los sueños rotos
Gracias a la delicada mirada de Clara Roquet y Júlia de Paz la serie nos lleva de vuelta a la adolescencia de las protagonistas y a unas imágenes que Rita grabó con una vieja cámara en su viaje a Mallorca, en las que podemos descifrar una gran cantidad de información sobre su pasado o los vínculos que les unían. La dirección de fotografía de estos flashbacks es bellísima, y el elenco joven que da vida a los personajes está estupendamente dirigido y en simbiosis total con sus intérpretes adultas.
Así, Las largas sombras indaga y reflexiona sobre la importancia de las acciones que realizamos en el pasado y de cómo todo repercute en nuestro presente, nos guste o no. Las seis protagonistas cargan a sus hombros desde su adolescencia diferentes traumas y secretos que jamás han compartido con nadie y que, aunque han intentado esconder por todos los medios, no les han permitido llevar una vida completamente plena y feliz. Capítulo a capítulo, todos ellos saldrán a la luz.
La ficción nos muestra poco a poco cómo Rita no es capaz de avanzar en su nueva vida de aclamada directora de cine en Londres, ya que no olvida su romance con Candela y además la cree culpable del asesinato de Mati. También, el alcoholismo de Carmen, quien no es feliz pese a tener una familia y trabajo supuestamente perfectos; la soledad y la vulnerabilidad de Lena, quien centra todo su amor y energía en un hijo al que apenas ve; la incomodidad de Teresa al verse obligada a ser madre sin quererlo ella misma, o la obsesión de Paula con encontrar el cuerpo y al asesino de su hermana, algo que jamás le ha dejado construir su propia vida.
Mención aparte merece el caso de Sole, de quien su tío abusó cuando era solo una niña y quien finalmente da un paso al frente para denunciar este hecho al presentarse a las elecciones primarias de Alicante. Así, el poder del amor propio, la resiliencia y el empoderamiento femenino se imponen al de la culpa y la vergüenza que la protagonista (y la mujer en general) arrastra con ella desde el origen de su existencia.
Todas estas cuestiones, ya fueran desarrolladas por el trauma de la muerte de Mati o no, ponen a la mujer como foco de la trama y ayudan a entender muchas de las injusticias o tormentos a los que estas se ven sometidas día tras día por el mero hecho de ser mujeres: los abusos sexuales, la cuestión social de la maternidad, el síndrome del nido vacío o el abandono de los propios sueños para darse a los demás.
Suspense hasta el desenlace
Pese a tratar temas importantes y acercarse en muchas ocasiones al drama, Las largas sombras sigue siendo un thriller en el que desde un primer momento sabemos que tiene que haber un culpable. Un culpable no solo de la muerte de Mati, que pudo ser por accidente al ser solo unas niñas, sino también del reciente asesinato de la dulce y sensible Lena.
La ficción juega al despiste, especialmente con el personaje de Carmen y su noche borracha y perdida por Elda, tras la que pide a su marido Manolo (Jorge Usón) que la encubra, hasta llevarnos a la verdadera culpable: Teresa, a quien Mati chantajeó con contar su embarazo adolescente (de su propio profesor) en Mallorca y sobre quien Lena averiguó la verdad antes de morir.
Así, una espléndida Belén Cuesta nos ofrece un frágil y conmovedor cierre en el que, junto a la inestimable escucha de la maravillosa Elena Anaya, se rompe y confiesa todo lo que la llevó a cometer los dos asesinatos y cómo su vida siempre ha estado rota. Pese a ser la mala del asunto, es muy difícil no empatizar con el personaje de Teresa, al igual que con el resto de personajes de la trama, ya que tienen una gran cantidad de aristas que ayudan a entender por qué llegaron a realizar los actos que realizaron.
Pese a ello, se echa de menos un final un poco más completo y con más escenas, ya que la confesión de Teresa y la muerte de Paula resultan bastante precipitadas y apenas hay tiempo para digerirlas y quedarse con buen sabor de boca. Además, se da mucho bombo al pacto de sangre que hicieron las protagonistas en Mallorca 25 años antes y nunca llegamos a ver esta escena al completo ni qué pasó previamente.
Las largas sombras se posiciona como una de las apuestas fuertes de la plataforma Disney+ ya que toca temas de vital importancia para el ser humano y en concreto para la mujer, combinándolas con un adictivo thriller lleno de suspense, ritmo y magníficas interpretaciones de sus protagonistas. Desde luego merece un visionado que no dejará a nadie indiferente.
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