Cuando los clichés están bien hechos: la exitosa serie de Prime Video 'Maxton Hall' nos da al protagonista masculino que queríamos

Poco a poco, las historias de amor adolescentes empiezan a entender lo que esperamos de ellas. La nueva producción alemana juvenil que triunfa en la plataforma es el último ejemplo de ello.
Fotograma de 'Maxton Hall'
Fotograma de 'Maxton Hall'
Cinemanía
Fotograma de 'Maxton Hall'

Como sus antecesoras Tres metros sobre el cielo o After antes que ella, Maxton Hall, la nueva serie juvenil de Prime Video basada en la novela superventas alemana Save Me de Mona Kasten, tuvo que enfrentarse a la ilusión y al miedo por partes iguales de todos aquellos fans que iban a sufrir una adaptación de su saga adolescente favorita.

Las apuestas estaban a su favor: tras el éxito de Culpa mía, la plataforma se había ganado el esperanzador beneficio de la duda, y poco más necesita una historia de amor del chico rico más deseado de un colegio de élite que se enamora de la chica becada del instituto que no le soporta para llamar la atención de los fans de los dramas románticos adolescentes (lo que no quiere decir que vaya a ganarse su favor).

El 9 de mayo, el público se lanzó a ver la nueva producción alemana sin saber realmente qué esperar y se encontró con seis episodios llenos de romance y tensión que pronto encontraron los halagos en redes sociales que aceleraron el anuncio de una segunda temporada. 

Maxton Hall llegaba así al catálogo de la plataforma para demostrar que lo que no nos gusta no son las historias de amor típicas, sino aquellas que están mal desarrolladas. Bienvenidos sean los clichés, siempre que estén bien hechos.

'Maxton Hall'
'Maxton Hall'
Cinemanía

La chica buena que no es tonta

Ninguna trama se salva de esconder relaciones tóxicas y venderlas como románticas, pero siempre es peor cuando se trata de un enemies to lovers. Cuando los protagonistas no se soportan porque uno de ellos es el estereotipo de chico malo, resulta fácil caer en conversaciones vacías, faltas de comunicación sin sentido y "halagos" que pasan por ligar llamando "fea" al interés amoroso.

En 2010, a ella le habría parecido lo más romántico del mundo y así se le habría vendido a las adolescentes. Ahí está el romance entre Mario Casas y María Valverde para demostrarlo. Pero aquella época de locura colectiva pasó y nuevas producciones como Culpa mía demostraron que las chicas también tienen su pasado al que enfrentarse y que no se dejan embelesar tan fácilmente por la primera tontería que les dice el proclamado guapo de turno.

El personaje de Ruby Bell (Harriet Herbig-Matten) es una prueba más de ello: las buenas protagonistas femeninas abrazan los clichés sin permitir que estos las desacrediten, porque pueden tener traumas y necesitar ser salvadas —alabada sea la escena de la piscina—, pero no por ello deben pasar a ser personajes planos y sin carácter que se dejan ningunear. Ruby Bell no es de esas.

Harriet Herbig-Matten en 'Maxton Hall'
Harriet Herbig-Matten en 'Maxton Hall'
Cinemanía

El chico malo que no es tóxico

El estereotipo de chica buena no tiene que ser el de tonta, igual que el de chico malo no tiene que ser el de capullo sin sentido, y ahí es donde realmente Maxton Hall se gana el éxito que ha tenido. Presentado como el joven con la vida solucionada gracias al imperio de su familia, James Beaufort (Damian Hardung) no es como el resto de protagonistas masculinos, y no podríamos estar más contentas de haberle descubierto.

La soberbia del alumno que siempre lo ha tenido fácil está ahí —al fin y al cabo, si hemos decidido ver esta serie, es para hartarnos a clichés—, pero esa fachada que esconde secretos es solo eso: una coraza con la que protegerse. Lo que separa a un personaje tóxico de uno digno de los sueños de las jóvenes son sus acciones hacia la protagonista y, en ese sentido, poco (o nada) hay que reprocharle al estudiante de élite.

Damian Hardung en 'Maxton Hall'
Damian Hardung en 'Maxton Hall'
Cinemanía

La serie retrata de manera perfectamente romántica lo que significa para él encontrar el amor en Ruby. Maxton Hall no innova, pero sí demuestra lo que esperamos de un romance como este: a un chico, sea bueno o malo que, una vez enamorado, se deshace de cualquier comportamiento tóxico hacia el objeto de sus deseos (sí, entre esto y Los Bridgerton, este mes no hemos quitado la vista de la pantalla) y hace todo lo posible por hacerla feliz, tan sencillo como eso.

La vulnerabilidad hacia el ser amado y las buenas acciones no van en detrimento de los clichés, al contrario, aquello de "los que se pelean se desean" solo funciona si existe una evolución como la de Beaufort. Más series como Maxton Hall, por favor.

¿Quieres estar a la última de todas las novedades de cine y series? Apúntate a nuestra newsletter.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento