Hay pruebas de sobra, pero quizá el sinsentido en el que se convirtió la recta final de El libro de Boba Fett sea la muestra reciente más ilustrativa: a Disney no se le da bien planificar Star Wars. Desde que compró Lucasfilm en 2012 y ha puesto a Kathleen Kennedy al frente del estudio de George Lucas, no ha habido entrega de la saga que no deje a sus espaldas un infierno productivo de proporciones variables, que según el caso dieran pie a una película alabada o todo lo contrario. El ejemplo de Rogue One es clave, porque pese a experimentar todo tipo de reshoots y llegar al cine con una forma muy distinta a la originalmente planteada, al público mayormente le gustó. Así que Rogue One se convirtió en el estándar.
Hace escasas semanas se estrenó el primer tráiler de la serie de Star Wars más esperada: Obi-Wan Kenobi. Trayendo de vuelta a Ewan McGregor como el venerable maestro Jedi, la idea es que el primero de sus seis episodios llegue a Disney+ este 25 de mayo. El hype es considerable porque, más allá del regreso de McGregor tras La venganza de los Sith, también reaparecerán personajes tan queridos como Darth Vader o Luke Skywalker, dentro de ese Tatooine al que Star Wars se empeña en volver una y otra vez. En vísperas de su estreno se han ido acumulando los reportes sobre el difícil desarrollo de Obi-Wan Kenobi: el resultado final, de hecho, es el de una atribulada sucesión de cambios de rumbo.
The Hollywood Reporter se hace eco de que en Obi-Wan Kenobi iba a reaparecer, durante sus primeras versiones, Darth Maul. Lucasfilm había llegado a contratar a Ray Park, quien le interpretara en La amenaza fantasma, como miembro del reparto de la serie, pero finalmente esto se quedó en nada. Quizá sea un buen momento, por tanto, para repasar la confusa trayectoria de este proyecto, con todos los cambios y problemas de producción que lleva aparejados.
'Obi-Wan Kenobi: Una historia de Star Wars'
Hagamos memoria. Al poco de que Lucasfilm fuera absorbida por la Casa del Ratón, en 2013, Disney anunció que no quería limitarse a una nueva trilogía de películas: también dio cuenta de la intención de que su estreno alternara con varios spin-offs. Se habló de Rogue One y Han Solo como próximas historias de Star Wars, claro, pero también se empezaron a planear una dedicada a Boba Fett (con Josh Trank, el de la última Cuatro Fantásticos, involucrado) y otra sobre Obi-Wan Kenobi. Esta última iba a estar protagonizada por McGregor (dispuestísimo desde el principio a recuperar el personaje), a ser dirigida por Stephen Daldry, y escrita por Hossein Amini (guionista de Drive).
La caída en desgracia de Trank provocó la cancelación de esta película de Boba Fett, y poco después el fracaso en taquilla de Han Solo: Una historia de Star Wars hizo lo propio con la de Obi-Wan Kenobi. Llegado 2018 Daldry y Amini estaban preparando Obi-Wan: Una historia de Star Wars, con la idea de centrar la historia en los primeros años de exilio del Jedi en Tatooine: no solo cuidando de Luke Skywalker, sino también haciendo frente a un conflicto entre los terratenientes y los Tusken. Pero Han Solo se hundió, y en Lucasfilm empezaron a darle vueltas a la idea de las series en acción real.
De Boba Fett: Una historia de Star Wars surgió, gracias a la mediación de Jon Favreau y Dave Filoni, The Mandalorian. Y Kenobi perdió a Daldry como director pero mantuvo a Amini, encargado ahora de escribir una serie de seis episodios. Así llegamos a la D23 celebrada en agosto de 2019, cuando McGregor confirmó públicamente que protagonizaría la serie Obi-Wan Kenobi según los libretos de Daldry y la directora Deborah Chow, que acudió a ocupar el lugar de Daldry. La idea es que el rodaje empezara oficialmente en julio del año siguiente, pero antes el proyecto atravesó una profunda crisis. No solo la del COVID-19.
La historia pergeñada por Amini evolucionó en esos meses, según acaba de saberse, a una historia de notables reminiscencias al manga El lobo solitario y su cachorro. Principal inspiración, para más señas, de The Mandalorian a cuenta de la relación entre Mando y Baby Yoda: serie que se había estrenado pocos meses después de que la serie de Obi-Wan recibiera luz verde. Amini contemplaba, más importante aún, que Kenobi intentara proteger al joven Luke Skywalker (sosías de Grogu) de Darth Maul: un antiguo rival que había vuelto a la vida tras su aparente asesinato en La amenaza fantasma.
Por supuesto, ya era canon que Maul siguiera vivo. Filoni le convirtió en un antagonista de Star Wars: The Clone Wars, y el Sith reapareció en imagen real dentro de Han Solo: Una historia de Star Wars como jefe en la sombra de Qi’ra, la villana interpretada por Emilia Clarke. Además, en el episodio Soles gemelos de Star Wars Rebels (emitido en marzo de 2017), Filoni había ido tan lejos de… volver a matarlo, quizá ahora de forma definitiva. Maul se enfrentaba nuevamente a Obi-Wan en las arenas de Tatooine, cuando el Jedi ya había envejecido al estilo Alec Guinness y aún no le había desvelado su identidad a Luke.
El plan de Amini, podemos suponer, era narrar un enfrentamiento anterior entre Kenobi y Maul. Según llegó a declarar, la idea de su serie era retratar la tristeza de Kenobi luego de la Purga Jedi, pero a principios de 2020 trascendió que Kennedy no estaba contenta con este argumento, ni con los guiones que ya habían sido escritos. Filoni y Favreau, figuras de gran poder para entonces en Lucasfilm, opinaban que Obi-Wan Kenobi se parecía demasiado a The Mandalorian. Y todos preferían “una historia más esperanzadora y edificante” que la propuesta de Amini. Como resultado, en enero de ese año la producción se congeló. Amini fue despedido, y hubo rumores de que la cancelación estaba al caer.
Una nueva esperanza
Ahora sabemos que, durante los meses en que Amini estuvo a bordo con su equipo de guionistas, Ray Park llegó a firmar para interpretar a Darth Maul como villano en Obi-Wan Kenobi. En este punto hay divergencias sobre si Park llegó a rodar alguna escena o solo empezó a entrenar para empuñar nuevamente el sable láser. Hay más posibilidades de lo segundo, pero ante ambos escenarios Lucasfilm ha optado por negarlo todo.
Sea como sea, Obi-Wan Kenobi permaneció en el limbo durante meses. Coincidió en el tiempo con la consolidación de The Mandalorian como fenómeno popular y única obra capaz de poner de acuerdo a todos los fans de Star Wars, de modo que la cúpula quiso darse prisa para agilizar trámites. Por entonces ya había trascendido que otra serie planeada, Andor (relacionada con Rogue One en tanto al protagonista de Diego Luna), también atravesaba problemas, viéndose obligada Disney a recurrir al mismo que había salvado los muebles durante los reshoots de aquel primer spin-off: Tony Gilroy.
Parece que Andor ya está encauzada, como lo está Obi-Wan Kenobi. Fue en abril de 2020 cuando Disney fichó a Joby Harold como nuevo showrunner, encargado de dar forma a los capítulos que dirigiría Chow. Harold (guionista del Rey Arturo de Guy Ritchie y Ejército de los muertos de Zack Snyder, circunstancia de la que no haremos ningún comentario) desechó todos los guiones de Amini y modificó de arriba a abajo su planteamiento, con el visto bueno de Filoni y Favreau. Obi-Wan Kenobi ya no sería una serie oscura, aunque seguiría trayendo de vuelta a varios personajes queridos por los fans. Simplemente, ahora serían otros.
En el Investor Day de diciembre de 2020 tuvieron lugar anuncios importantes sobre Star Wars. La división televisiva, más allá de las películas anunciadas de Taika Waititi y Patty Jenkins (cuya Rogue Squadron, cosas de la vida, se halla hoy en suspendida), fue la protagonista. El éxito de The Mandalorian había impulsado el desarrollo de El libro de Boba Fett (como se supo después, una tercera temporada inconfesa), y también el anuncio de múltiples nuevas series: Lando, The Accolyte, Rangers of the New Republic (también cancelada por el despido de Gina Carano) o Ahsoka. No pasó desapercibido, sin embargo, quién sería el villano de Kenobi tras la salida de Darth Maul.
Hayden Christensen confirmó que volvería como Anakin Skywalker/Darth Vader junto a su compañero McGregor. Obi-Wan Kenobi tendría como villano al antiguo padawan del maestro Jedi, acompañado del Gran Inquisidor y su séquito presentados en Star Wars Rebels. La producción empezó, por fin, en mayo de 2021, afianzando su reparto con las reapariciones de Joel Edgerton y Bonnie Piesse como los tíos de Luke, Owen y Beru. Entretanto, el susodicho Luke pasó a ser interpretado por Grant Feely. Se desconoce si su relación con Kenobi será tan estrecha como había ideado Amini, pero ya hemos podido verle vigilado por el protagonista en el tráiler de Kenobi.
La serie se rodó en Los Ángeles muy rápido gracias al StageCraft patentado por Favreau, y la fotografía principal fue completada en septiembre del año pasado. Obi-Wan Kenobi ha dejado atrás, pues, todos sus apuros y desacuerdos, y en Lucasfilm se hallan tan contentos que, aunque se trate de una miniserie, no descartan que pueda dar pie a algún tipo de continuación. El entusiasmo que los fans han experimentado solo con oír cierta combinación de temas de John Williams (que regresa como compositor) en el tráiler apunta a ser un buen aval.
Sabiendo todo lo que podría haber sido, sin embargo, Kenobi se enfrenta ahora a la presión de ser mejor que todos los “y si” tanteados durante su infernal desarrollo.
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