Convertirse en un sex symbol puede ser fácil de lo que parece: en el caso de Pamela Anderson, su ascenso al estrellato solo requirió que un cámara la enfocase durante un evento deportivo mientras vestía una camiseta ajustada. Pero replicar el atractivo de un sex symbol, como ha descubierto Lily James durante el rodaje de Pam & Tommy, puede ser mucho más duro.
Según Variety (vía IndieWire), replicar el look de la estrella de Los vigilantes de la playa llevó a James a sufrir un pequeño calvario cotidiano. En concreto, "entre tres y cinco horas al día de maquillaje y peluquería todas las mañanas antes de empezar el rodaje", indica Barry Lee Moe, jefe del departamento de peluquería de la serie.
Pero eso no fue todo en el departamento de peluquería. Dirigida por Craig Gillespie (Yo, Tonya, Cruella), Pam & Tommy narra el tremendo romance (con sex tape incluida) entre Anderson y Tommy Lee, batería del grupo de hair metal Mötley Crüe. Así pues, la presencia de pelazos épicamente lacados era obligatoria, lo que llevó a disponer de alrededor de 25 pelucas para James, Nick Offerman, Seth Rogen y otros miembros del reparto.
De hecho, el único intérprete de la serie que se libró de llevar peluca fue Sebastian Stan, que interpreta a Tommy Lee. También según Barry Lee Moe, la melena del actor solo necesitó "un tratamiento con queratina y un tinte cada pocas semanas" para agitarse como debe ser a los sones de Girls, Girls, Girls y otros himnos.
La transformación de Lily James a Pamela Anderson
Queda claro que el pelo fue el aspecto más crucial para lograr la extraordinaria caracterización de Lily James como Pamela Anderson. "Barry [Lee Moe] hizo un trabajo increíble con su cabello, empleando una prótesis para que naciera un poco más atrás", explica David Williams, el jefe del departamento de maquillaje, en una entrevista con GQ. "Lily tiene un poco menos de frente que Pam, así que eso nos daba más espacio para trabajar".
"Lily tiene unas cejas muy notorias que teníamos que cubrir, pues las cejas de Pam también son muy identificables; ella lideró la moda de los 90 de cejas muy perfiladas, finas y arqueadas", prosigue Williams. "A Lily podríamos habérselas tapado o depilado, pero eso no dejaba la estructura facial que buscábamos. Emplear una prótesis en la frente, que es una capa de silicona muy, muy fina, nos permitía actuar desde la parte inferior de las cejas hasta el nacimiento del cabello y manipular el grosor de la propia pieza, que es fundamental para conseguir un resultado creíble y natural".
La caracterización de Lily James también incluía una pieza dental falsa, que la actriz británica se dejaba puesta la mayor parte del día mientras practicaba el acento canadiense de Anderson, y prótesis en los pechos. "Lily se pasaba en la silla de maquillaje de cuatro a cinco horas cada día", explica Williams. "Una hora se dedicaba a preparar la peluca para que estuviera perfecta y colocársela, luego la mayor parte del tiempo consistía en aplicarle maquillaje de arriba abajo por todo el cuerpo".
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