'La casa del dragón': El final de temporada cambia el libro de George R. R. Martin y es bueno que así sea

La serie sigue realizando modificaciones significativas que dan más cuerpo a lo narrado en 'Fuego y sangre'.
Aemond en 'La casa del dragón'
Aemond en 'La casa del dragón'
Cinemanía
Aemond en 'La casa del dragón'

[Este artículo contiene SPOILERS de 'LA CASA DEL DRAGÓN' 1x10]

Una de las diferencias fundamentales entre La casa del dragón y Juego de tronos es que la precuela del masivo éxito de HBO en el terreno de la fantasía épica tiene bien trazada la hoja de ruta de sus acontecimientos hacia un final definido. En el caso de la primera, la adaptación de la saga literaria Canción de hielo y fuego de George R. R. Martin se topó con el inconveniente de avanzar más rápido de lo que el autor escribía los volúmenes que faltaban hasta la conclusión.

Juego de tronos tuvo que adelantarse e inventar sobre la marcha en sus últimas temporadas. Un aspecto que fue muy duramente criticado en la serie de David Benioff y D. B. Weiss, lastrando la recepción de su final. En el caso de La casa del dragón, el showrunner Ryan Condal, cocreador junto a Martin, no afrontará el mismo problema ya que los hechos que narra, la guerra Targaryen conocida como Danza de los dragones, están bien detallados en la novela Fuego y sangre, publicada en 2018. 

Por supuesto, como toda adaptación de un medio a otro, La casa del dragón efectúa ciertos cambios sobre lo narrado en Fuego y sangre. Unos han permitido aclarar algunos aspectos que quedaban confusos, otros han contribuido a demarcar la percepción sobre el comportamiento de personajes. A pesar de que el grueso de la serie cuenta fielmente la misma historia recogida en Fuego y sangre, algunos de estos pequeños cambios han sido determinantes en el buen sentido: construyendo un relato más rico e interesante. 

Cambios que aportan complejidad e ironía

La mayoría de los cambios de La casa del dragón respecto a Fuego y sangre han estado orientados a dotar de más cuerpo a personajes y acontecimientos. La novela de Martin está planteada como si fuera un libro de historia sobre la dinastía Targaryen, cuyo autor recoge diversos testimonios y fuentes primarias que en algunas ocasiones se contradicen entre sí al narrar los hechos y en otras demuestran evidentes subjetividades.

A la hora de trasladar esos eventos a la serie, Condal y su equipo de guionistas han optado por una narración objetiva y omnisciente, lo que les obliga a tomar decisiones que reflejen la complejidad de la realidad en vez de la visión sesgada de un observador. De ahí uno de los mayores hallazgos de la serie: la confusión desencadenante de la guerra por la sucesión de Viserys en el Trono de Hierro debida a que Alicent malinterpreta las últimas palabras del monarca antes de morir.

La casa del dragón
La casa del dragón
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Que la confusión de Alicent entre Aegon y Aegon vaya a convertir en un baño de sangre el legado de uno de los reyes más pacíficos de los Siete Reinos es una de esas ironías históricas que tanto gustan a Martin y que La casa del dragón ha aportado respecto a lo narrado en la novela, que sustenta en la ambición y sed de poder de la reina la coronación exprés de su hijo. Igual que ocurrió con Rhaenyra, también es un detalle que ayuda a ver con más simpatía a Alicent que si simplemente fuera una ambiciosa dispuesta a todo para perpetuar a su familia en el trono.

Aemond mata a Lucerys: ¿accidente o venganza?

Del mismo modo puede leerse el cambio más importante del final de temporada de La casa del dragón respecto al libro. Cuando Aemond Targaryen (Ewan Mitchell) persigue a Lucerys Velaryon (Elliot Grihault), su principal propósito es dar caza al hijo de Rhaenyra y sacarle un ojo, en venganza por le que perdió él durante su pelea cuando eran pequeños. A raíz de ese incidente, Aemond consiguió al dragón más descomunal de Poniente: Vhagar, a quien cabalga en persecución de Lucerys, que va a lomos de Arrax.

En el libro de Martin, Aemond persigue a Lucerys igual que en la serie. Sus dragones pelean en el cielo, con una rápida victoria de Vhagar. Aemond mata a Lucerys sin pensárselo demasiado. En cambio, lo que vemos en La casa del dragón es bien distinto: aunque el Targaryen tuerto sale a la caza de su sobrino, lo que termina pasando no entraba exactamente en sus planes.

Un asustado Arrax escupe fuego sobre Vhagar, a lo que el enorme dragón responde atacando sin piedad con sus fauces y desmembrándolo en pleno vuelo, junto a su jinete. Por la cara de "la he liado parda" que pone justo después, la muerte de Lucerys no es algo que Aemond deseara y que, claro está, va a tener sangrientas consecuencias en la guerra al encender la rabia de Rhaenyra. Un devenir de los acontecimientos mucho más interesante que asumir que Aemond mata a Lucerys porque es un villano y punto.

Además, este momento de La casa del dragón nos ha mostrado algo importante sobre estos reptiles voladores que siempre está bien recordar: la posibilidad de que su poder de muerte y destrucción escape a la voluntad de sus amos. Vhagar, y cualquier dragón, puede ser una fuerza incontrolable de máximo peligro. Algo de lo que ya nos advirtió el propio Viserys cuando dijo: "La idea de que controlamos a los dragones es una ilusión". Y es que así es como la vieja Valyria se sumió en la catástrofe, y así es como la historia se está repitiendo.

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Coordinador web 'Cinemanía'

Crítico de cine que ve demasiadas series, licenciado en Periodismo y posgraduado en Semiótica en la Universidad Complutense de Madrid; cayó en una marmita de Nouvelle Vague cuando era pequeño y lleva mucho tiempo acostándose tarde en festivales de cine.

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