Que no te timen con el roscón de Reyes en el súper: las diferencias con el artesano

Roscón de Reyes
Roscón de Reyes
BERLYS CORPORACIÓN
Roscón de Reyes

El viernes llegan los Reyes... y su roscón. En realidad, ya no pasa como antes que efectivamente, sólo comprábamos y disfrutábamos el roscón una vez al año. Se compraba el día 5 y se disfrutaba después de que los niños hubieran abierto sus regalos.

Hoy en cambio podemos tener roscón de Reyes todo el año, ya sea de los que elaboran los buenos panaderos artesanos o de los industriales que venden los supermercados. Cada año, los españoles consumen alrededor de 30 millones de roscones.

Hemos visto el análisis que ha hecho la OCU de los roscones que se venden en los supermercados, para aquellos que buscan la opción más rápida y económica. Ha analizado nueve de ellos y la conclusión es que sólo recomienda dos de ellos

Y es que entre unos y otros, entre los roscones artesanos, como el que haríamos en casa, y los del súper, hay un mundo. Que no te timen. Estas son las diferencias.

Caducidad

Las cosas de verdad no duran meses y meses. Un roscón de una verdadera pastelería tiene una vida corta, o sea, una caducidad temprana. Dura, más o menos, de uno a tres días. Frente a éstos, los industriales aguantan meses. "Basta con saber que hay grandes proveedores de roscón industrial que fabrican las piezas durante el mes de agosto", asegura el panadero artesano Moncho López.

Ingredientes

¿Y cómo hacen los fabricantes industriales de roscones para que los suyos duren tanto? Pues, llenarlos de conservantes, colorantes y estabilizantes. En la composición de un roscón del súper leeremos seguramente que lleva alguno de estos tres conservantes: E200, E202 y/o E220. Y alguno, de estos cinco colorantes artificiales: E100, E127, E131, E133 y/o E161B.

Ese roscón se elabora con levaduras que fermentan rápido. En cambio, el roscón artesano suele ser de masa madre (el fermento natural formado por harina y agua) y lleva harina de fuerza, levadura fresca, mantequilla, huevos frescos y suele ser de masa madre (el fermento natural formado por harina y agua). El resultado de esas diferencias es que en cuanto a sabor y aroma no hay comparación posible.

La forma

Sólo por su aspecto ya podemos suponer ante qué tipo de roscón nos encontramos. Uno bueno y artesano se amasa con las manos y, como vemos, con ingredientes naturales. Es nos da un roscón de forma irregular, no uniforme. Cada roscón es distinto. Los industriales son todos iguales porque se hacen con máquinas... y van envueltos en bolsa de plástico.

El peso

Precisamente por todo lo dicho, el roscón de verdadero pastelero pesa. Como con el pan de verdad, a igual tamaño, el artesano pesa el doble que uno de hipermercado. Todos esos conservantes, gasificantes y colorantes que llevan los industriales hacen que estén hinchados, sean grandes, pero pesen poo.

El precio

Un roscón que para elaborarlo necesita de más de 6 horas (entre la preparación, la fermentación y la cocción) no puede valer lo mismo que uno de los que ofeece las cadenas de supermercados. En éstas podemos pagar entre 8 y 15 euros por un roscón, o mejor, por algo que parece un roscón y que va dentro de una caja donde se lee "Roscón de Reyes". Uno de verdad, uno elaborado horas antes y sin conservantes, gasificantes y colorantes, no puede costar menos de 15 euros, por pequeño que sea. Pero sabe a gloria.   

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