‘La casa del dragón’ episodio 4: el deseo, la mentira y el deber arden en Rhaenyra

El idilio entre los Targaryen más explosivos, el despertar sexual de Rhaenyra o el desenmascaramiento de Otto Hightower ven la luz en un capítulo en el que la llama arde en Poniente.
La casa del dragón
La casa del dragón
Cinemanía
La casa del dragón

[Este artículo contiene SPOILERS de 'LA CASA DEL DRAGÓN' 1x04]

El fuego ha llegado a La casa del dragón. Para los que echaban de menos la esencia más sexual y salvaje de Juego de tronos, su spin-off acaba de estrenar un cuarto capítulo, El rey del mar Angosto, lleno de sensualidad y placeres prohibidos. Un episodio que, al contrario que el anterior, se sucede ligero e intrigante, más allá de sus escenas de cama y burdel.

Traiciones, mentiras, desenmascaramientos, relaciones sexuales, destituciones, nuevos matrimonios y exilios… En el capítulo cuatro de La casa del dragón, basado, como los anteriores, en Fuego y sangre de George R.R. Martin, la trama avanza rápido, al igual que la evolución de sus personajes. Te contamos lo que nos ha parecido a nosotros, CON SPOILERS.

La sangre del dragón

Tenía que pasar. Desde su primer capítulo La casa del dragón dejó clara la atracción existente entre Rhaenyra (Milly Alcock) y Daemon (Matt Smith) Targaryen. Tío y sobrina son, como Viserys (Paddy Considine) bien explica, pura sangre de dragón: inquietos, caóticos y, ahora también, lujuriosos y pasionales.

Más allá de un “incesto familiar” (además, dejemos claro que en la serie, al contrario que en la novela, Rhaenyra ya es mayor de edad, por lo tanto se elimina cualquier abuso de menores del mapa), este momento sensual en los burdeles de Desembarco del Rey es algo que se estaba cociendo desde hacía mucho tiempo. La princesa y el príncipe se quieren, o eso parece, más allá de las ganas que le tienen cada uno al Trono de Hierro por separado. Además, Daemon aprovecha su escapada nocturna de Palacio para enseñarle a su sobrina cómo puede hacer lo que quiera y satisfacer sus deseos más ardientes fuera del deber de su matrimonio.

Rhaenyra con Ser Criston Cole
Rhaenyra con Ser Criston Cole
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Pese a que el arrepentimiento final de Daemon es seguramente para “proteger la virtud” de la heredera al trono, Rhaenyra ya está desatada, y Ser Criston Cole (Fabien Frankel) será el joven afortunado con el que pierda su virginidad y desahogue esas ganas. Aunque lejos de ser su tío, es obvio la complicidad y el cariño que existe entre los jóvenes, quienes ofrecen una escena de cama romántica y pasional, muy alejada de otras que pudimos ver en Juego de tronos.

El deseo, el deber y la mentira

Una parte muy interesante de este cuarto capítulo es la evolución de Alicent Hightower (Emily Carey) y la exposición de las diferencias entre ella y Rhaenrya, tan amigas y similares cuando eran más jóvenes. Ahora, y como bien nos muestra una maravillosa secuencia del capítulo, Alicent se entrega a su deber como esposa, sumisa ante las embestidas de su rey con el único propósito de darle herederos, mientras al mismo tiempo Rhaenrya escapa de su obligación de contraer matrimonio y da rienda suelta a sus deseos más pasionales con su tío en un burdel.

Este paralelismo deber-deseo entre las dos mujeres protagonistas de La casa del dragón queda perfectamente representado y sirve como antesala de todo lo que está por venir. Alicent está despertando, ya no es tan feliz en su rol de reina y madre de descendientes de Viserys. Además, recordemos que años atrás la joven se sentía atraída por Daemon, por lo que siente la “traición” de su antes amiga, con la que parecía haber iniciado un acercamiento este capítulo.

Emily Carey como Alicent Hightower
Emily Carey como Alicent Hightower
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Rhaenyra miente a la reina pues está claro que, aunque no perdiera su virtud (en ese momento, claro), sí que existieron besos y contacto íntimo con su tío. Daemon, por su parte, también miente a su hermano, o mejor dicho no desmiente las acusaciones del rey de haber desvirgado y mancillado el honor de su hija. 

Parece que el príncipe díscolo (y resacoso) no cree que sirva de nada cualquier explicación que pueda dar al rey y acepta una nueva expulsión del reino después de haber vuelto triunfante (y sin su preciosa cabellera) de la guerra en Peldaños de piedra, coronado como el Rey del Mar Angosto. Por lo menos ha dejado clara su intención de casarse con Rhaenrya, algo que cree podría aportar una fuerza única e inigualable al Trono de Hierro, ya que estaría coronado por dos Targaryen. Y vaya dos.

El Viserys más protector

Este es posiblemente el capítulo en el que Viserys ha tenido menos protagonismo desde que empezara este spin-off, pero el monarca sigue demostrando su valía, su inteligencia y el amor por su hija (aunque no demasiada atención hacia su esposa). Frente a todo pronóstico y teniendo ya un heredero varón, como siempre había deseado, defiende con uñas y dientes a Rhaenyra como futura reina, algo que la mayoría de su pueblo no desea (pero seguramente la audiencia sí).

En este caso y con la nueva información que maneja, habría sido fácil expulsar a la princesa como sucesora al trono y sustituirla por su hijo Aegon II, pero el monarca no cede ante la presión y quiere seguir siendo fiel a su palabra. Además, ve a su hija como digna perpetuadora de la Profecía del Príncipe que fue Prometido grabada en la daga de de Aenar y Aegon I (y con la que cientos de años después Arya mataría al Rey de la Noche), según la cual un descendiente de la casa Targaryen se sentaría en el Trono de Hierro y uniría a Poniente contra el frío y la oscuridad. ¿Estaremos hablando de Daenerys o Jon Nieve?

Pese a todo esto, la última e impactante escena del capítulo deja claro que Viserys no confía en la palabra de su hija pese a defenderla como legítima heredera, ya que le envía un té lunar a sus aposentos, usado para abortar posibles embarazos en Poniente. De todas formas, no hay mal que por bien no venga, nunca se sabe si habría podido nacer un hijo de Cristol Cole.

Otto Hightower, desenmascarado

Otro impactante momento hacia el final del cuarto capítulo es el del despido de la Mano del Rey. Por fin Otto Hightower (Rhys Ifans) queda al descubierto como lo que es: un estratega traidor a la Corona cuyo único deseo es verse a sí mismo o a su estirpe en el poder. Y es que Viseyrs ya sospechaba de su Mano desde hace mucho mucho tiempo, concretamente desde que sustituyera a su difunto padre Baelon Targaryen en el cargo.

Rhys Ifans como Otto Hightower
Rhys Ifans como Otto Hightower
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Después de otra maravillosa escena de cara a cara con su hija, en la que Rhaenyra deja claro que solo se casará con Laenor Velaryon (Theo Nate) si su padre echa al traidor de la corte, Viserys se pone manos a la obra y le da un rapapolvo digno de mención a Otto, cuyos actos conspiranoicos ya eran demasiado difíciles de disfrazar. Adiós, Hightower. La torre cayó. ¿Quién será su sucesor?

Muchas, demasiadas cosas han pasado en este episodio 4 de La casa del dragón, que seguro que no ha dejado indiferente a nadie. La serie de HBO Max está a punto de alcanzar su ecuador y cada vez resulta más interesante. Millones de fans en todo el mundo deben aguardar ahora una nueva semana para continuar con esta intrigante y explosiva historia de Poniente.

‘La casa del dragón’ episodio 5: la guerra Targaryen por el trono, cada vez más cerca

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