Tres jóvenes sevillanos apuestan por el emprendimiento sostenible después de visitar un rascacielos de Chicago

EN COLABORACIÓN CON ENDESA

La visita a uno de los rascacielos de Chicago prendió la mecha para que tres jóvenes sevillanos impulsaran su propia startup con 29 años. Al contemplar la ciudad desde las alturas, se dieron cuenta de la cantidad de espacio que se estaba desaprovechando y podía tener una segunda utilidad. Para solucionarlo, se les ocurrió modificar mínimamente la tecnología de las placas fotovoltaicas convencionales e instalarlas en el pavimento urbano sin perder su uso original ni afectar estéticamente al entorno.

Luis Muñoz, Carlos Rodríguez y Antonio Cabrera (Sevilla, 1990) son los fundadores de Solum, una compañía que en menos de cuatro años ha crecido por toda España, parte de Europa y que, próximamente, pretende dar el salto a Estados Unidos. Se conocen desde la infancia y los tres han estudiado Ingeniería Industrial en la misma universidad. Además de la amistad que les une, comparten las mismas ambiciones y eso es lo que les ha empujado a desarrollar una idea innovadora y sostenible.

Ellos son los nuevos protagonistas de eVisionarios, contenidos en colaboración con Endesa en los que descubriremos perfiles que han apostado por la innovación, el emprendimiento y el desarrollo de iniciativas en clave eléctrica que hacen mejor y más sostenible nuestro entorno. Todo ello, y al igual que Endesa, apostando por la electricidad verde para mejorar nuestra vida en el planeta.

“Somos amigos desde hace muchos años, hemos jugado en el mismo equipo de waterpolo y los tres siempre hemos tenido la inquietud de emprender”, cuenta Luis Muñoz, cofundador de la empresa. “Cuando empezamos nuestras carreras laborales en el mundo profesional, llegó un momento en el que nos picó el gusanillo de montar algo”, relata.

La idea surgió cuando todos trabajaban en el extranjero –uno en Australia, otro en Estados Unidos y un tercero en Suecia–, tenían experiencia en la eficiencia energética y apostaron por dejarlo todo para iniciar el proyecto de Solum. “Íbamos comentando como podíamos la idea de hacer algo por nuestra cuenta y decidimos hacer un pavimento fotovoltaico. Investigamos sobre ello e intentamos ver qué tipo de aplicaciones podría tener”, recuerda.

Solum instala pavimento fotovoltaico en los espacios abiertos de las ciudades.

En el transcurso de un año, estudiaron todas sus posibilidades, se presentaron a diferentes concursos y, gracias al reconocimiento de la Universidad de Sevilla, pudieron crear la startup en 2019. “Con el premio viajamos en verano a la Universidad de Berkeley (EEUU), donde hicimos un curso de emprendimiento. Los profesores y las personas que llevaban el programa nos dieron ese empujón para lanzarnos”, agradece. “Nos dijeron que el proyecto tenía futuro, que creían que podía ser una empresa, y nos tiramos a la piscina: decidimos dejar nuestros trabajos, volvernos a Sevilla y poner en marcha la compañía”, celebra.

El principal objetivo de Solum es aprovechar los espacios abiertos de las ciudades para generar energía limpia. Se pueden aprovechar zonas urbanas como las avenidas públicas para este fin y, todo ello, sin renunciar a su propósito inicial. “La idea surge durante una visita a uno de los rascacielos de la Universidad de Chicago. Viendo la ciudad desde arriba, me fijé en la cantidad de espacio soleado que se desaprovechaba en el suelo”.

A raíz de esta revelación, estos emprendedores lanzaron su producto al mercado y, para llevar a cabo su creación, apenas tuvieron que alterar las características de una placa solar normal: sólo necesitaron desarrollar “cierta tecnología para que fuesen resistentes, antideslizantes y seguras”, detalla el entrevistado. 

“Lo que queremos es promocionar el autoconsumo de energía renovable, reduciendo la dependencia de otras formas de generación de energía más contaminantes”, declara. “La demanda de energía continuará subiendo y es necesario aportar soluciones de electrificación en los mismos puntos donde se consume”, defiende.

Cada vez son más las compañías que se están concienciando sobre la importancia de las energías verdes, algo que ha permitido que empresas como Solum puedan desarrollar su proyecto. En la ola de sostenibilidad que atravesamos, Luis también reconoce que el sector va a crecer de manera “exponencial” en los próximos años.

El objetivo es que la población tenga acceso a una energía limpia.

Desde su nacimiento en 2019, la compañía ha ampliado su lista de clientes y su plantilla, presumiendo ya de un equipo de once empleados y con el propósito de seguir sumando. Solum ya trabaja en nueve países, principalmente en España (Madrid, Barcelona, Zaragoza, Salamanca, Sevilla, Málaga, Vigo, Cádiz y Valencia). En el extranjero está presente en Portugal, Italia, Francia, Holanda, Grecia, Turquía y, recientemente, en Emiratos Árabes. “En el corto plazo queremos seguir expandiéndonos por Europa: queremos entrar con fuerza en Alemania y países del norte y, en el medio plazo, dar el salto al mercado norteamericano”, adelanta.

“La edad ha sido un factor positivo para emprender. Cuando eres joven, no sueles tener cargas familiares ni económicas y, por lo tanto, puedes asumir más riesgos”, expone. “Hemos podido jugarnos los ahorros que habíamos acumulado en los primeros años de vida laboral y tener mayor libertad para poder arriesgar”, añade. De hecho, llega a afirmar que fueron conscientes de que “era el momento” para hacer este tipo de apuestas: “Eso siempre nos ha impulsado”. “Esta tecnología tiene impacto sobre muchos sectores económicos y facilita la generación de energía verde en cualquier espacio abierto, sin desperdiciar esa zona para otros fines”, concluye.