La freidora de aire es sin duda el electrodoméstico del momento, y es que especialmente si eres de aquellos que les gusta cocinar con la grasa justa, este aparato fácil y cómodo de usar seguro que ya se ha convertido en tu gran aliado.
Metes los alimentos preparados en la cestita, la programas y ella sola se ocupa de hacer el trabajo, ahorrándonos tiempo tanto a la hora de cocinar como a la hora de limpiar, aunque lógicamente necesita un mantenimiento mínimo.
Seguramente a estas alturas ya tengas clara la manera en la que tienes que limpiar y cuidar la cesta después de cada uso para mantener este electrodoméstico en perfecto estado, pero te estás olvidando de ponerle atención a una parte fundamental de este aparato: la resistencia.
La resistencia de la freidora de aire, una pieza fundamental de limpiar
Pues sí, como en todo aparato que caliente la resistencia es la pieza encargada de generar calor, por lo que debemos prestarle especial cuidado por la cuenta que nos trae.
Sí, la resistencia también se limpia, aunque al tratarse de una pieza especialmente sensible, tenemos que tener claro cuál es la manera de proceder.
Cómo limpiar la resistencia de la airfryer
Al tratarse de un aparato eléctrico, si vamos a utilizar agua, lo primero siempre es desenchufarlo de la corriente y asegurarnos que esté fría. Retira la cesta y la reja si tu modelo de airfryer tiene y ponla boca abajo.
De esta manera tendrás más accesibilidad a la resistencia, aunque si te cuesta encontrarla lo mejor es que consultes las instrucciones del propio fabricante.
Si la resistencia no está excesivamente sucia -por ello debes acostumbrarte a limpiarla con frecuencia- bastará con que utilices una esponja no abrasiva con agua caliente, sin ningún tipo de jabón o detergente, aunque asegúrate de escurrirla bien para evitar que chorree agua.
En el caso de que no sea suficiente porque la resistencia de tu freidora de aire tenga suciedad incrustada, entonces lo más correcto es usar un cepillo de cerdas blandas para evitar dañar esta pieza, también sin usar detergente.
Tanto si usas una bayeta como si usas cepillo, asegúrate de secar la resistencia con un trapo o una bayeta absorbente una vez hayas terminado. Vuelve a montar la cesta y la rejilla, y ya lo tienes.
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