'Terapia sin filtro': Jason Segel y Harrison Ford son justicieros del psicoanálisis en Apple TV+

La nueva sitcom de Bill Lawrence ('Scrubs') y Brett Goldstein ('Ted Lasso') presenta la alternativa punk al tratamiento cognitivo.
Jason Segel y Harrison Ford en 'Terapia sin filtro'
Jason Segel y Harrison Ford en 'Terapia sin filtro'
Cinemanía
Jason Segel y Harrison Ford en 'Terapia sin filtro'

Las comedias feel-good se han ablandado. Supongo que nadie puede culparlas: llega un punto en la vida -en especial ahora mismo, cuando todo parece estar en llamas- en el que, como espectadores, buscamos confort en las sitcoms; huir de nuestros propios problemas desconectando durante media hora mediante cariñosas familias escogidas de ficción. 

Pero eso, en ocasiones, también las ha hecho menos interesantes. Únicamente hay que comparar las primeras temporadas de Parks and Recreation con las últimas: llega un punto en el que el conflicto narrativo brilla por su ausencia, y los personajes resuelven todas las tramas de la semana encogiéndose de hombros y decidiendo quererse mucho. Es bastante entrañable, pero no da para televisión particularmente emocionante.

Es por ello que, a falta de presenciar su evolución, resulta sorprendente que una de las mejores muestras modernas de comedia feel-good con genuinas agallas temáticas y capacidad para el conflicto origine de varios de los creadores de Ted Lasso. 

No hay soluciones fáciles

La segunda temporada de la exitosa sitcom deportiva de Apple TV+ mantuvo el nivel frente a su predecesora en varios aspectos, pero ese no fue uno de ellos: subtramas como la compañía petrolífera abandonando el patrocinio del equipo eran planteadas como retos apocalípticos para luego ser resueltas de fondo con una sonrisa y un comentario afable. Terapia sin filtro, sin embargo, da su pistoletazo de salida rechazando las soluciones fáciles.

Resulta bastante apropiado: en el fondo, en la terapia no hay soluciones fáciles. Nadie sabe esto mejor que Jimmy (Jason Segel), un hombre en plena espiral de autodestrucción tras la muerte de su mujer; al que la serie nos presenta en plena borrachera de madrugada, reproduciendo Billy Joel a todo volumen en su piscina comunitaria mientras traga pastillas a manotazos ante varias prostitutas y la atónita mirada de sus vecinos. 

Jason Segel en 'Terapia sin filtro'
Jason Segel en 'Terapia sin filtro'
Cinemanía

Terapia sin filtro sigue este bucle de decadencia del personaje hasta su tardía llegada a un centro de psicoanálisis, momento en el que se sienta entre disculpas ante un hombre muy serio y procede a dedicarle las siguientes palabras: "Steven, ¿de qué necesitas hablar hoy?".

Es un gag muy gracioso, pero también es la esencia de la serie. Todos necesitamos ayuda, y ni siquiera ser terapeuta te exime de enfrentarte a tus propios demonios. Es un relato tan viejo como el chiste de Pagliacci; y la serie lo lleva al extremo cuando un destrozado Jimmy, sintiendo que no puede hacer nada por sus pacientes en su estado actual, explota por completo y empieza a espetarles lo que piensa de verdad de formas tan moralmente cuestionables como extrañamente efectivas.

De terapeuta a justiciero

"Tu marido es un manipulador emocional, y si no le dejas ahora mismo, me niego a seguir siendo tu terapeuta", le suelta a una paciente en pleno colapso. En palabras de otra figura cuestionable de comedia feel-good, Pierce Hawthorne en Community: puede que sea culturalmente inaceptable, ¡pero es dinamita narrativa!

Mas para una obra con tal dominio del conflicto, sería muy fácil barrer demasiado hacia el otro lado y convertirse en una oda al cinismo, una House de la terapia en la que la serie siente una fascinación eterna por un protagonista cruel y despreciable porque "dice lo que todo el mundo está pensando". En su lugar, Terapia sin filtro cabalga esta finísima línea con un equilibrio envidiable.

Permite que Jimmy (quien deja de lado el término "terapeuta" y abraza definirse como "un justiciero del psicoanálisis", llevando sus actos al gris y cómico terreno del superhéroe de a pie) destroce por completo su ética laboral como hilo conductor sin que dejemos nunca de empatizar con él, pero tampoco convirtiéndole por el camino en el tipo más listo de la habitación.

Christa Miller y Jessica Williams en 'Terapia sin filtro'
Christa Miller y Jessica Williams en 'Terapia sin filtro'
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Y es que a todos nos quedan cosas por aprender. La serie lo sabe, y su extenso reparto solo ensalza esto a nivel temático. En él brillan en especial una carismatiquísima Jessica Williams, cuya vis cómica llevaba desde sus tiempos en The Daily Show pidiendo a gritos un papel como este; y un contenido pero conmovedor Harrison Ford, que agarra con aplomo su inusual rol televisivo y no lo termina nunca de soltar. 

Todos ellos forjan de forma gradual una serie valiente e interesante que, pese a no acertar todo el tiempo, tiene su corazón en el lugar adecuado: aquel en el que las comedias diseñadas para sentirse bien también pueden aceptar y abrazar que a menudo, como individuos, también vamos a tener que aprender a lidiar con sentirnos mal.

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