Netflix no logra que se desestime la demanda contra ‘Gambito de dama’ por difamación

La ajedrecista Nona Gaprindashvili ha llevado a la plataforma a los juzgados por el retrato que se hace de ella en la serie.
Fotograma de 'Gambito de dama'
Fotograma de 'Gambito de dama'
Netflix
Fotograma de 'Gambito de dama'

Gambito de dama ha dado muchas alegrías a Netflix, hasta el punto de que antes de El juego del calamar, si quisiéramos hacer acopio de los grandes fenómenos seriéfilos que ha generado, la aventura de Beth Harmon estaría la primera de la lista. No obstante, entre todos los triunfos surgió hace algunos meses una demanda por difamación a cargo de una ajedrecista de Georgia, Nona Gaprindashvili, a quien la serie de Scott Frank hacía referencia directa en el último episodio. Este llevaba a la protagonista, interpretada por Anya Taylor-Joy, a un torneo vital en Moscú, donde era recibida por un locutor que enumeraba los grandes hitos que estaba consumando a finales de los años 60.

Beth iba a enfrentarse a un famoso ajedrecista soviético para consolidar una racha de triunfos que, según dicho locutor, le acercaban a Gaprindashvili. Se refirió entonces a ella como “campeona del mundo”, pero apostilló que “nunca se había enfrentado a hombres”. Lo cual era, bueno, mentira, como la propia Gaprindashvili proclamó a través de sus abogados. La frase era “groseramente sexista y denigrante”; no solo porque se hubiera enfrentado a 59 competidores masculinos solo en 1968 (año en el que tenía lugar dicho torneo), sino porque además Gambito de dama le identificaba como ciudadana rusa.

“Para colmo de males, Netflix describe a Gaprindashvili como rusa, pese a saber que era georgiana y que los georgianos habían sufrido la dominación rusa cuando formaban parte de la Unión Soviética, siendo intimidados e invadidos por Rusia después”, podíamos leer en la demanda que interpuso Gaprindashvili en un tribunal federal. La intención de Netflix era que el juez desestimara la demanda, pero según recoge Variety el tiro le ha salido por la culata: la demanda es legítima, y hay motivos plausibles para considerar que esta difamación se produjo. La abogada Virginia A. Phillips, de este modo, rechaza que Netflix pueda acogerse a la Primera Enmienda para eludir responsabilidades.

Esto es, que el argumento de que Gambito de dama es ficción no sirve. “Netflix no cita, y el Tribunal no tiene conocimiento, ningún caso que excluya las reclamaciones de difamación por la representación de personas reales en obras que de otro modo serían ficticias. El hecho de que sea una obra de ficción no exime a Netflix de responsabilidad por difamación”, declaran desde el tribunal. Gambito de dama se basa en la novela homónima de Walter Tevis, y al inicio del proceso pretendía acogerse al mismo tecnicismo que, en el pasado, permitiera a Feud sobreponerse a las acusaciones de difamación de Olivia de Havilland.

¿Cuál es la diferencia ahora? Que no estamos ante una dramatización como ocurría en la serie de FX, sino a un dato que se pretende dar en una serie de ficción con visos de objetivo y real. “Un espectador medio interpretaría fácilmente que la frase menosprecia los logros de la demandante, y transmite el estigma de que las mujeres llevan un distintivo de inferioridad. Como mínimo, la línea es despectiva con respecto a la reputación de la demandante”, declararon inicialmente los abogados de Gaprindashvili.

“La referencia a la demandante pretendía reconocerla, no despreciarla”, replicaron a su vez los abogados de Netflix. Una vez la demanda ha sido admitida, está por ver qué ocurre con el caso, y si Netflix ha de compensar a Gaprindashvili con una sustanciosa indemnización.

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