Mucho se ha escrito, hablado y producido sobre los secretos mejor guardados de Marbella. Esta localidad de la Costa del Sol ha vivido muchas épocas en las que el glamour y el dinero han campado a sus anchas por las calles de la ciudad, empezando por su crecimiento turístico en los últimos años del franquismo, la consolidación como sede de la jet set y lugar de ocio y descanso de las grandes estrellas internacionales en los 80, y terminando con su consagración como base de operaciones de las mafias internacionales.
La realidad marbellí se ha tratado de abordar de muchas formas, pero pocas con tanto éxito como lo que sucedió con el reportaje de Nacho Carretero y Arturo Lezcano para El País. Los dos, periodistas de gran renombre en nuestro país, consiguieron que su pieza fuera de las más leídas en el periódico y ahora han ejercido como productores de Marbella, la nueva serie de Movistar Plus+ inspirada en su investigación.
Aunque la producción esté basada en hechos reales, sus personajes son ficticios, así como todo lo que les sucede. Hugo Silva es el actor principal, y se mete en la piel de César Beltrán, un abogado que se encarga de evitar que los mafiosos de la ciudad acaben en la cárcel. Realiza un trabajo cuestionable moralmente, pero él lo hace sin remordimientos, con el único objetivo de mejorar su estatus social y económico, y con una máxima siempre presente: no cruzar líneas rojas.
Sin embargo, no implicarse más de la cuenta es casi imposible, ya que una ambición desmedida conlleva más compromiso con los responsables del tráfico de drogas y esto se traduce en más peligro de acabar en prisión o incluso temer por tu propia vida. Es a través de sus vivencias como Marbella nos muestra el ecosistema actual de la ciudad, a diferencia de lo que hacía Los Farad, ambientada en los años 80.
Descaro, opulencia y riesgo
Dani de la Torre y Alberto Marini, creadores de la serie, colaboraron codo con codo junto a Nacho Carretero y Arturo Lezcano para idear esta historia de seis episodios. Realizaron un trabajo exhaustivo para documentar las vidas que llevan los círculos involucrados en el crimen organizado, y han tratado de plasmarlos siendo fieles a la realidad y con la intención de enseñar la cara oculta de Marbella, esa vida delictiva que afecta más de lo que se cuenta y que solo conocen quienes la enfrentan de primera mano.
El resultado se puede apreciar en pantalla. Un mundo de grandes lujos, con personajes que actúan con total impunidad y que viven en una burbuja pero cuyas acciones tienen impacto en la población local. Además del cuidado de la ambientación y el vestuario, en muchas ocasiones muy ostentoso, también funciona muy bien el reparto.
Como es obvio, el elenco cuenta con intérpretes de muchas nacionalidades para representar a las mafias que operan en Marbella: ingleses, italianos, albaneses, serbios, holandeses, magrebíes... Entre ellos, destaca el buen desempeño de actores como Khalid el Paisano, que se desenvuelve bien en su primer papel (y encima de los principales) en una serie.
El riesgo también está presente. La violencia es la otra cara de la moneda, la que aparece cuando la colaboración entre las bandas no funciona bien. La serie juega con los tiempos para crear peligro cuando las cosas se tuercen, y estas acciones tienen un impacto en el tablero sobre el que juega César, siempre intentando mantenerse al margen.
Porque el personaje interpretado por Hugo Silva pasa por todos los registros. Es alguien descarado, que incluso se toma el lujo de romper la cuarta pared y explicarle al espectador cómo funciona Marbella. Un método narrativo muy típico de las producciones estadounidenses que funciona muy bien en la serie. Pero César también tiene sus preocupaciones y muestra su vulnerabilidad cuando le ponen la soga en el cuello. Porque nadie está a salvo en "la ONU del crimen organizado", como se denomina a la ciudad en varias ocasiones.
La realidad de Marbella
España está lejos de la inseguridad que viven algunos países a causa del narcotráfico, y Marbella no es una ciudad peligrosa pese a que las mafias operen allí. La población suele vivir ajena a los ajustes de cuentas y los desfases de los criminales, pero eso no quiere decir que el problema no esté allí y cada día sea más difícil de abordar. La serie acierta al presentar al equipo policial encabezado por Marta (Elvira Mínguez), un grupo muy reducido que intenta hacer que se cumpla la ley con muy pocos medios. Es algo que en la realidad viven los agentes que trabajan en la localidad malagueña, que constantemente protestan por la falta de recursos.
César nos aporta una visión periférica del ecosistema al ser un abogado que trata con los mafiosos y con las fuerzas del orden, y que sabe cómo funcionan las reglas del juego. En general, Marbella retrata muy bien lo que es el crimen organizado en el sur de nuestro país, sin caer en el sensacionalismo ni el morbo. Una buena opción que está disponible desde este 2 de mayo en Movistar Plus+.
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