[Esta noticia contiene datos sobre la historia real detrás de Vigilante]
Tan solo unas semanas después del exitoso estreno de Monstruo: La historia de Jeffrey Dahmer, Ian Brennan y Ryan Murphy estrenan su nueva serie para Netflix, Vigilante. Una historia en la que reiteran su pasión por los sucesos truculentos de la vida real, que suscitan un enorme interés entre el público. Ahora, la vida de la familia Broaddus encuentra su sitio en la plataforma.
Vigilante centra la acción en la casa del 657 Boulevard, situada en la localidad de Westfield (Nueva Jersey, EE UU). Esta vivienda fue construida en 1905 y ocupa un espacio de hasta 1.180 metros cuadrados. Un hogar ideal para la pareja conformada por Derek y Maria Broaddus, quienes se mudaron allí en 2014, después de desembolsar alrededor de 1,4 millones de dólares.
Sin embargo, ambos comenzaron a recibir cartas de un extraño remitente, que firmaba como 'el vigilante'. Una serie de misivas donde el desconocido mostraba su obsesión por el hogar, que señalaba acrecentada tras la muerte de su padre y después de haber escrito también a los Wood, la anterior familia allí. El acosador empezó a dar detalles sobre la vida privada de los Broaddus y amenazas hacia los hijos de la familia, apuntando a que ni se les ocurriera hacer modificaciones en el lugar.
Demandas contra los anteriores dueños
El miedo originado en los nuevos propietarios provocó que pusieran el caso en manos de las autoridades, más concretamente en el jefe de policía de Westfield, David Wayman, quien nunca llegó a resolver el caso y dimitió con el tiempo, tras verse involucrado en un atropello. Mientras tanto, los Broaddus comenzaron un periplo para investigar la identidad de esta persona, contratando a un detective privado e interrogando a los Wood.
Un año después de la adquisición, los Broaddus pusieron en venta el sitio y presentaron una denuncia contra los Wood, a los que pedían el dinero íntegro de lo que había costado la casa. Una denuncia ante los juzgados que también recibió su propia contrademanda. Este hecho fue aupado porque los Wood habían ignorado una carta de 'el vigilante', semanas antes de cerrar el trato para la venta, en mayo de 2014.
Después de años de juicios, demandas desestimadas entre ambas familias y el salto a los medios de comunicación de EE UU- e incluso la posibilidad de que los Broaddus tiraran la casa para vendérsela a un promotor de nuevas viviendas-, el 675 Boulevard fue vendido por 959.000 dólares, una cifra mucho menor a lo que costaba.
¿Quién se escondía detrás de 'el vigilante'?
La última carta de 'el vigilante' llegó el día en el que los Broaddus prestaron declaración contra los Woods, cuando la casa había sido alquilada por una familia que negaba tener miedo a esta persona. "Tal vez un accidente de coche. Tal vez un incendio. Tal vez algo tan simple como una enfermedad leve que nunca parece desaparece, pero que te hace sentir mal día tras día. Tal vez la misteriosa muerte de una mascota. Los seres queridos mueren repentinamente. Chocan aviones, coches y bicicletas. Los huesos se rompen", rezaban estas últimas líneas dirigidas a la pareja.
El mayor sospechoso en esta trama fue Michael Langford, vecino de la familia, quien vivía junto a su madre y sus hermanos, mayores de 60 años. El ADN femenino encontrado en una de las cartas puso en el punto de mira a una de sus hermanas, pero, posteriormente, se reveló que no era suyo. De igual forma, salió a la luz otro sospechoso conocido como 'el jugador', debido a su amor por los videojuegos maquiavélicos, después de ser denunciado por su propia novia. Pero, pese a la cercanía de su hogar con los Broaddus, nunca se encontraron pistas que incriminaran a este.
El caso fue muy polémico debido a las constantes irregularidades policiales, los tumbos en la investigación y las incongruencias de los Broaddus- se llegó a señalar incluso que no habían hecho reformas-, que apuntaron incluso a una presunta estafa de la familia. Sea como fuere, el vigilante nunca fue pillado.
Ahora, la nueva serie de Netflix, Vigilante, narra la historia a través de los actores Naomi Watts, Bobby Cannavale, Jennifer Coolidge, Mia Farrow, Margo Martindale y Luke David Blumm, entre otros. Un thriller que te mantendrá con las uñas clavadas en el sofá.
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