‘Hacks’: Una carta de amor muy gamberra a las mujeres y a la comedia con una imparable Jean Smart

Este retrato intergeneracional sobre el mundo de la comedia cumple con lo que promete: risas, dominación laboral, una pizca de sentimentalismo y muchas lecturas sobre lo que debe y no debe ser el humor.
Hacks
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Cinemanía
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Aunque la emisión de la primera temporada terminó en EEUU en 2021, en España acaba ahora la repesca en HBO Max de esta hilarante aventura entre dos mujeres cómicas que necesitan redirigir sus carreras. La historia nace a partir de una idea original de Katherine Kearns y cuenta con la firma de Lucia Aniello, Paul W. Downs y Jen Statsky tanto en el guion como en el trabajo de dirección.

El nombre de Hacks comenzó a resonar en el mundo tras sus 15 nominaciones a los Emmy en 2021, de los que ganó 3 (Mejor actriz principal, Mejor dirección para una serie de comedia y Mejor guion para una serie de comedia). No obstante, por aquel entonces ya se había convertido en una de las series más populares en EE UU por méritos propios.

Más allá de sus varias virtudes, Hacks destaca por ser una propuesta liderada por -y con gran representación de- mujeres, en este caso, de muy distintas edades. El reparto lo encabezan Jean Smart, una auténtica veterana en la actuación, y Hannah Einbinder, quien a sus 26 años ha dado sus primeros pasos como actriz en esta producción. Así, Hacks se suma a la lista de series recientes en las que la mujer madura está tomando un papel protagonista; por ejemplo, Mare of Easttown –en la que también participa Smart– o Nine Perfect Strangers. Un “hurra” por eso.

Dos mujeres y un oficio

Hacks desgrana el vínculo entre dos mujeres a varios niveles e intensidades. La trama principal desarrolla la relación de dos cómicas pertenecientes a generaciones muy diferentes: Deborah Vance (Jean Smart) es una aclamada profesional en el ocaso de su carrera tras décadas de éxitos y moldes rotos; Ava (Hannah Einbinder) es una joven promesa de la comedia con mucho ingenio y desparpajo, pero su talento innato para decir algo inapropiado en el peor momento ha acabado por comprometer el futuro de su carrera.

Jean Smart en 'Hacks'
Jean Smart en 'Hacks'
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El primer capítulo abre con Deborah de espaldas a la cámara contando en uno de sus shows multitudinarios una anécdota de cómo se lo montaba con un tío de lo más ridículo. Aquí ya nos damos cuenta de su grandeza. Es toda una estrella y el público la adora. Durante minuto y medio solo vemos su espalda caminar hacia el camerino mientras recibe halagos, hasta que finalmente se descubre frente al espejo la gran Jean Smart. 

A continuación, asistimos a una breve presentación de su lujosa vida, desde los viajes exprés en un jet privado hasta su trabajo presentando su propio programa de teletienda o una sesión de fotos con un sexy jovencito. Una vida marcada por el éxito que, sin embargo, se intuye solitaria.

Pronto descubrirá que su vida está al borde de un importante cambio: a punto de ofrecer su show número 2500, le informan de que sus actuaciones se van a reducir y su show diario desaparecerá de las noches más importantes de la semana. Necesitan ofrecer cosas nuevas al público y ella está demasiado vista.

Hannah Einbinder en 'Hacks'
Hannah Einbinder en 'Hacks'
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La siguiente presentación es para Ava, una jovencísima escritora de comedia cuya carrera ha colapsado estrepitosamente por culpa de un chiste dirigido a la persona equivocada. Su vida laboral apenas ha comenzado y ya nadie quiere trabajar con ella. Con toda su lamentable existencia por delante, multitud de deudas y su carrera en la comedia sepultada, tirarse por una ventana empieza a ser una opción de lo más atractiva. 

Casualidades de la vida, el mánager de la desdichada joven es también el de la clamorosa Deborah Vance, de manera que encuentra una solución bien ajustada para ambas: Deborah contratará a Ava para que renueve su set de bromas con un aire más fresco. Ella volverá a ganarse su derecho a permanecer en la cima mientras la joven tendrá una segunda oportunidad para probar su valía.

Entre lo laboral y lo personal: las cómicas no lloran

Tras el primer vistazo a los dos personajes principales queda claro que vamos a asistir a una batalla campal entre dos mujeres que guardan tantas diferencias como similitudes. Ambas tienen un carácter áspero y una excelente facilidad para resultar hirientes, pero no solo pertenecen a dos generaciones muy diferentes, sino que también tienen formas muy distintas de entender el humor.

De hecho, si bien es cierto que hoy día aquello de que el humor no tiene límites se ha convertido en una especie de mantra, Hacks plantea que tal vez sí hay unas fronteras cuyo traspaso trae consecuencias: la autodenigración, la censura e incluso la casposidad en el humor juegan en contra del cómico. A este respecto, una de las cuestiones que plantea es si el humor es universal, ya no de una cultura a otra, sino desde una óptica intergeneracional.

Pero más allá de toda la disertación filosófica que se puede elaborar a partir del tratamiento de la comedia, Hacks también pone sobre la mesa cuestiones como el ecosistema que se genera alrededor de una figura poderosa, con relaciones superficiales y de poder, adoración, intereses económicos y muchas, muchas tensiones familiares. 

Por ejemplo, uno de los grandes conflictos de esta primera temporada es la relación de Deborah con su hermana. Además, el trato con su hija parece siempre complicado y desigual. Entre tanta pólvora, su relación con la nueva empleada no parece ser mejor, al menos al principio. Para que triunfen sus carreras necesitan que esta unión funcione, ¿estarán dispuestas a pagar el precio?

Bueno, lo cierto es que, aunque de forma un poco atropellada, la relación inicial coronada por la indiferencia va adoptando tintes de un amor fraternal y sigue evolucionando hasta el respeto mutuo entre ambas, como artistas y como mujeres. Ava siente que tiene qué aprender de Deborah y Deborah acepta que quizás las cosas ya no son como antes, o que quizás no siempre ha dado en el clavo y que la mirada de Ava le aporta frescura y dignidad.

Mientras, se palpa una creciente fragilidad en las dos a medida que la relación se estrecha y son capaces de hablarse, de mujer a mujer, de aquello que les atormenta. Ambas son, en última instancia, su mutua salvación, en lo profesional y en lo personal.

Bien por ellas, de momento

Hacks es una simpática propuesta con la que reírse a carcajadas, llorar un poco y hacerse algunas preguntas, aunque no demasiadas. La trama avanza a buen ritmo apoyándose en las desventuras profesionales de Deborah y en la construcción de una relación de confianza entre las dos protagonistas, dibujadas e interpretadas con sobresaliente. Ambas actrices están impresionantes en sus papeles, casi haciéndonos olvidar que su experiencia interpretativa en el mundo real dista tanto como su experiencia como cómicas en la ficción.

Hacks
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Por lo general, esta primera temporada triunfa con un potente retrato de la situación de la mujer en el mundo de la comedia, históricamente -y hoy día- un territorio de hombres, al tiempo que ahonda en las distintas personalidades de Deborah y Ava para proporcionar profundidad al relato. Su marcada apuesta por el humor negro la convierten en una comedia excelente que no solo funciona como fórmula para pasar el rato sino también para indagar en la idiosincrasia del humor mismo. 

Aunque desenfadada, no deja de lado las lecturas más pesimistas sobre la fragilidad del éxito y el peso que el pasado ejerce sobre el futuro y gana en profundidad a medida que avanza. Esperemos que la segunda temporada esté a la altura porque nos hemos quedado con ganas de más.

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