Entrevista

Georgina Amorós nos abre su corazón en 'Todas las veces que nos enamoramos': la vida después de 'Élite'

Hablamos con Georgina Amorós sobre los vídeos de su abuelo, la fama y su nueva comedia romántica para Netflix.
Franco Masini y Georgina Amorós en 'Todas las veces que nos enamoramos'
Franco Masini y Georgina Amorós en 'Todas las veces que nos enamoramos'
Cinemanía
Franco Masini y Georgina Amorós en 'Todas las veces que nos enamoramos'

Georgina Amorós (Barcelona, 1998) comparte muchas cosas con Irene, protagonista de Todas las veces que nos enamoramos. Su cabezonería y cierta inseguridad, confiesa la catalana, pero, sobre todo, el amor por el cine. Si Amorós descubrió su pasión por la actuación siendo una niña a través de la cámara de su abuelo (“Él era pintor y tiene toda nuestra vida grabada”, recuerda), su personaje sueña con ser directora. 

La comedia romántica de Carlos Montero (Élite) nos traslada a septiembre de 2003, cuando Irene llega a Madrid para estudiar Cine en la universidad. Allí conoce a Julio (Franco Masini), con quien vivirá una relación de idas y venidas durante décadas.

"Irene oscila entre el éxito y el fracaso tanto en el trabajo como en el amor”, explica Amorós sobre la joven a la que da vida desde los 18 años hasta la treintena: “Es curioso porque me he sentido más cerca de la Irene mayor. La de 18 es como yo cuando llegué a Madrid para estudiar interpretación, pero eso me queda muy lejos”. 

La actriz defiende que esta no es una comedia romántica al uso, ultradramática, que romantiza la toxicidad. “Es muy meta, muy naturalista, se ríe de sí misma”, cuenta: “Hemos explorado por qué estas dos personas están tan enganchadas durante tantísimo tiempo, por qué hay gente que se nos clava dentro”. 

Aunque lo más divertido ha sido volver a los 2000 y menciona referencias cinéfilas como 10 razones para odiarte y Hola, ¿estás sola?, charlas con el equipo sobre Operación Triunfo, los “horrorosos” pantalones de tiro bajo y la dificultad para dedicarte al cine siendo mujer: “Tenemos tres directoras [Carlota Pereda, Bàrbara Farré y Ginesta Guindal] que estudiaron durante aquellos años y han compartido su experiencia”.

Esta apuesta supone el regreso de Amorós a Netflix tras el huracán Élite, una experiencia que recuerda con cariño y gratitud, aunque reconoce que la exposición le produjo “un poco de estrés y agobio”: "Vas aprendiendo sobre la marcha, vas cogiendo herramientas para ir sobreviviendo".

Con casi 10 años de carrera y pese a los cambios recientes en el sector, Georgina sigue perdidamente enamorada de la actuación: “Las redes han hecho tambalear las prioridades en cuanto a qué es ser actor y eso es peligroso, aunque confió en que, al final, el trabajo y el talento son lo que importa”.

Reconoce que ha habido momentos en los que ha dudado en seguir su vocación. "Esta profesión tiene altibajos todo el rato: estás en la cresta de la ola y, de repente, la industria se olvida de ti", asegura: "Pero, cuando tienes una certeza tan grande, las ganas de trabajar te hacen seguir adelante. La formación ha sido siempre una flecha que me indica el camino".

También hay otra flecha, la persona que le hizo enamorarse de la actuación siendo tan solo una niña: “La mirada de mi abuelo detrás de la cámara igual me ayudó a crear una base sólida. Amo esta profesión como nada, por mucho que pueda ser un poco frustrante o difícil. Estoy condenada”.

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Coordinadora de series 'Cinemanía'

Con un nombre susceptible de ser olvidado, muchos se refieren a mí como la chica del cine y las series, y desde 2016 escribo sobre ellas en CINEMANÍA. Estudié Periodismo en la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona y tengo un Máster en Periodismo Cultural en la Universidad CEU San Pablo, donde ahora imparto la asignatura Información Cinematográfica. Nunca dejaré de volver a ver 'Friends'.

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