Desde hace miles de años, el perejil ha acompañado a los seres humanos por sus múltiples cualidades saludables. Siempre ha sido uno de los favoritos de la medicina natural tradicional. Y es que esta planta mediterránea tiene demostradas propiedades diuréticas cuando se ingiere en infusión en ayunas, además de otras antioxidantes (contra el envejecimiento de la piel), antiinflamatorias, antihipertensivas, digestivas…
Pero la cosa no queda ahí. El perejil es rico en vitamina K, que funciona como un potente refuerzo óseo, y vitamina C, el aliado perfecto para las defensas. Vamos a ir descubriendo todas las dolencias en las que el omnipresente perejil puede ayudarnos, al tiempo que saboreamos sus matices culinarios extraordinarios en 5 recetas imprescindibles para sacarle todo el partido.
Verde, que te quiero verde
Rica en clorofila, de esta planta de un verde intenso y brillante se aprovecha absolutamente todo, las hojas y los tallos. Podemos consumirla fresca (lo más habitual) o secarla en el horno de casa para tenerla deshidratada y lista para su uso en la cocina en cualquier momento.
Antes de meternos en la cocina, vamos a descubrir para qué sirve el perejil, que es mucho y diverso.
Gracias a su elevado contenido en fibra, el perejil ayuda a hacer la digestión de una manera natural. Su vitamina C tiene el poder de ayudar a reforzar las defensas, al tiempo que es especialmente antiinflamatoria. Esta especia es rica en potasio, cualidad interesante en las comidas de las personas con hipertensión, puesto que colabora en la reducción de la presión arterial.
El hierro y el zinc que contiene el perejil fortalecen el sistema inmune y, si lo ingerimos en ayunas en infusión o smoothie, favorece la eliminación de toxinas al tiempo que contribuye a disminuir la retención de líquidos.
Su poder antioxidante (sobre todo gracias a sus betacarotenos) contribuye a ralentizar el envejecimiento de la piel, fortalece las uñas y el crecimiento del cabello. Además de todos estos beneficios saludables, el perejil combate la flatulencia y ayuda a prevenir las infecciones de orina.
Algunos tips a considerar
Por todas las propiedades saludables del perejil, se ha convertido con el paso del tiempo en la especia imprescindible en la cocina. Con una misión decorativa también, su principal baza la juega en recetas ricas y saludables en las que puede incorporarse de una manera muy natural, dando sabor y color y ayudándonos a mantenernos sanos.
Si vas a pasar el perejil fresco por la batidora, te recomendamos trocearlo con el cuchillo para que no se enreden sus tallos y hojas en las cuchillas.
Por lo que se refiere a su conservación, el perejil fresco apenas dura 2 o 3 días en la nevera. Conseguirás mantenerlo más tiempo 'utilizable' si lo envuelves con cuidado en papel de cocina humedecido y escurrido. Pero no laves la hierba, porque se pudrirá enseguida.
Una opción muy práctica es congelarlo. Desmenúzalo con el cuchillo, fresco, y mételo en una cubitera de hielos con un poquito de agua. Así, cada vez que lo necesites, solo tendrás que sacar un cubito del congelador. Ahí podrá aguantar hasta 6 meses.
Para solucionar imprevistos, nuestro consejo es secarlo. Para conseguir deshidratarlo y conservarlo en un tarro de cristal hermético, mételo al horno envuelto en papel vegetal durante unas horas. No serán más de 5, pero debes vigilarlo para que no se queme. Así, cuando esté completamente deshidratado, podrás tenerlo siempre a mano para su uso.
1- Smoothie verde depurativo
Una de las maneras más deliciosas de cargarnos de vitaminas, minerales y el efecto depurativo del perejil es hacer un smoothie a base de hojas verdes. Una ramita de apio, espinacas frescas bien lavadas, el zumo de un limón, una manzana con piel… y a la licuadora con ellos. En este caso, una excelente opción es añadir el perejil que previamente hayas congelado en una cubitera. Además de sus propiedades saludables y anti-toxinas estarás añadiendo frescor a tu batido, para cuando aprieta el calor.
Si no eres amigo de estos batidos tan densos, puedes hacer el perejil en infusión: 3 cucharadas de perejil fresco troceado sobre una taza grande de agua hirviendo, dejamos reposar 15 minutos tapado, colamos, y le echamos al final el zumo de medio limón. Puedes tomarla caliente o meterla en la nevera e ir bebiendo a lo largo del día este preparado como alternativa al agua. ¡Depuración máxima!
2-Marinados con mucho sabor
Cuando quieras que tus pescados se empapen bien de sabor, para que cuando los introduzcas en el horno o los hagas a la plancha ya tengas su esencia bien conseguida, ponlos a marinar con la solución que prefieras, pero siempre con perejil. Es el caso de los boquerones en vinagre, a los que no debe faltar nunca esta hierba aromática tan recurrente.
La sepia fresca, por ejemplo, puedes trocearla y dejarla en un bol en la nevera bañada en aceite de oliva virgen extra, ajo muy picadillo y perejil troceado. En 24/48 horas estará perfecta de sabor sólo para cocinarla a la plancha. Al sacarla, añade un chorro de limón y estará de primera.
3- Pasta de ajo y perejil
El ajo marida de maravilla con el perejil. Una buena idea para sazonar tus carnes a la plancha es tener siempre a mano una pasta hecha con ajo picado, perejil fresco picado y sal. Machácalo todo en un mortero y consérvalo en un tarro de cristal hermético.
Con esta pasta le darás un sabor extra a los filetes de carne roja, muy recomendable. Llegado el momento, 'pinta' con un pincel de cocina tu filete por ambas caras y pásalo por la sartén a fuego fuerte, vuelta y vuelta.
4- Salsa verde para tus pescados
Otra manera de sacarle todo el partido posible a los beneficios del perejil, al tiempo que lo saboreamos en cocina, es elaborar una salsa verde con la que acompañar las recetas de bacalao, merluza, almejas…
Esta salsa tan utilizada en la cocina mediterránea se elabora con cebolla, ajo, perejil fresco, guindilla fresca, vino blanco, caldo de pescado, una pizca de harina para ligar la salsa y sal. Se ponen todos los ingredientes muy picadillos en una olla con aceite caliente (menos la harina, el vino y el caldo), hasta que empiezan a dorarse.
Añadimos un poco de harina y removemos. Después, le llega el turno al vino blanco, removemos de nuevo. Por fin, se agrega el caldo de pescado y se deja reposar. La salsa verde no debe quedar espesa, sino bastante líquida.
5- Guisos de carne
Como ya hemos dicho que el perejil se utiliza absolutamente para todo en la cocina, no podía faltar su incorporación en los guisos de carne como ternera a la jardinera, albóndigas con tomate o estofado. Eso sí, en este caso, el perejil suele añadirse al final del proceso, para dar un toque de sabor pero muy sutil.
Con la pasta, en recetas que se elaboran con alcachofas, champiñón, en arroces… el perejil, además de ser una hierba casi mágica en cuanto a propiedades medicinales, es ese ingrediente imprescindible que se 'cuela en todas las salsas'.
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