¿Cómo cocinar los huevos para evitar Salmonella?

Huevos fritos.
Huevos fritos.
Getty Images/iStockphoto.
Huevos fritos.

Un manejo o cocinado incorrecto de los alimentos puede conllevar ciertos problemas para la salud. Algunas bacterias peligrosas para el ser humano como la Salmonella pueden transmitirse con relativa frecuencia, como ha ocurrido con el reciente brote que se ha dado entre varios clientes del restaurante madrileño Casa Dani.

Esta bacteria se transmite habitualmente a través del huevo y afecta al aparato digestivo. La mayoría de los pacientes sufren síntomas leves, pero en algunos casos puede generar complicaciones de salud. Pero prevenir estos contagios es posible, siempre que se conozcan las normas básicas para conservar y cocinar el huevo. Estas son algunas de las recomendaciones del Centro para el Control y Prevención de Enfermedades de EE UU para evitar los efectos de esta bacteria. 

¿Cómo llega la bacteria a los huevos? 

La Salmonella puede aparecer en las cáscaras de los huevos cuando las aves los ponen o cuando estos entran en contacto con los excrementos de las gallinas después de la puesta. Esto no suele ser un problema que afecte a los huevos que compramos en supermercados, pues las empresas se encargan de lavar los huevos antes de que lleguen a las tiendas.

Por otro lado, la Salmonella también puede contaminar el interior del huevo durante su formación dentro de la gallina, antes de que se formen las cáscaras. Hoy en día, son pocas las gallinas ponedoras que tienen este problema y los huevos son más seguros que hace unas décadas. Sin embargo, es posible encontrar aún algunos huevos contaminados.

¿Cómo reducir la probabilidad de enfermar de Salmonella?

La prevención comienza antes de empezar a cocinar. Los huevos deben guardarse en el frigorífico, manteniéndose siempre a una temperatura menor de 4 °C. A la hora de elegir el huevo con el que vayamos a cocinar, hay que fijarse bien y descartar aquellos que tengan rajas o golpes y los que muestren signos de suciedad.

En el momento del cocinado, la forma más efectiva de impedir la transmisión de esta bacteria es cocinar los huevos hasta que tanto la yema como la clara estén firmes. Esto sucede a una temperatura interna de aproximadamente 71 °C.

También es importante, durante el cocinado, prevenir el contacto entre alimentos cocinados y huevo crudo. Es vital lavarse las manos y limpiar los utensilios que hayan entrado en contacto con los huevos crudos. Estos artículos incluyen encimeras, cubiertos, platos y tablas para cortar.

En el caso de utilizar los huevos crudos en alguna receta, lo ideal será asegurarse de usar huevos pasteurizados. De esta forma, se evita el riesgo de contraer Salmonella en platos como la salsa holandesa, la salsa César, la mayonesa o el tiramisú.

A la hora de conservar alimentos que incluyan huevo, debemos comerlos o refrigerarlos inmediatamente después de cocinarlos. Dejar la comida a temperatura ambiente demasiado tiempo conlleva el riesgo de que las bacterias se desarrollen con mayor rapidez. 

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20minutos

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