Los cinco platos que expertos en seguridad alimentaria nunca pedirían en un restaurante

Lo que pasa en la cocina, se queda en la cocina. Por eso, a la hora de comer fuera, debemos tener en cuenta aquellos productos que debemos y que no debemos pedir.

Imagen de archivo de una mesa de restaurante.
Imagen de archivo de una mesa de restaurante.
ISTOCK/Marc Dufresne
Imagen de archivo de una mesa de restaurante.

Los bares y restaurantes son los principales pasatiempos en España. Y es que no hay nada como una buena cerveza acompañada de tus seres queridos. Sin embargo, la experiencia se puede aguar si no tenemos en cuenta algunas claves como nuestro derecho como consumidores y, sobre todo, aquellos productos que debemos y que no debemos pedir.  

Lo que pasa en la cocina se queda en la cocina. Precisamente por eso desde la edición inglesa del Huffington Post han hablado con un experto en seguridad alimentaria para que explique lo que nunca pediría en un restaurante.

Cinco cosas que nunca pediría un experto en un bar

La comida no siempre es igual de buena o segura cuando no estamos en casa. Puede ser por temas de limpieza, la calidad de los ingredientes o que algunos platos son complicados de hacer bien. Estar al tanto de esto puede marcar la diferencia para disfrutar de verdad cuando comemos fuera.

1. Steak Tartar

Steak Tartar del restaurante Rubaiyat Madrid
Steak Tartar del restaurante Rubaiyat Madrid
Cedida

El steak tartar un plato crudo muy popular y delicioso, pero debe ser preparado son sumo cuidado. La carne molida debe alcanzar los 160 grados para evitar enfermedades, si no se hace bien puede contaminarse con bacterias presentes en los intestinos del animal. Por eso, en un restaurante que no te de confianza, mejor no lo pidas. 

2. Ostras

Ostras con un limón en el medio
Ostras con un limón en el medio
iStockphoto

Si alguna vez has experimentado una intoxicación con marisco crudo, sabes de lo que hablamos. Si el personal de un restaurante no maneja bien las ostras crudas —así como otros tipos de mariscos frescos—, especialmente si no las mantienen a una temperatura baja para evitar el calor, eso puede hacer que los patógenos campen a sus anchas. Por eso, mejor pedirlas en sitios de confianza y que cuenten con una gran higiene, no solo en la cocina, también en otras zonas, como los espacios comunes. Sí, el baño también. 

3. La leche cruda

Lógicamente, no son necesarios los niveles tan elevados de agua de los productos cárnicos, pero aun así un litro de leche necesita 1.020 litros de agua.
Cuidado con la leche cruda.
Pixabay/Couleur

La infección alimentaria por una leche mal pasteurizada no es agradable. Esto se puede evitar calentando la leche a temperatura alta durante un tiempo, así se mueren las bacterias como la salmonella o la listeria, que pueden causar parálisis y otras afecciones graves. 

4. Hojas verdes crudas

Los brotes de alfalfa son clave contra la menopausia.
Cuidado con los brotes crudos.
iStock

Los brotes crudos, presentes en los wraps y como acompañamiento de algunos platos. Los brotes provienen de semillas que no han sido esterilizadas y pueden tener microbios. En un ambiente cálido y húmedo, estos microorganismos se multiplican rápidamente. Además, los materiales que se usan para hacerlos crecer no son estériles, lo que aumenta el riesgo. Lavar los brotes antes de comerlos no es suficiente, la recomendación es cocerlos previamente

5. El buffet libre adecuado

Buffet libre
Buffet libre
iStock

Existen buffets libres con muy buena calidad y los mismos restaurantes, en ocasiones, cuentan con apartados de este tipo, además del servicio de mesa. No todos son buenos. Los trabajadores de los restaurantes también llevan cuidado con este servicio, sobre todo en lo que a higiene se refiere. No hay que olvidar que estás comiendo algunos productos que pueden haber sido manipulados por muchas otras personas.

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Redactora verticales

Mi nombre es Isa Espín, redactora SEO en '20minutos.es'. Siempre me ha apasionado el mundo de la moda y la belleza, comer bien y pasar tiempo con mi gente. De peque no me ponía los tacones de mi madre como el resto de mortales, sino que me ponía un pañuelo en la cabeza sujeto con una diadema porque mi sueño era tener el pelo largo. Y ahora lo suelo llevar corto. Tengo la suerte de escribir de todo esto (de lo del pelo no, aunque también) en los verticales de salud, viajes, gastronomía, tecnología, motor y 'Mujer.es'. También he trabajado en otros medios como 'XLSemanal' (dominical ABC, Vocento), como redactora y Social Media Manager; en 'LaVerdad.es', como reportera online y redactora, y en el grupo Secuoya ('La 7' televisión), como redactora de subtítulos. También he estado en un programa de radio de música rock, he comido hormigas fritas mientras presentaba una ponencia y tengo una newsletter propia (que luego no digan que una no es versátil). Y hasta aquí, que lo suyo es hablar de lo demás y no de mí.

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