El final de 'Destino: La saga Winx' explicado

Destino: La saga Winx llegaba a Netflix hace menos de dos semanas, pero ya se ha convertido por mérito propio en una de las apuestas más exitosas del gigante del streaming, con Bloom (Abigail Cowen) y el resto de hadas y especialistas de Alfea acaparando el top 10 de lo más visto en la plataforma día tras día. 

En los seis episodios que conforman su primera temporada, la ficción de Brian Young (Crónicas vampíricas) nos ha trasladado a un internado mágico en el que cinco adolescentes con extraordinarios poderes tratan de encontrar su lugar en el mundo. Para ello, deben aprender a controlar su magia (fuego, tierra, agua, mente, aire), así como a lidiar con sus familias, sus amoríos y unos 'Quemados' descontrolados. 

En CINEMANÍA, repasamos el sexto y último episodio de la primera temporada, Un corazón fanático, casi una hora de batalla frenética por los pasillos de Alfea que ha dejado muchos cabos sueltos para una posible segunda entrega. 

La Llama del dragón

Tras pasarse casi toda la temporada buscando información sobre sus padres biológicos, Bloom finalmente descubre qué pasó en Aster Dale, aquel lugar que Rosalind (Lesley Sharp), exdirectora de Alfea, borró del mapa para acabar con los Quemados. La joven protagonista, en su afán por conseguir respuestas, libera a la peligrosa prisionera de Farah Dowling (Eve Best) y esta no tarda en acabar con la barrera mágica que protegía a Alfea de los Quemados. Antes del caos, Rosalind explica a Bloom que, en realidad, destruyó Aster Dale porque sus residentes eran Brujas de Sangre.

Entre tanto, un Quemado se cuela en el internado, hiriendo a Sam (Jacob Dudman) de gravedad. La protagonista consigue regresar al recinto para ayudar a sus amigas, hacer las paces con Sky (Danny Griffin) y reunirse con el resto de profesores y alumnos en el patio, donde todos se preparan para la lucha a la espera de que llegue ayuda armada desde Solaria.

Tras hablar con la directora Farrah Dowling y descubrir que ha sido engañada por Rosalind, responsable de la entrada de los Quemados en el internado, Bloom decide enfrentarse a los Quemados. Gracias a las enseñanzas de Rosalind y la ayuda de Stella (Hannah van der Westhuysen) y Aisha (Precious Mustapha), la joven, convertida en un hada con alas, consigue activar un poder ancestral, la Llama del dragón, que le permite acabar con el enemigo en cuestión de segundos. 

Relevo en Alfea

Recordemos que, mientras Bloom y sus amigas lograban evitar una masacre y salvar la vida de Sam, Beatrix (Sadie Soverall) se dedicaba a reclutar a Riven (Freddie Thorp) y Dane (Theo Graham) para la causa de Rosalind. La calma que parece preceder a la tormenta dura muy poco, lo que las protagonistas tardan en regresar a Alfea tras pasar un fin de semana en Los Ángeles con los padres de Bloom, a quienes esta confiesa todo lo que ha pasado.

Sin embargo, resulta ser tiempo suficiente para que Rosalind regrese, advierta a Dowling sobre eventos terribles que se avecinan (razón por la que obligó a Bloom a activar la Llama del dragón con la llegada de los Quemados) y rompa el cuello a la directora, asumiendo el control de la escuela con ayuda de la reina Luna (Kate Fleetwood), madre de Stella, y (¡sorpresa!) Andreas (Ken Duken). 

El legendario guerrero, padre de Sky, no solo está vivo, sino que además ha criado a Beatrix. Esta aparición provoca el arresto de Saul Silva (Robert James-Collier) por intento de asesinato; recordemos que este trató de parar la masacre de Aster Dale y, cuando su amigo se interpuso en su camino, se vio obligado a clavarle una espada. Así pues, para cuando las protagonistas regresan de sus minivacaciones californianas, ha habido un cambio de poder en Alfea. 

Y ahora, ¿qué?

La primera temporada ha servido como preámbulo para lo que de verdad se viene en Alfea. En palabras de Rosalind, va a llegar una gran amenaza y era necesario activar la Llama del dragón de Bloom para enfrentarla. Tal y como esta le cuenta a Farrah antes de matarla, los Quemados eran soldados en una guerra de hace miles de años y su creación está relacionada a la Llama del dragón, una fuente de magia antigua que da a Bloom un poder inmenso. 

La Llama del dragón es algo que los fans de Winx Club, la serie de dibujos, conocen bien. Guarda el poder del Gran dragón, la deidad creadora del universo. En esta ficción, también hay un villano, Lord Darkar, cuyo poder está ligado al del Gran dragón y que podría representar esa amenaza a la que Rosalind alude. 

Sin embargo, teniendo en cuenta que Rosalind es una manipuladora nata y que sus intenciones nunca terminan de quedar claras, sus justificaciones podrían ser una excusa para controlar el poder de Bloom a su antojo. Sobre todo ahora que se encargará del entrenamiento de las hadas del internado.

Lo que sí sabemos es que la posible segunda temporada de la serie traerá consigo a un adversario muy hostil para gran parte del alumnado de Alfea: una directiva para quien el fin justifica cualquier medio. También podemos esperar más dramas familiares, con Sky lidiando con la aparición de su padre, al frente de los especialistas y causante, a su vez, del encarcelamiento de Silva, como un padre para él (ya no es el héroe que creía que era); así como con Stella, diana de las atrocidades de su madre. 

Eso sí, la nueva administración cuenta con la colaboración en las aulas de Beatrix, Riven y Dale, aunque aún no sabemos cómo se tomará la primera la información sobre lo que realmente pasó en Aster Dale, su hogar. Cabe recordar que Rosalind no le contó que fue ella la verdadera autora de la masacre. 

Sea como fuere, si algo ha conseguido la primera entrega es que las cinco protagonistas se conviertan en amigas y aliadas poderosas, capaces de enfrentar juntas los peligros que, al parecer, les acechan.