[ESTE ARTÍCULO CONTIENE SPOILERS DE LA CASA DEL DRAGÓN]
La tarea de Emma D'Arcy en La casa del dragón no era nada fácil, y no nos referimos a las conspiraciones palaciegas que le esperan a su personaje, Rhaenerys Targaryen, en la batalla por el Trono de Hierro. A D'Arcy le tocaba sustituir a Milly Alcock, la joven actriz australiana que ha conseguido que nos encariñemos de la indomable primogénita del rey Viserys (Paddy Considine) en los cinco primeros episodios de la ficción.
El sexto capítulo, La princesa y la reina, ya disponible en HBO Max, ha marcado el ecuador de la primera temporada, con las protagonistas de D'Arcy y Olivia Cooke (la versión adulta de Alicent Hightower) más enemistadas que nunca en Desembarco del Rey. Los 10 años que han pasado desde la boda de Rhaenyra solo han servido para recrudecer las ambiciones dinásticas que explosionarán en cualquier comento.
Por lo pronto, D'Arcy ha demostrado en una hora de episodio, aunque solo sea por ese paseo hacia los aposentos de la reina nada más parir, que su Rhaenyra adulta está más que a la altura de la aproximación al personaje de su predecesora. Alcock era puro carisma, igual que Emma. ¿Y de qué te suena esta nueva estrella de Poniente? Repasamos su currículum.
Del teatro a la televisión
A sus 30 años, D'Arcy no puede fardar de contar con una amplísima carrera actoral, pero en su perfil de IMDb destacan títulos lo significativamente llamativos como para entender que haya terminado domando dragones.
Artista que se identifica de género no binario, nació en Londres el 27 de junio de 1992 y estudió Bellas Artes en la Universidad de Oxford. Se curtió sobre las tablas, participando en obras como Romeo y Julieta o Las brujas de Salem, y estrechó aún más su vínculo con el teatro al frente de la compañía londinense Forward Arena.
Por otro lado, su trayectoria en el medio audiovisual se ha desarrollado sobre todo en la pequeña pantalla. Su primera gran oportunidad llegó en Wanderlust (2018), miniserie protagonizada por Toni Collette sobre una psicóloga cuyo matrimonio comienza a resquebrajarse. En ella, D'Arcy daba vida a Naomi Richards, hija de los protagonistas.
"El novio de alguien".
"O qué".
En 2020, se metería en la piel de Astrid en Truth Seekers, comedia de terror creada por Simon Pegg y Nick Frost, con este último investigando avistamientos paranormales por Reino Unido. Aunque estas han sido las ficciones televisivas en las que mayor protagonismo ha tenido hasta La casa del dragón, Emma también se ha dejado ver en apuestas como Wild Bill (2019) o Hanna (2020), entre otras.
En cuanto al cine, en 2021 estrenó su primera película, Primavera en Beechwood, un drama romántico de época en el que compartía créditos con Odessa Young, Josh O'Connor, Colin Firth u Olivia Colman.
La princesa rebelde
Rhaenyra, la primogénita del rey Viserys Targaryen y antepasada de Daenerys Targaryen (Emilia Clarke), lo tiene todo para reinar, y reinar como dios manda. Es una jinete de dragones excepcional, mucho más decidida que su padre y una estratega política más astuta que cualquier señor de Poniente. Sin embargo, no es hombre y eso siempre despierta suspicacias...
D'Arcy ha tomado el testigo de la princesa en un momento crucial de la historia, con Alicent declarándole la guerra y parte de los súbditos cuestionando la paternidad de sus hijos. Este es solo el comienzo de una trifulca dinástica que tendrá como protagonista a Rhaenyra y que desembocará en la guerra civil entre los Targaryen conocida como la Danza de los Dragones.
"Saluda a la casa T".
"Campeones de la familia nuclear".
En Fuego y sangre, novela de George R. R. Martin en la que se basa la precuela de Juego de tronos, la protagonista es desafiada por su medio hermano menor, Aegon, hijo de Viserys y Alicent, en la lucha por el Trono.
Sin desvelar demasiados detalles sobre los hechos que están por acontecer en los Siete Reinos, os diremos que la Danza de los Dragones se saldará (como no podía ser de otra manera) con muchas bajas y enfrentamientos épicos en los que veremos a Rhaenyra a lomos de Syrax.
Por si aún alguien lo pone en duda, en esta serie, como pasaba en Juego de tronos, es mejor no encariñarse demasiado con ningún personaje, por muy difícil que nos lo ponga D'Arcy. Estáis avisados.
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