A nadie le cabe duda de que los mejores embutidos del mundo se encuentran en España. A lo largo y ancho de toda su geografía, podemos disfrutar de una increíble variedad y riqueza de esta joya gastronómica con la que hemos conquistado el planeta al ser uno de los países que más producen este tipo de productos.
Dentro de todos los tipos de embutidos, hay uno que destaca entre la lista de la compra de los españoles: el fuet. Más famoso en Cataluña y difundido por el resto del país, este embutido recto suele servirse crudo en forma de aperitivo o como condimento en algunas comidas y despierta en todos un dilema: ¿se come con piel o sin ella?
¿Qué es la piel que lleva el fuet?
Si has comido fuet, te habrás dado cuenta de que tiene una capa superficial blanca a la que comúnmente hemos denominado piel. Esta parte del embutido que tantas dudas ha generado entre los amantes del fuet está hecha de tripa del intestino del cerdo fermentada y curada. Sin embargo, esto dependerá del producto que compremos, ya que también los hay con una piel artificial.
¿Se come la piel del fuet?
Retirar o no la capa que recubre el embutido dependerá del origen de la misma. En el caso de que esta capa sea natural, es decir, que esté hecha con la propia tripa del cerdo tratada mediante su procedimiento de curación, sí que podrás comértela, ya que sería una de las partes del propio fuet.
Por el contrario, otros productos de este tipo de embutido tienen una piel sintética que, al ser de una gama más baja, necesitar ser recubiertas por una capa de plástico u otro material que sea más resistente y conserve bien su contenido. En este caso, lo mejor es pelar el fuet y retirar la piel, aunque ingerir una pequeña parte de esta tampoco sería muy perjudicial para nuestra salud.
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