Seamos o no ‘perfumeras’, a todas nos suenan estos nombres míticos. Puede que hasta nos hagan viajar a épocas pasadas. Hacemos un repaso por los perfumes más icónicos del último siglo para traer al verano de 2024 las historias que hay detrás de cada uno.
Chanel nº 5, la quinta muestra que olió mademoiselle Chanel
Verano de 1921, Montecarlo. Gabrielle Chanel estaba reunida con amigos y en una conversación surgió el proyecto: Chanel debía tener un perfume. La diseñadora llamó nada menos que a Ernest Beaux, perfumista de la corte del zar y pionero de la perfumería moderna. En la historia del nombre coinciden varios factores: de todas las muestras que el perfumista le presentó a Gabrielle la que más le gustó fue la número 5, que curiosamente coincidía con su número favorito. Además, su signo zodiacal, Leo, es el 5º del Zodíaco y era un nombre fácil de recordar. El frasco, diseñado por ella, es sobrio puro y sencillo; y el aroma, innovador para la época: un gran acorde floral con rosa de mayo y jazmín de Grasse, con notas amaderadas de sándalo y vainilla. Cuando, en 1954, un periodista preguntó a Marylin Monroe qué se ponía para dormir y ella respondió: «Sólo unas gotas de N°5», el perfume entró a formar parte de la leyenda… y hasta hoy.
CK One, el primer perfume sin género
Calvin Klein One cumple 30 años. Llegó a nuestras vidas en 1994 y fue una absoluta revolución. ¿Por qué nos marcó tanto? Se convirtió en el primer perfume que difuminaba los límites de género y asentaba las bases de una sexualidad fluida y una ruptura de las reglas. Este perfume no era para hombres ni para mujeres, nació sin etiquetas. Si en estas tres décadas CK One ha ido pasando de generación en generación, ahora está más en tendencia que nunca por los valores que reivindica. Las notas ignoran por completo la tradición de perfumes masculinos y femeninos y combinan cítricos, flores, almizcle y ámbar. ¿El frasco? Sencillo y de cristal esmerilado, es apto para todos los contextos. Los perfumistas creadores de esta fragancia disruptiva fueron el español Alberto Morillas y el francés Harry Frémont.
Flower, de Kenzo, El perfume del ‘no a la guerra’
La idea de la fragancia surgió de una foto de Marc Riboud en Washington, el 21 de octubre de 1967. La imagen dio la vuelta al mundo y se veía a un manifestante contra la guerra de Vietnan enseñando una flor a los soldados armados. Así nació ‘Flower’ de Kenzo, una flor militante que se soma a través del hormigón. La elegida fue la amapola. El encargado de hacer un aroma rotundo pero pacificador fue Alberto Morillas, que se enfrentó al reto de crear un perfume partiendo de una flor sin olor . ¿El resultado? Un aroma empolvado con rosa damascena, vainilla y almizcle blanco. El bote también es icónico y representa la forma misma de la flor. Acaba de cumplir 24 años.
Trésor, de Lancôme, un homenaje a las mujeres que abrazan
Creado en 1990 por Sophia Grosjman, Trésor nació como un homenaje a la rosa en todas sus facetas. Grosjman se inspiró en «las mujeres que dejan huella e invitan al abrazo». Lo más innovador fue su frasco, con forma de diamante biselado, aunque cuenta la leyenda que está inspirado en el tintero de la periodista y novelista francesa Collete. Otros ven un guiño a la pirámide del Louvre. ¿Qué vemos nosotros?
L’Interdit, de givenchy, el perfume a la medida de Audrey Hepburn
H ubert de Givenchy creó, en 1957, su primer perfume femenino, L’Interdit(lo prohibido). Se trata de una fragancia que surgió de la amistad entre Hubert de Givenchy y Audrey Hepburn. La actriz era la encarnación del ideal de belleza y elegancia de Givenchy y él crea este producto de alta perfumería sólo para ella, en exclusiva. Más tarde, cuando el diseñador le dice que quiere comercializar su perfume, ella reacciona abrumada y, entre risas, le dice: «mais, je te l’interdit!», que en francés significa: ¡Te lo prohíbo! Lo que ocurrió después es historia. El perfume se llamó ‘L’Interdit’ y alcanzó un gran éxito, primero se vendía solo en la casa de Alta Costura luego, en todo el mundo. Era un perfume floral con un toque empolvado ideado por Francis Fabron. Tiene mandarina, melocotón, fresa y bergamota, de salida; el corazón es un bouquet de rosa, lirio, violeta, Ylang Ylang Jazmín. Y en el fondo lleva sándalo, almizcle... En 2018 se relanzó el perfume con algunos cambios. Los encargados fueron los tres perfumistas Dominique Ropion, Anne Flipo y Fanny Bal, que introducen nardo, azahar y jazmín.
Infusión de Iris, de Prada, el sueño de una noche de verano
Se trata de la primera fragancia unisex de esta famosa colección: 'Las infusiones'. Fue creada en 2007 por Daniela Roche Andrier y bajo la dirección de Miuccia Prada. El objetivo de este perfume era encontrar la armonía y el equilibrio en un mudo caótico y por eso la perfumista recreó un aroma que evocaba a la niñez y a la inocencia de esa etapa. Fue el primero en romper con los estereotipos de perfume de la época y recuperar el fondo empolvado y el aire ‘vintage’ de fragancias anteriores. Actualmente hay 10 perfumes en la colección de ‘infusiones’.
Angel, de Mugler, un perfume nunca visto
En 1992, Mugler revoluciona el mundo de la perfumería ofreciendo una fragancia pionera nunca antes vista: Angel. Sin flores pero con materias primas adictivas como algodón de azúcar, coco, miel, chocolate, caramelo...
Eran años de fragancias sin género y de bouquet florales y él quiso transgredir con un perfume goloso, con notas de repostería, precursor de lo que hoy es la familia olfativa ‘gourmand’. Combinadas en sobredosis para una sensualidad asertiva, carnal y sensual. Angel es una reinterpretación de las estelas orientales que inicia un nuevo género. Fue creada por Olivier Cresp y Yves de Chirin.
Opium, de Yves Saint Laurent, prohibida su venta
Fue creado en 1977 por Jean Amic y Jean-Louis Sieuzac y pretendía evocar una vida de lujo y opulencia. Fue prohibida en Australia y Oriente Medio por llevar el nombre de una droga. Se presentó en Nueva York en una fiesta que todavía hoy da que hablar. Los 800 invitados, entre los que se encontraban Cher o Truman Capote disfrutaron de todo tipo de excesos en una noche que acabó en el mítico Studio 54. Lleva mandarina, jazmín y clavelina con acordes de ámbar, pachulí y vainilla. Rompió todos los stocks.
Miss Dior, un accesorio de moda
Mientras diseñaba su primera colección en 1946, Christian Dior ya estaba pensando en crear una fragancia que fuera el complemento de sus vestidos.
"Hazme un perfume que huela a amor", fue el mensaje que le transmitió al nariz Paul Vacher.
Meses más tarde, Vacher le presentó un sorprendente contraste de notas verdes y frescas sobre un cálido fondo Chipre. Sólo faltaba bautizarla.
Un día, en medio de una reunión en la que Christian Dior y sus colaboradores estaban barajando nombres para esta primera fragancia, Catherine, la hermana preferida del diseñador, irrumpió en la sala. Alguien dijo "tiens! Voilà Miss Dior!", es decir ¡anda! Aquí viene Miss Dior. ¡Ya lo tenían todo!
Cuando presentó por fin su primera colección en febrero de 1947, el diseñador tuvo la genial idea de regalar a cada invitada al desfile el perfume Miss Dior, y de vaporizar abundantemente los salones de la Avenue Montaigne para que todo el edificio emanara la nueva y deliciosa fragancia. Los días previos al primer desfile se llegó a vaporizar un litro de Miss Dior al día, lo cual representaba un gasto descomunal para el modista novel. Pero la inversión mereció la pena.
Ahora es Natalie Portman quien encarna a la nueva Miss Dior y la fragancia se declina en 6 versiones: l’Originale (versión original de 1947), el Eau de Parfum, Eau de Toilette, Blooming Bouquet, Rose’n Roses y el nuevo Parfum creado por Francis Kurkdjian, director creativo de los perfumes Dior desde septiembre 2021.
eau de Rochas, el eterno verano
Eau de Rochas es la historia de muchas 'revisiones' que se superan en cada estreno. Siguiendo una idea visionaria, Marcel Rochas le pide, en 1948, al perfumista Edmond Routniska que modernice la clásica 'Eau de Cologne'. Nace así 'Eau de Roche'. En 1970, Hélène Rochas sigue los pasos de su marido y reinventa 'Eau de Roche', que pasa a llamarse 'Eau de Rochas'. Inspirado en pijamas de playa y noches en la Riviera, es sinónimo de alegría y libertad y esa increíble sensación nunca ha pasado de moda.
Fue el primer agua de colonia hecha para mujeres. Es una infusión de cítricos y notas flotantes de verbena, de flores recién cortadas de jazmín, narciso y rosa con fondo de chipre, musgo y encina.
For her, de Narciso rodríguez, no se parece a nada
Todo empieza hace 21 años cuando Narciso Rodriguez entrega una muestra de Egyptian Musk, su fragancia talismán a los perfumistas Christine Nagel y Francis Kurkdjian. Estaba basada en una nota sumamente adictiva, un acorde de almizcles blancos, de nombre premonitorio, "less is more", así se construye 'for her'.
Se creó sobre una base de aceite para que el diseñador captara mejor la nota. Los perfumistas visten el corazón de almizcle con facetas florales y amaderadas y crean, rompiendo moldes, la versión moderna y transparente de un chipre. Eso es ‘for her’, un perfume atípico que no se parece a nada y que sorprende por el jugo y por el frasco rotundo en negro y rosa.
Aqua di parma, el olor de los aristócratas italianos
Originaria de Italia, nació en 1916 cuando el barón Carlo Magnani creó un perfume para uso personal. La colonia gustaba mucho a sus amigos aristócratas. La voz se fue corriendo y cada vez lo usaba más gente. En los años 50 los actores americanos aprovechaban sus rodajes en Italia para comprar trajes en las famosas sastrerías del país. Estas tiendas tenían por costumbre rociar las prendas con la Acqua di Parma del Barón Magnani. Los actores se ‘engacharon’ a este olor y se llevaban los frascos por docenas. ¿La clave de su éxito? La mezcla de limón, naranja, lavanda, romero y rosa. Hoy es una fragancia unisex.
Shalimar, de guerlain, arma de mujer
Como muchas obras de arte, Shalimar nació de una historia de amor. En 1920, el perfumista Jacques Guerlain se inspiró en la pasión entre el emperador mogol del siglo XVII, Shah Jahan, y la princesa Mumtaz Mahal. Para ella, el soberano indio manda construir los suntuosos jardines reales en Lahore y los llama Shalimar, "templo del amor" en sánscrito. Fueron el escenario de su historia de amor hasta la trágica muerte de la princesa. El inconsolable soberano mandó construir el Taj Mahal en homenaje a su amada.
Aunque la historia era hermosa, no era suficiente para poder escribir la fórmula de un gran perfume. Fue necesario la aparición del azar para que Shalimar viera la luz. Cuando su amigo y químico Justin Dupont le presentó una de sus nuevas creaciones, la Ethilvainilla, Jacques Guerlain tuvo una inspiración repentina y vertió unas gotas de esta molécula tan perfumada en un frasco de Jicky (perfume de Guerlain creado en 1889). La combinación le fascinó.
Finalizada varios meses después, la composición de Shalimar mostraba los contrastes entre una vainilla afrodisíaca pero fresca, sobredosis de bergamota delicadamente empolvada con iris, y la rara calidez sensual y exquisita del haba tonka. Llena de una sensualidad nunca vista, esta fragancia casi erótica revolucionaría la perfumería de su época. Fue toda una sorpresa que tuvo un segundo renacer cuando en la película 'Armas de Mujer' (1988), la ambiciosa Katharine Parker (Sigourney Weaver) se ‘baña’ en Shalimar porque asegura que a su novio Jack Trainer (Harrison Ford), le vuelve loco. ¿No lo hubieras comprado tú también?
Flower Bomb, de Viktor & rolf, una granada explosiva muy dulce
Los diseñadores holandeses Viktor & Rolf crearon su primer perfume de mujer, Flowerbomb, en 2005. Ideada por los perfumistas Olivier Polge, Carlos Benaïm y Domitille Bertier, Flowerbomb de Viktor&Rolf captura la sensación de atravesar un jardín secreto, en una lejana realidad, viviendo una vida sencilla, dentro de una encantadora explosión de flores. ''Más, más, más flores'', era la frase clave de los diseñadores, lo que dio como resultado más de mil flores contenidas actualmente en este frasco con forma de granada.
Flowerbomb es una verdadera bomba de flores que llena el mundo de magia, transforma lo negativo en positivo y nos hace soñar. El poder de las flores y los sueños contrasta claramente con el poder de la granada del frasco que aporta tensión a la fragancia. Sus notas predominantes son: de salida té, bergamota y osmanto (olivo oloroso); de corazón, orquídea, jazmín, rosa, fresia y flor del naranjo africano; y las notas de Fondo son pachulí, almizcle y vainilla. Toda una explosión que no deja indiferente a nadie: o la amas o la odias.
L'eau, de Issey Miyake, el aroma del agua
Corría el año 1992. El mundo de la perfumería suspira por las fragancias orientales y embriagadoras. Issey Miyake quiere algo acuático y poético. Había puesto patas arriba el mundo de las fragancias, yendo en contra de toda noción preconcebida. Ese año, Issey Miyake plantea su idea a uno de los grandes talentos de su generación, el perfumista Jacques Cavallier. El concepto es tan sencillo como innovador: la expresión olfativa de una gota de agua sobre la piel de una mujer.
En respuesta, y por primera vez en la historia de la perfumería femenina, Cavallier imagina una fragancia con una profusión de calone, molécula que encarna el agua en todas sus facetas: el frescor, cómo no, una sensación ondulante y de humedad, pero también el inimitable aroma del relente.
Issey Miyake imagina un frasco que evoca la emanación del agua, en un cristal esmerilado tan llamativo como elegante. La tapa plateada que lo prolonga está coronada por una esfera, en un poético homenaje a la imagen de la luna posada sobre la punta de la Torre Eiffel. Un frasco no del todo recto, trazado a mano, al más puro estilo 'wabi sabi' japonés, donde la perfección nace de la imperfección.
Agua de colonia Jean Marie farina, de Roger gallet, el aroma de Napoleón
En sus orígenes, el Aqua Mirabilis era un remedio medicinal inicialmente destinado a curar los males que se convirtió en "Agua de Colonia" a partir de 1727. Sanadora, calmante, vigorizante o cicatrizante, esta agua con múltiples propiedades podía friccionarse directamente sobre la piel o utilizarse para perfumar los pañuelos de las mujeres más elegantes. En 1806, Jean Marie Farina hereda la fórmula y crea su propia declinación perfumada, el éxito fue inmediato. Las cortes reales de Europa se apoderaron de ella, Napoleón consumía 20 frascos al mes y los intelectuales impregnaban un terrón de azúcar en esta agua y lo tomaban para 'revitalizarse'.
En los años 50, ya bajo el sello de Roger&Gallet, el Agua de Colonia Jean Marie Farina se volvió el gesto accesible de las familias. Desde los ancianos hasta los bebés, todos los miembros de la familia comenzaban el día con una fricción. La aliada para refrescarse después de hacer deporte, o para dar un toque de elegancia antes de salir, esta fragancia se posicionó como un emblema popular. Sus frascos de un litro adornaban todos los cuartos de baño de la época.
Varios siglos después su fórmula sigue intacta. Con sus notas de romero y neroli, su frescor aromático inédito se obtiene gracias a la maduración ideal de su fórmula, llamada "extra-vieille" haciendo referencia a la cosecha.
