Las salsas son una parte fundamental de muchas recetas y también la clave de que ese plato triunfe entre los comensales o termine siendo un fiasco culinario. En carnes, pescados o mariscos, este último paso que culmina un buen plato puede llegar a influir enormemente a la hora de potenciar el sabor de los productos utilizados en la receta.
El cocinero Karlos Arguiñano ha dado el truco que él suele utilizar para conseguir una salsa rica sin que ello afecte al sabor original y con un solo ingrediente extra.
En su programa Cocina Abierta, el chef ha empleado una salsa de naranja y jengibre para aderezar un solomillo, a la que ha dado un punto de espesor ligándola con harina de maíz.
En concreto, ha explicado Arguiñano, esta harina va "diluida en agua fría". La mezcla se añade poco a poco a la salsa, que se remueve un poco para que se integre bien. "La harina de maíz diluida en agua fría no cambia el sabor para nada de la comida", ha apuntado el cocinero.
Una vez ligada la salsa con la harina, "la colamos con un chino y la ponemos encima de la carne", ha indicado.
Una vez la salsa y la carne están en la misma cazuela, "lo ponemos a hervir, y en el momento que rompa a hervir la salsa, lo tenemos listo", ha concluido Arguiñano.
Comentarios