'The Last of Us' episodio 4: una nueva amenaza peor que la infección aparece para Joel y Ellie

En el fin del mundo siempre hay cosas más peligrosas que un hongo infeccioso que toma el control de tu cuerpo.
'The Last of Us', episodio 4
'The Last of Us', episodio 4
HBO
'The Last of Us', episodio 4

The Last of Us prosigue su camino después de que el tercer episodio, planteado como una pieza clave de la temporada, prácticamente se desvinculara del desarrollo del relato principal para centrarse en la historia de Bill y Frank. Uno de esos balones de oxígeno narrativo que agradece cualquier historia, pero que la serie de HBO comandada por Craig Mazin sorprendió colocando muy al inicio de su andadura, cuando apenas habíamos podido pasar mucho rato todavía con los dos protagonistas.

El cuarto episodio, titulado Please Hold to My Hand (Por favor, no me sueltes la mano), nos da por fin la oportunidad de estar más tiempo con Joel (Pedro Pascal) y Ellie (Bella Ramsey), viendo cómo se afianza su relación; lo que al fin y al cabo será la columna emocional de cada revés y desafío que nos tenga preparado su viaje a través de unos EE UU devastados por la infección del hongo Cordyceps que ha acabado con la civilización.

Pero en el fin del mundo siempre puedes encontrar cosas mucho más peligrosas que un hongo contagioso capaz de tomar el control de tu cuerpo. Este episodio, escrito por Mazin y uno de los dos dirigidos por Jeremy Webb (nominado a los Emmy por Downton Abbey, con episodios en series como Masters of Sex, Legión, The Punisher, The Umbrella Academy o Locke & Key), lo demuestra presentándonos a una nueva amenaza muy peligrosa. Repasemos lo ocurrido, a partir de aquí con SPOILERS. 

Ellie (Bella Ramsey) con pistola en 'The Last of Us'
Ellie (Bella Ramsey) con pistola en 'The Last of Us'
HBO

Ellie cogió su pistola

Puede que Ellie nunca haya visto Taxi Driver ni sepa quién es Robert De Niro, pero eso no le impide tener su momento Travis Bickle practicando delante del espejo con la pistola que obtuvo de casa de Bill y Frank sin que Joel lo supiera. Con el paso de las décadas, el combustible ha perdido calidad así que hay que repostar a menudo, lo que obliga a los protagonistas a hacer altos en el camino en los que podemos apreciar cómo se fortalece su relación. El componente de road movie que tiene The Last of Us, en todo su esplendor.

Son momentos de calma tensa en los que la serie favorece la contemplación silenciosa (más panorámicas de destrucción con la música de Gustavo Santaolalla de fondo), a no ser que Ellie los amenice leyendo en alto un librito de juegos de palabras (de Will Livingston, igual que en el videojuego) tan horribles que acabarán por convertirse en el tejido conectivo entre ella y Joel. No hay nada como un chiste malo en el momento adecuado para derribar el muro más infranqueable. 

Joel comienza el episodio recordando a Ellie que, para él, ella no es nada más que el cargamento que tiene que transportar hasta que encuentren a su hermano Tommy en Wyoming, donde quizás pueda ponerlos en contacto con los Luciérnagas. Como cabe esperar, esa frialdad va a cambiar poco a poco a base de confesiones y momentos memorables como encontrar esa revista porno que Bill tenía en el coche. Escuchar una casete de Hank Williams en el coche ayuda en cualquier viaje. "We met in the springtime when blossoms unfold...".

¿Quién es Kathleen? Llega una nueva jugadora

Cuando Joel y Ellie llegan a Kansas City se topan con un grave problema. La noche anterior, Joel ha dejado claro que lo más peligroso no son los infectados por el Cordyceps que pueda haber sueltos por ahí, sino la gente. Supervivientes de la pandemia que, como toda ficción sobre postapocalipsis nos ha enseñado, ningún cataclismo es más dañino que el propio ser humano cuando se ve en una situación límite donde ha desaparecido cualquier límite moral.

El túnel de Kansas City está bloqueado, así que Joel decide salir de la autopista para rodearlo y reincorporarse más adelante. Sale mal. A su paso por las calles de la ciudad, particularmente abandonada (incluso la Zona de Cuarentena de FEDRA parece desmantelada), les tienden una emboscada. Un hombre finge estar herido, pero pronto quedan claras sus intenciones. Otro tira desde un balcón un bloque de hormigón sobre el coche, cuyos neumáticos revientan en una tira de pinchos hasta que el vehículo acaba empotrándose en una lavandería.

Allí tiene lugar un tenso tiroteo en el que cada bala cuenta. Joel consigue liquidar a dos de los ladrones, pero el tercero está a punto de ahogarlo con su rifle hasta que Ellie lo salva estrena su pistola pegándole un tiro por detrás. Joel será quien lo remate como culminación de una escena traumática que acompañará a los personajes mientras buscan la manera de salir de la ciudad ahora que su coche ha quedado inutilizado.

Melanie Lynskey en 'The Last of Us'
Melanie Lynskey en 'The Last of Us'
Cinemanía

La narración cambia de lugar para presentarnos a Kathleen, el personaje interpretado por Melanie Lynskey. La actriz de Criaturas celestiales (1994) y Ya no me siento a gusto en este mundo (2017) lidera al grupo de supervivientes que ha tomado el control de Kansas City, aparentemente expulsando a las fuerzas de FEDRA y quedándose con su armamento, vehículos e instalaciones. Cuando la conocemos, está interrogando a un médico para dar con el paradero de un tal Henry que ha traicionado a miembros de su grupo.

La aparición de los cadáveres que han dejado Joel y Ellie no mejora las cosas. Kathleen está convencida de que los responsables han llegado alertados por Henry y pone en marcha una búsqueda masiva destinada a encontrarlos y eliminarlos. Perry, su mano derecha armada hasta los dientes, está interpretado por Jeffrey Pierce, actor que en el videojuego de The Last of Us y su secuela puso voz a Tommy (Gabriel Luna en la serie); y tiene otra preocupación acuciante que mostrarle.

Problemas de última hora

Perry y sus soldados han encontrado el escondite de Henry, que ha huido junto a un niño pequeño. Esto lo sabemos porque en el ático donde han estado escondiéndose hay, además de unas cuantas latas de comida vacía, varios dibujos de superhéroes realizados con trazos infantiles. No es lo único que esconde ese edificio. En el sótano, Perry le enseña a Kathleen una serie de grietas sobre el suelo de cemento, una especie de cráter palpitante bajo el que late una amenaza incierta. 

Pedro Pascal y Belle Ramsey en 'The Last of Us'
Pedro Pascal y Belle Ramsey en 'The Last of Us'
Cinemanía

Aunque ambos parecen visiblemente preocupados por el asunto, Kathleen decide que ya lo abordarán más adelante. Está cegada por encontrar a Henry y esa es su máxima prioridad ahora. Mientras tanto, Joel y Ellie suben por las escaleras de un alto edificio de 45 plantas para otear una salida de la ciudad desde las alturas. Llegan hasta el piso 33 y deciden parar a descansar allí esa noche, mientras sus conversaciones cada vez profundizan más sobre la muerte y decisiones que Joel se vio obligado a tomar después del brote de Cordyceps.

Ellie, quien antes había confesado que no era la primera vez que tenía que disparar contra alguien, se niega a contarle más a Joel. Nos reserva ese momento traumático (conocido por los jugadores del videojuego) para más adelante. Un juego de palabras sobre la diarrea sirve para relajar el ambiente y saca la que probablemente haya sido la primera sonrisa de Joel en décadas. Es por momentos como este por los que sufriremos más aún en el futuro de la serie.

Pero para el cuarto episodio solo queda acabar en tremendo cliffhanger. A pesar de los cristales esparcidos por Joel, los protagonistas no han oído acercarse durante la noche a Henry y Sam. Ahora están junto a ellos, apuntándoles con una pistola y mandando callar. True Faith, de New Order, suena en los títulos de créditos finales, pero en vez del marchoso original es una versión vocal y melancólica a cargo de Lotte Kestner. Las canciones de los años 80 significaban peligro, ¿verdad?

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Coordinador web 'Cinemanía'

Crítico de cine que ve demasiadas series, licenciado en Periodismo y posgraduado en Semiótica en la Universidad Complutense de Madrid; cayó en una marmita de Nouvelle Vague cuando era pequeño y lleva mucho tiempo acostándose tarde en festivales de cine.

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