[Este artículo contiene SPOILERS de 'LA CASA DEL DRAGÓN' 1x05]
La casa del dragón llega a su ecuador. Después de cinco capítulos el spin-off de Juego de tronos ha dejado claro su estilo, sus intenciones y, poco a poco, sus bandos, en una guerra civil intrafamiliar que amenaza con sacudir a todo Poniente. Con un monarca cada vez más cerca de la muerte y una heredera ya crecidita, pero que muchos ponen en cuestión, parece que la calma en Desembarco del rey tiene los días contados.
El episodio 5, Iluminamos el camino, nos muestra nuevas alianzas y compromisos entre casas, pero también traiciones, conspiraciones y futuros peligros acechando (nada demasiado sorprendente, siendo el universo de George R.R. Martin). Un capítulo entretenido, con mucha fuerza y un final muy impactante. Te contamos lo que nos ha parecido a nosotros en este análisis CON SPOILERS.
Un acuerdo matrimonial
Por fin la heredera al trono Rhaenyra Targaryen (Milly Alcock) ha encontrado un esposo, y es nada más y nada menos que Laenor Velaryon (Theo Nate), el hijo de Corlys Velaryon (Steve Toussaint). Por fin los dos últimos linajes de sangre valyria estarán unidos.
En la visita de Viserys (Paddy Considine) y la princesa a la impresionante ciudad de Marea Alta, los jóvenes prometidos establecen un acuerdo prematrimonial a través del cual cada uno podrá hacer lo que quiera más allá de las obligaciones del matrimonio. Efectivamente, el joven Velaryon es homosexual, mientras Rhaenyra quiere continuar su affaire con su caballero blanco, ser Criston Cole (Fabien Frankel). Ay, ser Criston.
El matrimonio finalmente se efectúa y con ello la heredera ya contaría con el apoyo de una de las casas más fuertes e importantes, la casa Velaryon, pese a que su tía Rhaenys (Eve Best) teme por su hijo, porque intuye lo que se viene. ¿Y Daemon? ¿A qué bando apoyará después de ver truncado el objetivo de casarse con su sobrina al matar a su esposa? El príncipe también le pone ojitos a la hija de la Serpiente Marina, Laena (Nanna Blondell), la que casi fue mujer de su hermano. ¿Habrá una nueva alianza Targaryen-Velaryon a la vista?
La confesión de Criston y el despertar de Alicent
Sin duda los dos personajes que tienen un mayor arco de transformación en este episodio son ser Criston y Alicent (Emily Carey). La joven reina recibe un soplo sobre la “virtud” de Rhaenyra y comprueba a través de la confesión de su protector como de una manera u otra su ex mejor amiga le mintió. Algo se ha despertado en la reina, algo ha cambiado. Ya no es la jovencita amorosa que era antaño y la idea de que su hijo Aegon II sea el nuevo rey parece que cada vez le gusta más.
El guarda de la princesa no se queda atrás. Resulta que Criston Cole guarda un profundo trauma desde que rompiera su voto de castidad con Rhaenyra y cuando ella decide no escaparse con él y después recibe amenazas por parte del amante de Laenor, ser Joffrey Lonmouth, algo explota dentro del joven en un final de episodio que tardará en borrarse de nuestras retinas. Cuánta rabia, cuánto dolor, cuánta violencia, ser Criston.
El caballero está dispuesto a acabar con su vida, pero parece que la reina tiene otros planes para él. ¿Tendremos a un nuevo integrante en las filas de Alicent Hightower? ¿Se alzará el protector en contra de su princesa? El próximo capítulo tendrá que desvelar muchas dudas.
La guerra se acerca
Ya se lo dice Otto Hightower (Rhys Ifans) a su hija: la guerra por el trono de hierro es inminente, cada vez está más cerca. La destituida Mano del Rey (por cierto, ya veremos qué tal funciona Lyonel Strong (Gavin Spokes) en su nuevo papel, aunque nunca ha dado malos consejos a Viserys) advierte a su hija que tendrá que elegir entre su amiga o sus hijos, pues cualquiera de ellos representaría una amenaza para la heredera, que no dudaría en acabar con sus vidas.
El rey Viserys se siente cada vez más débil y la lucha por su sucesor en el trono de hierro es palpable y más después de la evolución de una reina consorte que se siente empoderada y engañada. Rhaenyra y Alicent son las verdaderas protagonistas de esta primera temporada de La casa del dragón. La larga historia que las une, su relación desde amigas a madrastra e hijastra. De aliadas a rivales. Del amor al odio. Las cartas ya están sobre la mesa.
Estamos ante el que posiblemente sea el mejor episodio desde que empezara la ficción de HBO Max. Un capítulo potente, intrigante, con poderosas imágenes y que supone el fin de una era. Dejamos atrás a Milly Alcock y Emily Carey, quienes han dado vida a Rhaenyra y Alicent de una manera soberbia y cuyas apariciones echaremos de menos. Un nuevo salto temporal se avecina en la serie, y con él, nuevas aventuras en Poniente. Estaremos esperándolas.
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